He encontrado un líder natural
Por C. Dermul/Remitido.- Me dirijo a tantos que hemos decidido dejar de ver TVs, leer prensa de papel y sumergirnos en la aventura de encontrar la verdad, la noticia, lo que nos interesa. Los que viajamos por esa autopista de la libertad que es internet.
Desde hace días me pregunto dónde encontrar ese líder natural que todos buscamos o buscan sin descanso, alguien que nos conduzca. Se han convocado a las gentes libres desde muy distintos rincones de la sociedad, y les aseguro que el frente de la batalla, la línea de vanguardia en la que todos debemos posicionarnos es clara y definida: frente al enemigo y no es otro que –le tomo prestada a don Enrique la acepción- la casta parasitaria. Pues bien, yo he encontrado, tras años de búsqueda o de esperanza, a un líder natural: Enrique de Diego, y a un medio para sentirnos que hay libertad de expresión y lugar de reunión, sin duda, www.alertadigital.com
La deriva nacionalista, hija y al tiempo artífice de todo el mal que nos ha llevado a la desintegración de España, comienza a ser u lastre del que es preciso deshacerse. Nada, ni para los invidentes de espíritu en que han convertido a las otrora, buenas gentes de esas maravillosas tierras que son de todos; hay ya para repartir. Los mendrugos de la libertad han sido hecho migas y sobre nuestras propias cenizas de inmundicia y cortedad de miras, se mofan a mandíbula batiente los únicos enemigos que tenemos: la casta.
Han traspasado toda línea, toda moral, todo pensamiento lógico, todo sentido común. Estos días el debate que ha cobrado protagonismo es el mismo que ya de Diego anunciara en un programa, creo que hace un par de años: las autonomías son de todo punto insostenibles. Pienso en los catalanes que prefieren la muerte por hambre que el progreso. En los vascos, eso guipuzcoanos hacedores de España; gallegos que últimamente se van enrolando en la estulticia de querer ser grandes convirtiendo a su gente en aldeanos de los tiempos de señores que por cazar en sus bosques imponían penas de muerte…
Don Enrique nos ha ido demostrando que tiene usted un discurso global, que lo mismo se puede aplicar en cada ayuntamiento, que a nivel nacional, porque esta crisis es de modelo y el modelo ha muerto en cada rincón de España. No veo otra opción que formar un gran frente, una mesa de unidad como han hecho los Venezolanos, en torno a alguien que es todo soldado, todo monje, todo atalayero, contra los políticos que hasta de banqueros se han revestido.
No hay ofensa alguna para ningún catalán, vasco, murciano, valenciano, en decir somos todos España y esa suma de los presentes y de los que nos precedieron en esta vida, es el fin de todo su movimiento. Por España, con los españoles, para los españoles, la única etiqueta que debemos llevar bien visible en el corazón. Porque durante demasiado tiempo se han adueñado de la voluntad de un pueblo que solo ha sabido trabajar y querer que sus hijos salgan adelante. Porque ya está bien de dividirnos, porque Alemania, ni Francia, ni los inmigrantes musulmanes, van a ollar esta tierra donde reposan los restos de nuestros antepasados. Despertad. No hay más que una meta ahora, sacudidnos el yugo de la esclavitud. No permitáis que os hagan ciudadanos de segunda. Ya ahormaremos una nueva Constitución, pero en nombre de vuestros propios hijos, desbanquemos a la casta y al jefe de la misma.
Que razón y razones tiene usted don Enrique. Alerta digital es un hervidero y da una infinita tristeza ver cómo los separatistas se intentan adueñar de algo que no les pertenece, España es de todos los españoles- porque negarse ser parte del todo es perder también la legitimidad de la parte-. Se han cargado la movilidad geográfica, el entendimiento, la posibilidad de prosperar. El carnicero que ha seccionado cada miembro ha hecho bien su trabajo. Porque entre hermanos, vecinos, estemos abocándonos al suicidio colectivo como Nación, es culpa solo de los políticos.
En estos días y gracias a la labor impagable de ustedes dos y ese medio de comunicación, vamos sacudiéndonos las telarañas de la razón.
Hace años, y de manera casual me prestaron un libro de Enrique de Diego creo que alguna vez ha contado en radio que hasta se confundían con el título pues era de todo punto imposible que se entendiera “Privatizar las mentes”, cuando es precisamente lo que nos sugería como receta para no dejarnos llevar hasta donde estamos. Resulta que, esta obra maestra del ensayo valiente sobre la política, es del año ¡1996!. No hay literatura parecida en hasta los últimos dos años de la era zapateril. Así, por adelantado a su época, le sigo y ustedes vayan tomando nota.
Durante todos estos años el señor De Diego no dejó de hacer crítica sobre la casta, y desde esa tierra de luz que solo Sorolla supo plasmar en cada lienzo, se lanzaba en pequeñas escaramuzas desde su “Rambla”. Luchó por abrirnos los ojos y desenmascarar a PSOE y PP ya en aquellos años 90, y fue intentado castigar al silencio; no creo que nadie de quienes ahora se rasgan las vestiduras, elevándose sobre lo que ven y no habiendo entendido hace mucho que el panorama actual era inevitable, tenga autoridad para hacer lo mismo. Ser profeta de la realidad, a evidencia pasada, a ceguera o miedo, eso, lo somos todos. Ser el -lo digo por el amor a la historia que don Enrique muestra- atalayero, solitario; faro que avisa del escoyo; es la genial excepción que de Diego ha mostrado siempre. No surge ahora al albur de modas o por desencanto, siempre ha estado ahí. Y lo voy entendiendo. La sensación es que nunca, ha dejado de ser coherente con lo que dice, esté quien esté al mando de España o de la autonomía en la que su trabajo se realizaba.
