Juan Estrella/Especial para AD.- A diferencia de lo que suele pasar en las investigaciones tradicionales, a medida que nos vamos alejando en el tiempo de la catastrofe ferroviaria parece que nos vamos alejando también de las causas reales de tan espantoso suceso.

Cada nuevo dato que aparece no hace sino oscurecer el ya de por sí negro panorama que tienen por delante los investigadores del caso. Aquí y ahora están pasando cosas raras, casualidades sospechosas, demasiadas para que un espiritu crítico pueda tragárselas sin condimentarlas con un mínimo de análisis racional.

Si partimos de la base de la versión oficial de los hechos quedaría “totalmente descartada” las hipótesis de un atentado desde prácticamente antes de haber descarrilado el tren. De acuerdo. Aceptemos por un momento la versión oficial de los hechos y pasemos a analizar los datos.

Dato 1: El gobierno sostiene desde el primer momento que el infausto acontecimiento se originó a consecuencia de un temerario exceso de velocidad del tren en una curva ya conocida como peligrosa, punto éste  corroborado por el testimonio de dos periodistas, Mónica Ceberio y David Reinero, quienes declararon, tras participar en el viaje inaugural en 2011, que el tren hizo un mal movimiento exactamente en esa curva y que el hecho se comentó como algo extraordinario entre los pasajeros.

Dato 2: El maquinista ha declarado ante el juez y admitido totalmente su culpabilidad en la catástrofe, asumiendo toda la responsabilidad tras reconocer que “se despistó”. En la misma declaración eximió totalmente a la companía ferroviaria y a los sistemas de la empresa de cualquier responsabilidad.

Si analizamos detenidamente estos dos datos llegamos rápidamente a la conclusión de que algo huele a podrido en Dinamarca… y no es el queso. Para empezar, cómo pretenden hacernos creer que dos personas que pasan su vida viajando en tren le den la menor importancia a uno de los muchos tambaleos que pegan, ocurrido ademas hace muchos meses. Y qué casualidad que ambos “periodistas” estén en nómina de “El Pais”, que ya sabemos por quién está controlado. Después volveremos a hablar de “El País” y de su particular “toque de censura” al video de las imágenes del descarrilamiento que se ha distribuido en internet.

En cuanto a las declaraciones del maquinista, si es cierto que el hombre desde el mismo momento del descarrilamiento ya se sabía culpable y dispuesto a admitirlo todo por radio y de viva voz ante testigos, como también hizo ante el juez, ¿cómo entonces se explica que se negase a declarar ante la policía? ¿Cómo se explica que después de amitir ante el juez que la muerte de 80 personas fue debido a su impridencia temeraria, por no mencionar el coste económico del descarrilamiento, la fiscalía no solicitase la prisión provisional sin fianza y que el maquinista quede en libertad? Si cualquiera atropella por una imprudencia temeraria a alguien con su coche, se le manda a prision preventiva sí o sí.

Muchas dudas, muchas dudas pero sobre todo muchas casualidades. Casualidad que la precaria balanza de pagos de nuestro maltrecho país dependa de vitales contratos ferroviarios internacionales. Casualidad que la catástrofe se haya producido en la víspera del día del Patrón Santiago, símbolo de la Hispanidad. Casualidad que los servicios de informacion alertasen de que los grupos anarquistas separatistas gallegos planeaban algo para ese día… La lista de casualidades sería muy larga. Tan larga que podemos agregarle una más, acaso la más interesante:

La “carta de ajuste” que puede verse al final del video del descarrilamiento es la bandera utilizada por los anarquistas de nuestro país durante la guerra civil. La versión del video “cocinada” por “El Pais” recorta pudorosamente esos fotogramas y limitándolos, de los más de dos segundos que pueden verse en el video original a unos escasos milisegundos. Otra casualidad. Pueden comprobarlo comparando los dos videos:

original: http://www.youtube.com/watch?v=DYIn4OfIYUg

version de “El Pais”: http://www.youtube.com/watch?v=oRX0j6p5-SE

Con los datos públicos de los que se dispone hasta el momento, no es del todo descartable la hipótesis de que el descarrilamiento del tren haya sido el resultado de un atentado perpetrado por grupos anarquistas gallegos, quienes también podrían haber filmado y distribuido el video como medida de fuerza. Los ciudadanos queremos que el Gobierno nos proporcione datos que nos permitan descartar estas teorías llamadas conspiranoicas y que no son sino el resultado de décadas de mentiras por parte de los políticos españoles.

Queremos saber la marca y el modelo del sistema de videovigilancia instalado por RENFE, así como la marca y modelo de la cámara y la versión del programa de captura, para poder verificar que el video es auténtico y no obra de terceros. Al respecto es importante saber qué fecha y qué hora recoge el video. Tampoco hemos visto la etiqueta de “Cámara 1”, “Curva 12” o el nombre que tuviese asignado la cámara que grabó el suceso dentro de la red del circuito cerrado de televisión. Esto es lo habitual en los sistemas que controlan muchas cámaras, para poder luego distinguir unas grabaciones de otras sin tener que conocerse de memoria los paisajes.

*Experto en trenes