La avispa asiática (Vespa velutina spp. nigrithorax), una especie invasora que mata a las abejas de la miel, “se expande como la pólvora”, ha advertido el subdirector del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF-UAB), Joan Pino.

Ante esta expansión, los científicos se están planteando adiestrar algunas aves depredadoras nativas, como el halcón abejero europeo y el abejaruco común, para que las devoren.

Esta especie invasora llegó a España en 2010 desde Francia y ya se ha establecido en casi todo el norte de la Península Ibérica y en zonas europeas de clima suave y húmedo de Italia y Reino Unido.

Aunque esta avispa no es agresiva con los humanos, sí muestra un comportamiento implacable con otros insectos.

Los biólogos estiman que una sola avispa puede capturar entre 25 y 50 abejas al día. Aprovechan que su tamaño es mucho mayor para infundirles miedo y matarlas de un golpe de mandíbula.

Luego separan las partes del cuerpo, las unen en una bola y las trasladan hasta el nido para alimentar a sus larvas. Una vez han desaparecido las obreras, entran en el panal y acaban con la miel.

Pino ha recordado que debido a este impacto sobre las abejas de la miel, la avispa asiática provoca un impacto socioeconómico relevante en las zonas melíferas del norte de España.

En 2012, la zona vasca de Pasaia Donibane registró una mortalidad de abejas de la miel del 30%, con las consecuentes pérdidas del sector apícola.

Los científicos sospechan que la misma avispa tiene efecto sobre otros productos agrícolas, como flores o frutos cultivados que consumen los ejemplares adultos.

Pino ha advertido que la avispa asiática se expande rápidamente por España gracias a su gran capacidad de reproducción y de dispersión de nuevas fundadoras de colonias, ya que con una sola reina desarrollan el nido, que puede tener hasta 15.000 celdillas.

“Si consideramos que cada fundadora de un nuevo nido puede producir 500 nuevas reinas al año, se entiende que el aumento de sus poblaciones sea tan rápido”, ha explicado Pino.

Además, son capaces de volar kilómetros en un solo día, aunque no sólo llegan volando a nuevos territorios.

“Muchas zonas pueden llegar a tener el avispón asiático por transporte de mercancías con reinas en hibernación”, ha señalado este especialista en especies invasoras.

De hecho, “para conocer qué especies nuevas han llegado recientemente, es muy importante muestrear las áreas de recepción de mercancías, como estaciones de tren, o puertos”, ha añadido.

La llamada ‘avispa asesina’ llegó a Francia en 2004 de manera similar: en un cargamento de cerámica procedente del sudeste asiático y en solo siete años ya había ocupado la mitad del país francés, desde donde entró a España por Navarra en 2010.

Inicialmente la llegada de este insecto no fue tomada en consideración, hasta que empezó a causar impactos en las explotaciones apícolas y a interferir en las actividades humanas.

En 2014, el Ministerio de Agricultura elaboró la Estrategia de Gestión, Control y Erradicación de la avispa asiática para frenar su expansión, dentro de un programa de seguimiento específico.

Las principales acciones que se plantearon fueron localizar y destruir los nidos, y el trampeo selectivo.

Es por eso que, según Pino, una de las líneas de investigación prioritarias es diseñar trampas y atrayentes específicos para la avispa asiática.

Los biólogos están investigando posibles depredadores nativos y los mejores candidatos, que se alimentan de avispas nativas y otros himenópteros, como son el halcón abejero europeo y el abejaruco común.

“Incluso se estudia el adiestramiento de aves para este fin”, ha señalado Pino, que ideó en 2014 un modelo del riesgo de invasión para estudiar qué zonas podrían ser las nuevas afectadas.