Militantes del movimiento femenino “Femen”, portan pancartas con sus torsos desnudos durante una protesta frente a la estación de trenes en Kiev, Ucrania

Jean-Michel Vernochet.- Después de los resultados previsibles de las consultas populares de Donetsk y Luganks, es el porvenir de Ucrania entera lo que está en juego.? Una pregunta surge inmediatamente: ¿En las condiciones actuales, con la proclamación de dos repúblicas populares autónomas, el referéndum general del 25 de mayo es todavía oportuno, o siquiera posible?

?Ciertamente la secesión del Donbass no ha sido aún acompañada de una petición de incorporación a la Federación de Rusia. Si esto llegara a pasar, sin duda sería para el otoño, después de nuevas consultas electorales locales. De aquí a entonces habrá pasado mucha agua bajo los puentes.?

?En efecto, todos los tropiezos en el camino son ahora posibles. En Occidente se están elevando voces contra lo que parece ser una subida imparable de los extremismos de las partes en conflicto. La preocupación ha subido mucho desde que lo irreversible ha sido cometido el 2 de mayo en Odesa con la muerte tan horrible como sospechosa de cerca de 50 civiles prorrusos desarmados. Las milicias ucranianas están muy activas en las regiones disidentes y se esfuerzan en quebrar mediante la violencia extrema el movimiento separatista que la irresponsabilidad del gobierno de Kiev ha favorecido en el este del país, entre otras cosas por su absurda decisión de prohibir el uso oficial del idioma ruso en esas provincias.

¿Quienes son esos milicianos asesinos? Al costado de los extremistas de Pravy Sector, se sabe ahora con certeza que se hallan hombres de las grandes sociedades del mercenariado estadounidense, como “Academi”, la última hija de Blackwater, de siniestra memoria. Se han detectado también grupos de yihadistas llegados del frente sirio con el apoyo de la familia real saudí, humillada por la negación de Rusia de abandonar a su aliado Bashar al-Assad. El caso ucraniano se internacionaliza por el mismo camino que tomó Siria hace ya tres años.

?En el este y sur de Ucrania las armas hablan cada día más y más violentamente.? Hemos asistido en los días que han precedido el referendum en las dos provincias rebeldes a dos baños de sangre particularmente horribles, dos tragedias que marcan el tono y la medida de los acontecimiento en curso. El primero ha sido el incendio el 2 de mayo de la Casa de los Sindicatos en Odesa, en el cual una cincuentena de personas han muerto asesinadas bárbaramente en circunstancias todavía no esclarecidas. El segundo, el 9 de mayo en Mariupol, a orillas del Mar de Azov, ha dejado unos 20 muertos masacrados por los paramilitares que dispararon a mansalva sobre los manifestantes.

?Todo esto nos lleva a plantear la pregunta: ¿Ucrania está agonizando, y con ella Europa?? Sin duda Europa sobrevivirá a la crisis ucraniana y a la del euro, dos crisis de las más graves que hemos tenido desde los años 30. Pero una cosa es casi segura: la UE, tal como la conocemos, la de los aprendices de brujo, ha entrado en agonía.

Esta agonía muchos la ven en la victoria en el festival de Eurovisión del travesti barbudo Conchita Wurst. Este episodio es la señal de una esencial fractura civilizacional entre el Oeste y el Este. Es el choque de culturas entre un mundo nacido de un catolicismo emancipado con el Concilio Vaticano II, asociado a las iglesias luteranas y anglicanas resueltamente modernistas, y un mundo ortodoxo tradicionalista renacido de sus cenizas después de la larga noche del totalitarismo colectivista. Resulta evidente que este choque no va a beneficiar a una Europa crepuscular afectada de una demencia senil que le hace olvidar de dónde viene y a dónde se encamina.