Enrique de Diego.- El Partido Popular ha generado una estructura de corrupción en la que no hay excepción: todos son Bárcenas, hay un Bárcenas en cada pueblo español. Por eso, el PP es la peor mafia de la historia de España, la que ha llegado más lejos y más hondo en la corrupción El PP es el partido más corrupto sin parangón posible.

El Partido Popular nacional, detentadora de la marca, cobra las cuantiosas subvenciones correspondientes a los resultados nacionales, tanto de las locales, como de las autonómicas, como de las generales. El negocio es redondo porque funciona como una franquicia cuya marca se delega a los grupos corruptos locales. Insisto: el PP no existe en ninguna localidad española. No hay ninguna sede del PP, ninguna está a nombre del PP. No hay ningún teléfono a nombre del PP. No hay ninguna factura emitida en ninguna localidad española a nombre del PP. Eso significa que el PP no ha pagado ningún impuesto, que funciona todo él en la economía sumergida; que es un paraíso fiscal y una trama de defraudación. Se paga en efectivo y en negro a través de asociaciones tapadera.

El dinero sustraído a la Hacienda Pública adquiere dimensiones estratosféricas. El PSOE, que es extraordinariamente corrupto, no ha hecho nada igual ni parecido. Decir que el PP es la mafia mayor y peor de la historia de España, no implica que el resto no sean mafias. Pero el PSOE funciona con su CIF, mientras el PP, no. Sólo la sede central. Eso significa que el PP tiene un Bárcenas en cada localidad española; que todos son Bárcenas.

El negocio para la sede central estriba en cobrar el montante global de las subvenciones correspondientes a los resultados electorales. ¿En qué consiste el negocio para las mafias locales, para los Bárcenas de cada ciudad o pueblo? Se trata de un negocio muy rentable. Cuando Mercedes Alonso fue designada presidenta de la Gestora de Elche, su esposo José Antonio Peral, que se autodefine como el ‘ideólogo’, expresó: “Nos hemos hecho con la marca”.

Los peperos locales se financian a través de mordidas, comisiones y sobre de los empresarios corruptos, que lo son casi todos, pues el sistema es corrupto. Sobre todo, aunque no sólo, de empresarios de la construcción. Lo hacen a cambio de recalificaciones, prebendas y también de créditos políticos, blandos, de las cajas controladas por el PP. Son estos créditos multimillonarios, cuya existencia se ha hurtado a la opinión pública, los que han hundido a las cajas. Los 26,6 millones concedidos a un ya quebrado Gerardo Díaz Ferrán por la Caja Madrid del corrupto Miguel Blesa, que ha de volver más pronto que tarde a prisión. Los 3,4 recibido pos Alberto Recarte y que no ha devuelto. Los 36,4 millones autoconcedidos por el pepero José María Arribas en Caja Burgos, tampoco devueltos. Y así suma y sigue, el Pocero, Modesto Crespo, Enrique Ortiz… Con la marca PP, se han peinado los polígonos industriales. Se han recogido sobres. Todo ese dinero no pasa por la sede nacional de la mafia pepera, cuyo emblema, acertad, es un ave carroñera. Todo ese dinero queda en los grupos mafiosos locales que utilizan la marca PP, una auténtica patente de corso.

A veces, se funciona con respecto a expectativas, como en Elche. Mercedes Alonso y su esposo han acumulado un ingente patrimonio, objeto de recalificaciones políticas. El PP es un espléndido negocio para las mafias locales. Pedro Ángel Hernández Mateo, exalcalde de Torrevieja, ha acumulado un patrimonio superior a los dos mil millones de las antiguas pesetas. Su mujer declaraba que “ya no puedo comprar en Torrevieja”, porque no había marcas para su nivel. Hernández Mateo, íntimo amigo del corrupto y corrupto moral Federico Trillo, se buscó una amante, a la que puso un bar y financió las tetas. Todo eso no le impedía comulgar, porque los peperos son hipócritas. Ha sido condenado a 3 años de cárcel y ha recurrido al Supremo.

El pepero Luis Díaz Alperi llegó a la alcaldía de Alicante con deudas de 45 millones de pesetas y el piso embargado. Pronto manejó fajos de billetes. La Agencia Tributaria le acusa de no haber declarado la bonita cifra de dos millones de euros en los tres últimos años. Adquirió dos yates. Viajó en compañía de la concejala pepera Sonia Alegría a Creta en un jet privado. El viaje y la estancia de tamaña corrupto hortera costaron 45.000 euros, que pagó el empresario Enrique Ortiz, propietario del 70% del territorio urbanizable de Alicante. Hernández Mateo, Mercedes Alonso o Díaz Alperi no son la excepción sino la regla.