Ahora que tras el despido de Intereconomía, -y las razones son de peso porque que incómoda debió sentirse la casta oyéndole y escuchándole- podemos contar con su acertada pluma periodística en alertadigital.com.
Pequeños partidos, reductos de desencantados, agrupaciones… perlitas han ido surgiendo en los últimos cinco o seis años. Y en todos los casos se han declarado contra una formación u otra, de esas dos grandes ¿compañías? ¿empresas? de colocar a su gente que son PP y PSOE. Bien por enemistad ancestral nacida del propio mal que ha ahormado este sistema: seguir siendo de derechas o de izquierdas, como si esos dos paquidermos moribundos de Génova o Ferraz, tuvieran más que ideología que la idolatría de lo suyo propio; bien por decepción de los que creían suyos.
Sin embargo a don Enrique siempre que he tenido la ocasión de leerle o escucharle le observo en la misma línea certera: crisis de modelo, modelo fracasado, modelo nacido muerto, socialismo que jamás ha funcionado, porque el Estado nunca debe ser el amo, sino el servidor de quienes lo forman: el pueblo. En su formación política y en la asociación de las clases medias, el Sr. De diego ha debido de salir a la calle con sus huestes detrás –y no entro en el estúpido juego de las cifras, porque ninguno de sus compañeros de profesión ha sido capaz de liderar ni su propia protesta- en más de 50 ocasiones: contra los sindicatos subvencionados y la patronal vendida; creo que a Moncloa fueron dos veces; la defensa del Palacio de Boadilla, cuyo edil local resulta ser del PP y entrega esa maravilla a nada menos que la empresa privada de artistas la SGAE. No ha dejado de aparecer en cada concentración contra ETA, ahí le he visto en distintas ocasiones fuera convocada por quien fuere.
Fue detenido en Ferraz, -tienen ustedes fotos y textos en internet- creo que la concentración que allí hicieron era contra la “Guerra de Zapatero”, que aplaudo porque nos demostró cuan interesados están los políticos en votos, y cuan escaso criterio o moral tienen. A primeros de esta año (eso lo he conocido hace poco), se concentró con su gente, a la que quiero añadirme, sumarme desde ahora, ante la sede del PP, y eso es coherente con su discurso de años. Y un domingo le vi en la Plaza de Cibeles haciendo algo tan insólito como la venta de cochecitos en línea, indudable, con la campaña de su partido de poner a la venta todo coche oficial del ayuntamiento de Madrid. Quizá hayan tenido que pasar estos 20 años de su constancia, y que me haya ido yo topando con sus acciones de manera intermitente, es ahora cuando reconozco que este hombre tiene esa fuerza de los héroes que nacen del pueblo.
Estoy comenzando a leer cada libro de la editorial Rambla que voy encontrando, porque con cada uno de ellos voy comprendiendo y haciendo mía, la línea de rectitud de pensamiento de este singular –dicho con todo reconocimiento- “pregonero”.
Un hombre que ya no se deja silenciar y que nos conmina a no callarnos. Y qué razón tiene ¿Dónde está nuestro valor si nos perdemos en el conservadurismos de las formas, cuando la buena educación se convierte en debilidad?, porque el enemigo, el político juega con nuestro temor. Y nos divide y nos confunde. A don Enrique le acusan de ser de derechas y hasta de extrema derecha, e incluso en el programa de Radio Libertad al tener a periodistas de medios que se autodenominan de izquierdas le han llegado a presentar como izquierdista. Pues bien si es acusado por ambas facciones de esa casta, es que precisamente, lleva razón.
Yo no busco más. Cuente conmigo y los míos. España no va a ser puesta de rodilla durante más tiempo, y cada catalán, vasco, murciano, de las islas, gallegos, castellanos; les solicito que se tomen la molestia de reflexionar: ¿a quién beneficia la división de ideas y del territorio? A ninguno de los que lo habitamos. Solo hay un enemigo, reitero, y tiene la osadía de pagar sedes, sindicatos, fundaciones, parlamentos, en nombre de nuestra esclavitud. Por la libertad, D. Enrique, condúzcanos.
Estará usted tanto el 15S como el 25S y no conozco a nadie que tenga un movimiento ciudadano que diga lo mismo. Otros andan eligiendo o decidiendo, debatiendo. Y todos sabemos que la hora del combate ha empezado.
Este verano ya he visionado y encantado con la novedad que Armando Robles nos ha entregado, dos apariciones en debates donde el señor De Diego habla sin tapujos. Si esta es la nueva forma de hacer televisión, díganme donde he de suscribirme.
Como siempre, gracias don Armando y don Enrique, por la labor que realizan. Un seguidor ya incondicional.
Pauperes commilitones christi templique solomonici.
Orden de los pobres caballeros de cristo,caballeros del templo de salomon.