Marcelo Duclos.- Solamente con mirar las cuentas de comunicación del régimen iraní en internet, uno puede sospechar las locuras que argumentan permanentemente los medios dominados por la teocracia. Aunque con escuchar el tono y ver la gesticulación alcanza para tomar dimensión real de todo ese delirio, gracias a las traducciones de los mensajes del ayatola Alí Jameneí al inglés o al castellano.

Luego de la paliza de Israel y Estados Unidos, donde la “revolución islámica” (que ya lleva casi cincuenta años en el poder) perdió a sus principales cabecillas y a sus bases de desarrollo de energía nuclear, el ayatola y su equipo de comunicación decidieron decir, simplemente, que ganaron. Lo que uno puede suponer que hacen desde sus medios estatales sistemáticamente, también lo repiten al público internacional. Claro que el resto del planeta se termina riendo de los absurdos comunicados del régimen iraní.

Aunque todo parece indicar que Jameneí está vivo, solamente porque la Casa Blanca así lo quiso, el ayatola aseguró que Irán le “plantó en la mejilla una severa bofetada” a Washington. En otro de los comunicados de la cuenta oficial en español del ayatola, hasta se habló de una “victoria” del “amado Irán” frente al “régimen” de los Estados Unidos.

Para el relato oficial, los bombardeos estadounidenses no generaron grandes daños. La intervención de Donald Trump habría tenido la única finalidad de que el “régimen sionista” no fuera “destruido por completo”.

“Pese a todo ese alboroto, pese a todas sus presunciones, el régimen sionista fue casi derribado y aplastado por los golpes de la República Islámica de Irán”, señala otro de los tuits.

Los replicadores en Latinoamérica, vinculados sistemáticamente al kirchnerismo, al chavismo y al régimen cubano, durante el conflicto se dedicaron a compartir imágenes en las redes sociales creadas con inteligencia artificial. Sin embargo, las divulgaban con comentarios que daban a entender que se trataba de sucesos reales. Claro que también esto generó las carcajadas de los usuarios que advertían la falsedad de los sucesos imaginarios que subían a sus cuentas.

¿Cuál es la finalidad de todo esto? La verdad es que esta pregunta no tiene una respuesta concreta. Por lo pronto, en Irán no hay cambio de régimen y Jameneí sobrevivió a los ataques, con la única defensa de crearse una realidad alternativa. Un relato orwelliano que puede construir con impunidad dentro de su país, donde no hay voces que lo contradigan, ni en la política ni en los medios. Pero este comportamiento insólito genera burla en el resto del mundo, donde queda en evidencia que se trata todo de una evidente mentira de índole delirante.