Lejos de amedrentarse ante las amenazas de Pedro Sánchez, la Justicia y, sobre todo, el periodismo libre se lanzan contra el dictatorial sanchismo para destronarlo. A Sánchez le llaman ya corrupto, sátrapa, autócrata, tirano y hasta antiguo cliente de las saunas para gays del padre de Begoña. La prensa internacional se suma a la batalla y clasifica a Sánchez como corrupto y dictador contaminado de comunismo.

Antes de atacar a la prensa libre, el gobierno de Sánchez tiene muchas suciedades y carencias democráticas que solucionar, entre ellas la compra masiva de medios y de periodistas con fondos públicos, la ocultación de verdades que el pueblo tiene derecho a conocer, la práctica continua de la mentira y el bulo y un largo etcétera.

Al revolverse contra las tendencias dictatoriales de Sánchez, parte de la sociedad española está demostrando que está viva y decidida a luchar por sus libertades y derechos.

Alfonso Guerra, antiguo vicepresidente del gobierno de España con Felipe González, carga contra el líder socialista Sánchez en ‘The Times’, donde le llama autócrata y le acusa de dividir, peligrosa y deliberadamente, a los españoles en dos bandos enfrentados.

Medios independientes de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Italia y otros países empiezan a criticar a Sánchez y a destacar sus tendencias dictatoriales y antidemocráticas.

Por su parte, las asociaciones de prensa de España exigen que cesen los ataques políticos para acallar a los periodistas y reitera que “sin periodismo no hay democracia”, un lema imperfecto porque debería cambiarse por “sin periodismo libre no hay democracia”, porque lo que la democracia exige no es periodismo, sino la labor de periodistas veraces, comprometidos con decir la verdad a los ciudadanos.

La hipócrita declaración de Sánchez, que se muestra decidido a defender la democracia, siendo él su principal enemigo y verdugo, ha exasperado a la España decente y libre, que por fin parece haber entendido que Sánchez es un peligro mortal para la libertad y que cada minuto que siga en el poder es un baño de excrementos para la nación española.

Las redes sociales, donde Sánchez hace mucho que perdió su batalla, están ardiendo contra el aprendiz de dictador, del que se resaltan sus pecados del pasado, su vergonzosa tolerancia con la corrupción de su familia, sus alianzas con los indeseables que odian España, sus concesiones anticonstitucionales a sus socios independentistas y su catarata de agresiones y daños a España, a la Constitución, a la libertad, al Estado de Derecho, a la separación de poderes y hasta a su propio partido, un PSOE destrozado y tiranizado al que Sánchez está dejando sin alma y sin futuro.

Alfonso Guerra dice de Sánchez en el influyente “The Times” algo que comparten más de la mitad de los españoles: “Es cada vez más autócrata y está cavando su propia tumba”,

Las verdades ocultadas, casi todas por miedo a perder subvenciones, de la prensa corrupta española, empiezan a caerle encima a Sánchez como un bombardeo letal: que si falsea las cuentas, que si engaña a la Unión Europea, que se han realizado 39 vuelos en avión oficial Falcon, a República Dominicana, todos ocultados, que si reparte de manera mafiosa los fondos europeos, que si margina y castiga a las comunidades gobernadas por su adversarios, que si demoniza a VOX con mentiras e injusticias, que si la deuda del país está a punto de estrangularlo, que si cabalga sobre un mundo de mentiras y engaños insoportable, que si esta demostrando que puede vender a España a cambio de poder, que no es capaz de ganar unas elecciones, que es el presidente de gobierno más rechazado desde Godoy, y un largo etcétera.

La rebelión contra el sanchismo que quiere imponer silencio y mordaza es una bendición para la libertad y la democracia en una España que está siendo dañada y reprimida en sus libertades y derechos por su propio gobierno.

Voto en blanco