Christal McGee es una joven de 18 años que ha causado un grave accidente de tráfico en el condado de Spalding (Georgia, Estados Unidos), en el que una persona ha sufrido importantes daños cerebrales. Según la policía local, McGee se despistó al estar más pendiente de su móvil que de la carretera.

La causante del accidente, como la mayoría de los de su edad, está obsesionada con Snapchat. Esta aplicación para móviles inteligentes, permite hacer fotos y grabar vídeos y enviarlos, se ha hecho famosa por dos motivos: uno, porque toda el contenido enviado se borra automáticamente en el teléfono del que lo recibe tras pasar unos segundos; y dos, por los filtros que tiene, que permiten cambiar caras, añadir disfraces a las imágenes o escribir texto sobre las grabaciones.

Uno de esos filtros es el de velocidad, que permite añadir sobe las fotos o los vídeos la velocidad a la que se está yendo. Por ejemplo, si se graba un vídeo mientras se corre por el parque, en él aparecerá sobreimpresionada la velocidad. La app obtiene esta información gracias al GPS del teléfono.

Al parecer, Christal McGee iba grabando un vídeo en el que aparecía la asombrosa cifra de 137 millas por hora (220 kilómetros por hora) mientras conducía su coche. La grabación de Christal termina con ella entablillada sobe una camilla de los servicios de emergencia y el texto ‘suerte que estoy con vida’.

McGee iba acompañada de una amiga y las dos sufrieron heridas menores. No tuvo tanta suerte Wentworth Maynard, el hombre que conducía el coche contra el que chocaron, ya que el accidente le ha dejado con daños cerebrales permanentes. El vehículo de las chicas impactó a una velocidad estimada de 107 millas (172 kilómetros hora).

El vídeo de la causante del accidente no solo va a servir para incriminarla. En una sorprendente decisión, los abogados de la joven han anunciado que piensan demandar a Snapchat por incluir el filtro de velocidad, ya que consideran es una incitación a conducir rápido y a llevar a cabo conductas peligrosas.