Un caso curioso surgió el viernes en la localidad de Larkspur, Colorado (EE. UU.). Un oso, probablemente atraído por el olor de la mantequilla de maní y el bocadillo de mermelada que había dentro, se subió a un Toyota Corolla 2008 y… lo condujo. Según el hijo del dueño del automóvil, Ben Story, de 17 años, que fue testigo de los hechos, el oso negro, al parecer hambriento, se subió en el vehículo y la puerta se cerró detrás del animal.

El oso al tratar de salir del coche, movió por casualidad la transmisión automática a neutro, lo que hizo que el automóvil rodara marcha atrás por un camino inclinado hacia un matorral. El animal recorrió unos 38 metros dentro del vehículo hasta chocar con unos árboles.

Probablemente la puerta se atascó cuando el carro chocó ya que el oso se quedó encerrado en el interior. Los vecinos llamaron al 911. Al llegar el servicio de emergerncia, liberaron al oso tras abrir la puerta del coche con una cuerda desde una distancia prudente. El asustado animal corrió hacia el bosque, sin olvidarse de dejarle a Story “un regalo” en el asiento del conductor. “Una gran montaña”, bromea el joven. “Algo para el recuerdo”.

No son raros los casos de osos que entran en viviendas o suben a los coches en busca de comida. “Pasa todo el tiempo”, dijo Tyler Baskfield, portavoz del Departamento de Vida Salvaje de Colorado. “Son muy inteligentes”, añade Baskfield.

Ahora el Toyota está completamente arruinado, aunque la compañìa aseguradora pagará los gastos. Story mencionó que el oso “sólo buscaba algo de comer. Cada persona que vive en esta zona sabe que los animales salvajes habitan al lado. Aprendemos a vivir con eso”.