Champions: El Atléti logra una trabajada victoria ante el Zenit (3-1) y el Barça se estrena con una goleada al Ajax (4-0)
El Atlético, un conjunto compacto y formado que ya muestra hechuras de equipo importante, respondió en su regreso a la Liga de Campeones, con una trabajada victoria ante el Zenit que confirma el gran momento de los rojiblancos. Simeone ha obrado el milagro en este Atlético que antaño, acostumbrado a tantas penalidades, hubiese perdido un partido como el disputado ante los rusos. Sin embargo, pese a los problemas que tiene este equipo para atacar con el balón, el técnico argentino ha conseguido crear un bloque al que es realmente difícil ganar. Pudo conseguirlo el Zenit al comienzo de la segunda parte, pero justo cuando el Atlético estaba contra las cuerdas, llegó el gol de carambola de Arda Turan. La suerte también hace tiempo que cambió para el Atlético.
Ese fue el momento determinante del encuentro. Lo que que levantó al Atlético cuando peor estaba jugando y más sufría fue el gol del turco, despedido, al igual que el omnipresente Koke, con una atronadora ovación de los aficionados colchoneros, que ya ven que su ‘Atleti’ puede llegar lejos en la Liga de Campeones. Y además, siempre pueden confiar en Courtois, salvador con dos intervenciones prodigiosas que garantizaron los tres primeros puntos para el Atlético, un equipo solidario entregado al sacrificio, al físico, a la presión, y también a la estrategia, que funcionó de pleno cuando hubo atasco.
Frente a un rival totalmente encerrado como fue el Zenit en la primera parte, el Atlético encontró el primer antídoto con un gol que rememoró el de la final de la Copa para abrir el camino de un triunfo labrado a balón parado. Marcado de cabeza por Miranda tras un córner sacado por Koke. En el Bernabéu llegó en la prórroga tras un centro del canterano después de que él mismo lanzase un saque de esquina rechazado por el Madrid. En el Calderón, en el reencuentro del Atlético con la Liga de Campeones casi cuatro años después, fue un córner directo rematado por el central brasileño el que puso en ventaja al Atlético ante un enemigo que en la segunda mitad dio un paso adelante al renunciar a su defensa de cinco, pero no pudo sobrevivir a la suerte y la fe del equipo de Simeone.
Con dos goles que llegaron con jugadas de estrategia, el segundo de rebote de Arda Turan tras una serie de rechaces en el área rusa, el Atlético se sobrepuso al efectivo sistema de contención del Zenit en un primer tiempo en el que los rojiblancos fueron muy superiores y también tras el descanso, cuando los visitantes estaban crecidos, gracias a su insistencia y a una pizca importante de fortuna. Hulk marcó un golazo para poner el empate y solo un minuto después de que el delantero brasileño estrellase una falta en el travesaño la fortuna se puso de lado del Atlético. Fue después de un lanzamiento de falta que nadie acertó a despejar ni rematar, y ante tanta insistencia rojiblanca, con el balón para acá y para allá, pegó en las piernas de Arda Turan para volver a adelantar a los españoles. Entonces ya no se podía escapar el partido, cerrado por un Baptistao que marcó tras una buena jugada elaborada casi nada más saltar al césped. Otra prueba más de que este Atlético está de dulce aunque se trabe en el juego cuando el enemigo no permite espacios. Y mucho más, si falta el sancionado Diego Costa.
EL BARÇA SE ESTRENA CON UNA GOLEADA AL AJAX (4-0)
El grado de exigencia del entorno barcelonista llega a un nivel tan alto, que a pesar de haber ganado la Supercopa y de haber cosechado un cuatro de cuatro en el arranque liguero, el famoso runrún del Camp Nou había comenzado a hacerse preguntas metafísicas como consecuencia de que ante el Valencia y el Sevilla el once azulgrana no fuera capaz de cerrar el resultado sin sobresaltos. Pero regresó la Champions, y las aguas volvieron a su cauce. El Barça resolvió con solvencia su debut en la Liga de Campeones frente el Ajax y el respetable en el coliseo azulgrana se fue a casa tranquilo y con una sonrisa de oreja a oreja.
Eso sí, la gente se fue alegre a casa por la segunda mitad de su equipo y porque Messi tuvo tres toques de inspiración, porque en la primera mitad entre el público empezaban a escucharse críticas a la alineación de Tata Martino. En parte, por dejar a Xavi y Pedro en el banco, por apostar siempre por la misma pareja de centrales (Mascherano y Piqué), por creer ciegamente en Cesc como organizador de su equipo o en Alexis como extremo o porque su equipo abuse del balón en largo (como si fuera un sacrilegio). Un Barça espeso en el manejo del balón y faltó del desborde que tanto caracteriza su juego, encontró en Messi una vez más su salvador.
El año pasado ya ocurrió en alguna ocasión. Los cracks se miran de reojo y cuando Cristiano hizo un triplete, Messi le respondió con la misma moneda. Este miércoles volvió a hacero. Frente al Ajax dio una exhibición de efectividad: de libre directo, a la contra o de manera genial casi en parado. De todas las maneras y colores, Messi ganó casi el solo el partido. Sus compañeros se lo agradecieron ampliamente porque no firmaron una buena primera mitad. Con Alexis y Neymar de extremos, Messi de ariete, y Cesc e Iniesta de organizadores, faltaba algo. Dígale dinamismo, desmarque, precisión en el pase, intensidad. Faltaba Xavi, a quien Martino está dosificando con razón, y la presión en campo contrario no era lo asfixiante que desea Tata. No lo era, porque solo presionaban los de arriba y si no tienen acompañamiento, no ahogan demasiado.
El Ajax, que empezó algo tímido fue cogiendo su sitio. Poulsen y De Jong se fueron haciendo dueños del centro del campo y Bojan, Boilsen y Sigthorsson complicaban la vida con su movilidad. El Barça estaba espeso, le faltaba fluidez, continuidad. De alguna manera no sabía muy bien a qué jugaba y no se reconocía. El atasco se hizo palpable a partir del primer gol de Messi. Corría el minuto 22 y el de Rosario lanzó una falta de manera magistral. Buscó el lado del portero y se encontró el palo, que escupió el balón para dentro. Golazo espectacular, que dio paso a una fase en la que al Barça se le vio impreciso en el pase.
El Ajax se hizo dueño del balón y se vino arriba. En los peores momentos del Barça, la figura de Valdés emergió con fuerza. Tras el descanso, el Barça adelantó algo más las posiciones, imprimió una marcha más a su juego, apretó, introdujo más intensidad y el Ajax, que había merecido algo más en la primera parte se vio bastante desbordado.
En el 55, Busquets lanzó una contra, encontró a Messi, quien tras driblar a su defensor y disparar cuando llegaba la ayuda, hizo el segundo. La tranquilidad por fin arribó a las gradas. El Barça se asentó, el Ajax perdió el control y el 3-0, de Piqué, acabó de enterrar las esperanzas holandesas de llevarse algo positivo de Barcelona. El 4-0, a un cuarto de hora del final, fue la guinda perfecta para un gran partido de Messi, que fue capaz de pararse, mirar, templar, dirigir y acertar. Con sutileza. La que tuvo Valdés para aguantar quieto y pararle un penalti a Sighthorsson. Víctor está en forma, quiere jugar el mundial y si el Barça no encajó frente al Ajax fue por sus paradas.
Esta Champions es del Atleti.