La otra batalla: Twitter vs. Trump
José Gregorio Martínez.- Las redes sociales han sido selectivamente estrictas a la hora de filtrar los mensajes que divulga el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Sin embargo, desde que se inició el conteo de votos la noche del 3 de noviembre, Twitter convirtió la regulación de contenido en una guerra declarada. En las últimas 48 horas, la plataforma que dirige Jack Dorsey le ha censurado ocho tuits al líder republicano.
El camino para la reelección ha tenido varios frentes de batalla. Tras una reñida lucha en el terreno electoral, Trump ha trasladado la contienda al campo judicial, pero no sin antes tener que enfrentar una ofensiva de carácter tecnológico.
Aunque no es una práctica nueva, la arremetida del pajarito azul contra Donald Trump se intensificó desde el 3 de noviembre en la noche. La presunta falta del candidato a la reelección fue haber advertido que se estaban emitiendo votos después de cerradas las urnas con el propósito de “robarse la elección”.
Twitter catalogó este y otros siete tuits posteriores como contenido “objetado” que –según sus políticas– puede considerarse “engañoso”. El filtro impuesto impide que otros usuarios compartan este mensaje.
Sospechas válidas
El objetivo de Jack Dorsey parece ser evitar que se propague la información sobre la sospecha de fraude. Pero la denuncia no proviene solo del mandatario y su equipo de campaña. El grupo de observación y transparencia, Judicial Watch, alertó este jueves sobre la existencia de 1,8 millones de “votantes fantasma”. Un estudio de esta organización determinó que en 352 condados en 29 estados el número de votantes registrados es mayor al número de ciudadanos en edad para votar, según reseñó The Washington Times.
Por otro lado, un trabajador del Servicio Postal de Estados Unidos denunció que sus superiores le ordenaron recolectar las boletas recibidas por correo el 4 de noviembre y marcarlas con fecha del día anterior para que se incluyeran dentro del conteo en Michigan.
A primeras horas de la madrugada del miércoles el presidente Trump llevaba una clara ventaja en este estado. Pocas horas después la tendencia se invirtió y se le adjudicó al candidato demócrata, Joe Biden. Esto fue posible gracias a un lote de 138 339 votos que se sumaron con la particularidad de que absolutamente todos eran para Biden, según denunció Sean Davis, cofundador de The Federalist, en su cuenta en Twitter. La red social de inmediato censuró también este tuit.
Censura en ráfaga
Como era de esperarse, Trump no se quedó de callado. El candidato a la reelección fue denunciado una a una las irregularidades detectadas y, de igual manera, Twitter fue bloqueándoselas una tras otra.
El republicano calificó como “muy extraño” que en los estados claves donde él mantenía una sólida ventaja, “mágicamente” esta se fue desvaneciendo en la medida en que contaban papeletas que llegaban por sorpresa. La respuesta de Twitter fue etiquetar como «engañoso» este tuit.
Posteriormente, Trump advirtió que (los demócratas) estaban trabajando para hacerle desparecer la ventaja de 500 000 votos que tenía en Pensilvania, tal como ocurrió en Michigan y otros estados. El bloqueo de Twitter no se hizo esperar.
Más insólito aún fue la censura aplicada a un tuit en el que el presidente solo hacía un llamado a cumplir la ley. “Ningún voto que llegue después del día de la elección debe contarse”.
Así continuó Twitter censurando casi de forma automática cualquier mensaje de Trump. Entre los más recientes están uno en el que anuncia acciones legales por fraude en los últimos estados que se le están adjudicando a Biden y otro en el que tan solo dice “detengan el fraude”.
El bloqueo selectivo de Twitter
Esta red social también fue muy diligente para bloquear tuits al New York Post cuando el pasado mes de octubre publicó una investigación periodística sobre los correos de Hunter Biden, en los que aparece involucrado su padre, el candidato Joe Biden, en un escándalo por tráfico de influencias con empresas chinas y ucranianas cuando se desempeñaba como vicepresidente de Barack Obama.
El argumento de Twitter fue que su política no permite el uso de esta plataforma para distribuir contenido obtenido “mediante piratería”. Vale recordar que la información divulgada por el New York Times sobre los impuestos del presidente Donald Trump fue obtenida de la misma manera. En este caso no se aplicó ninguna restricción para su difusión.
Suspender su cuenta y prohibirle usarla si pierde la elección
Jack Dorsey no da marcha atrás en su arremetida contra Donald Trump. Al contrario, su propósito parece ser liquidar esta guerra con una batalla final en la que estaría buscando hacerlo desaparecer del ciberespacio, o al menos de su plataforma.
Si Trump pierde la elección, al entregar el cargo en enero dejaría de tener los privilegios con los que Twitter trata a los mandatarios en ejercicio, según confirmó la red social a Bloomberg.
El artículo titulado “El trato especial de Twitter a Trump terminaría con la victoria de Biden” señala que en lugar de etiquetar sus tuits como “engañosos” –como ha venido ocurriendo– podrían eliminarse por completo. La empresa de Jack Dorsey adelanta que en caso de acumular quejas podría aumentar la severidad del castigo y suspender temporalmente su cuenta o incluso aplicarle una prohibición permanente de uso de la plataforma.
Vale recordar que la agencia Bloomberg es propiedad del exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg. Este magnate de los medios ha sido uno de los principales financistas de la campaña del candidato demócrata, Joe Biden. Solo en Florida invirtió 100 millones de dólares para impulsar la candidatura del exvicepresidente y en Texas y Ohio hizo una inversión en publicidad de última hora por el orden de 15 millones de dólares a favor de Biden.
Algunas caricaturas para ilustrar lo que hacen las grandes corporaciones tecnológicas.