Descubre qué son los desgarros musculares
Siempre es fundamental saber en qué consisten y cómo pueden producirse para acudir al médico antes de que se complique más la lesión.
A continuación, queremos hablaros sobre Que es un desgarro muscular y qué tipos existen, algo que siempre es útil para después saber cómo debemos actuar al respecto.
El desgarro muscular y sus tipos
A esta clase de desgarro también se le llama distensión, la cual se produce cuando las fibras musculares se estiran algo más allá de su capacidad o se rompen.
Aparecen cuando se hacen actividades físicas de gran intensidad, movimientos bruscos o accidentes y, dependiendo de o grave de la situación, se van a clasificar en:
Grado I (leve)
Se va a producir cuando haya estiramiento excesivo un desgarro en una cantidad pequeña de fibras musculares; donde la persona tiene un dolor leve, presenta algo de rigidez y también una ligera pérdida de fuerza.
Grado II (moderado)
Hay un desgarro parcial en las fibras musculares, causando dolores de más intensidad, hinchazones y problemas de movilidad del músculo afectado.
Grado III (grave)
En este caso, se produce una ruptura total del músculo o del tendón. Aquí se tienen molestias más importantes, incluso pudiendo perder la función del músculo en la zona lesionada.
Lo cierto es que, como nos dicen los expertos de Elgeadi, Traumatólogos de referencia en Madrid, estos desgarros pueden ocurrir en cualquier otro músculo de nuestro cuerpo, pero suelen aparecer más cuando se hacen esfuerzos físicos.
Las zonas más comunes en las que se producen son los gemelos, los isquios en la zona posterior del músculo o en los cuádriceps.
¿Qué debes hacer si sospechas que tienes un desgarro muscular?
Hay que tener claro que los desgarros musculares no son únicamente “tirones” hablamos de roturas parciales o totales de fibras musculares, y cuando no se manejan bien desde un principio, te pueden dejar sin poder hacer actividad física más tiempo de lo que piensas.
¿Cómo saber si estás ante un desgarro o una contractura simple?
- Sentirás un dolor punzante y agudo cuando te esfuerces, como si algo se cortase.
- No vas a poder seguir moviendo de manera normal ese músculo.
- Se puede producir una inflamación o hematoma en las horas siguientes.
- Los dolores no mejoran ni con el calor ni el movimiento.
Algo importante: Si ves que el día siguiente el dolor sigue siendo el mismo o ha empeorado, no puedes moverte o apoyar bien, no continúes entrenando, puesto que puede haber un desgarro.
¿Qué deberás hacer las primeras 48 horas?
Reposo relativo: no deberás inmovilizar la zona por completo, pero tampoco forzar en demasía la zona.
Aplicar frío de manera local (unos 20 minutos cada 2 o 3 horas, con el fin de que vaya bajando la inflamación.
Evita los masajes, el calor o estirar en esta fase, puesto que pueden provocar un agravamiento de la lesión.
En el caso de que el dolor sea fuerte o haya dudas, lo mejor es consultar y solicitar una ecografía muscular. Todo ello confirmará el desgarro.
¿Qué puede retrasar más la recuperación?
- Entrenar de nuevo cuando sientas que te duela menos.
- No hacer una rehabilitación activa de tu lesión.
- Utilizar antiinflamatorios sin la pertinente indicación médica
- Es posible que interfieran con la reparación del músculo.
Prevención de los desgarros musculares
De cara a prevenir su aparición, o en el caso de que te hayas recuperado de un desgarro, es bastante importante el tomar una serie de medidas para que no se produzcan de cara al futuro. Os dejamos una serie de consejos que pueden ser de gran utilidad para evitar este tipo de problemas:
- Calentar bien antes de hacer cualquier ejercicio físico.
- Añadir ejercicios de fuerza y flexibilidad en los músculos.
- Hidratarse bien y que la dieta sea equilibrada, rica en proteínas para que se regeneren los músculos.
- Uso de técnicas adecuadas cuando se entrene o nos ejercitemos.
Saber bien los síntomas de los distintos tipos de desgarros musculares que hay ayuda a que se puedan tratar lo antes posible y luego proceder a su rehabilitación. Esto ayudará a recuperarse por completo y que no se desarrollen complicaciones mayores.
Diagnóstico y tratamiento del desgarro muscular
El diagnóstico de los desgarros musculares se hace con una evaluación de carácter físico y sintomatológico. Hay veces que los traumatólogos hacen exploraciones adicionales en la consulta, como puede ser una ecografía para así obtener una imagen con todo detalle de la lesión en cuestión.
Aquí es importante distinguir entre un desgarro que sea leve y una contractura muscular, puesto que muchas veces la sintomatología es parecida. Los expertos pueden diagnosticar de forma precisa la clase de lesión y se recomienda un determinado tratamiento.
Los tratamientos dependerán de lo grave que sea la lesión. Si es más leve, el paciente debe estar entre 8 y 10 días en reposo para que el músculo se repare por su cuenta.
Si es un caso de mayor gravedad, puede incluso llegar a ser de más de tres meses y deberá someterse a una serie de sesiones de fisioterapia y rehabilitación que sean de ayuda para el fortalecimiento del músculo.
Conclusiones sobre los desgarros musculares
Creemos que a la hora de saber las razones por las que se produce un calambre o un desgarro en nuestros músculos es importante ir a información contrastada como puedes leer aquí, donde te indican Que son y por qué ocurren los calambres musculares. De esta forma te despejarás de dudas, y sabrás diferenciarlos, puesto que al final los expertos son los que más y mejor pueden ayudarte a la hora de conocer tu problema.