?Juan Francisco Martín Guerrero.- La política está cambiando desde hace unos años en nuestro país o eso es lo que pensamos algunos, pues es lo que verdaderamente deseamos y necesitamos como sociedad democrática que somos. Los ciudadanos, cuyos derechos y bienestar social son los que deberían ser tenidos en cuenta cuando se hace política, debemos o deberíamos tener voz en los Ayuntamientos y en todo aquello que nos afecte en el día a día de nuestra ciudad. Debemos o deberíamos tener voz y voto cuando se tomen decisiones sobre cuestiones tan importantes y esenciales como pudieran ser la vivienda, la educación, o la sanidad entre otras muchas y debemos o deberíamos conocer con total transparencia y claridad el destino que se da a nuestros impuestos.

En estos momentos, en la mayoría de las ciudades de nuestro país, se están presentando candidaturas unidas por un bien común, y varios partidos políticos se están “subiendo al carro”, en un afán de oportunismo, pues yendo solos poco o nada pueden hacer y están pidiendo a los vecinos de su ciudad que participen por el bien común, pero cuando se presenta uno de esos ciudadanos con honestidad para participar en ese bien común pero mostrando su opinión en algunos aspectos con los que no está de acuerdo, la reacción es la de no avalar su candidatura.

El día 16 de marzo y tras hablar mucho con mis amigos más cercanos, decidí presentarme como un candidato independiente en la confluencia L’Hencomú, conocedores de mi decisión, muchos de los que forman parte de la confluencia estuvieron conformes, por lo que me dejaron recoger los avales necesarios para poder presentarme, los cuales fueron debidamente entregados. El sábado 21 de marzo, para mi sorpresa, me comunican que hay un problema con mi candidatura y que un representante de cada partido que está en la confluencia ICV-EUIA,PIRATAS Y PODEMOS han decidido que no puedo formar parte. El motivo, haber firmado un comunicado que AKELHARRE LH sacó meses antes denunciando la forma de actuar de ICV-EUIA al no permitir que nadie les hiciera perder sus puestos en el ayuntamiento de la ciudad.

El domingo 22 de marzo y viendo lo que se les venía encima, intentaron callarme ofreciéndome a cambio ir en las listas en el puesto 18 (puestos de prestigio) de relleno para que me entiendan. Lógicamente yo les dije que no me vendía y que no quería formar parte de esta gran farsa.

Bcnencomú se enteró de todo lo sucedido y les comunicó que si no había unas primarias justas y democráticas para todos los candidatos, no avalarían el encomú de L’Hospitalet. Días después, otro candidato de AS.CAT, nos comunicó que su candidatura también había sido rechazada sin motivo alguno.

Mientras, las votaciones seguían su curso, vía web y en mesas en la calle, controladas por ellos, sin que existiera ningún órgano externo que controlara el ritmo de las votaciones, ni a ellos mismos.

Después de algunas llamadas realizadas por BCNencomú para indagar sobre lo acontecido, se decidió incluirme de nuevo en las votaciones, pero las mismas no se pararon, y se abrieron unas votaciones paralelas para que mis 80 avales pudieran votar. ¿Qué tipo de votaciones justas son estas cuando un candidato empieza a tener votos 5 días después de la fecha de inicio de los demás candidatos? Pero aquí no se acaba la cosa, pues las votaciones se ampliaron hasta 5 días más, para todos, de manera que a mí sólo se me otorgó un plazo total de 5 días cuando a los demás candidatos se les había otorgado un total de 10 días…. ¡el doble! Y la historia continúa, porque una vez que se decidió incluirme en las votaciones, y contando tan sólo con 5 días, lo que supone una clara desventaja en términos de tiempo, me indicaron que las mesas donde las personas podían votarme, por motivos técnicos, no se podían poner. El sábado 28 pedí a un candidato de EUIA que por favor se me pusieran mesas para que las votaciones pudieran tener lugar, y la respuesta fue: que imposible pues ese mediodía terminaban las votaciones en las mesas y los técnicos se marchaban de vacaciones. ¿Vacaciones en medio de unas primarias?

Me han acusado de robar, de ser drogadicto (y seguramente de alguna cosa más que desconozco), han intentado comprar mi silencio, y por último quieren acusarme de querer romper la confluencia, de querer un puesto en el ayuntamiento a toda costa y de presionar a BCNencomú para que a cambio de la marca me dieran un puesto entre los 5 primeros. Y nada más lejos de la realidad.

Es muy triste todo lo que he vivido, y siento una gran decepción por cómo se ha desarrollado el proceso, porque creo en el cambio, apuesto por el cambio y me encuentro con unas estrategias políticas que no me esperaba en absoluto.

¿Verdaderamente queremos un cambio en nuestra ciudad? Pues si lo queremos lo que me ha pasado a mí no debería haber pasado nunca, ya no por mí, sino por el bien de la democracia, del cambio real, de la transparencia y de la honradez política, si ello no se cumple, todo lo que se diga a continuación, no nos engañemos, demagogia política.

*Vecino de Hospitalet.