La brutalidad más extrema, una vida destrozada por la atrocidad de unos compañeros de clase. Y todos menores de edad. Los hechos ocurrieron en marzo de 2023 pero la víctima sigue recibiendo tratamiento psiquiátrico por todo lo que sufrió y el daño que le llegaron a hacer física y anímicamente. El curso ya estaba siendo un calvario, pero un viaje deportivo a Málaga acabó por ser una entrada directa al más cruel infierno. Eran compañeros de clase en un colegio concertado de Valencia. La Fiscalía de Menores sólo acusa a uno de los cinco niños porque fue el único que declaró, otros dos se negaron a prestar declaración y otros dos tenían 13 años cuando ocurrieron los hechos tan brutales, por lo que son inimputables.

La sucesión de delitos la relata Las Provincias y todos tuvieron lugar especialmente durante el curso 2022-2023 en un colegio concertado de Valencia. Entre septiembre y marzo la víctima ya sufría vejaciones, burlas e insultos diarios, pero el centro escolar decidió sumarse a unas jornadas deportivas en Málaga, lo que llevaría a que la víctima y sus eternos agresores tuvieran que, al menos, pasar una noche en el mismo hotel.

Según relata el citado medio, acogiéndose a la denuncia, en un momento dado en el establecimiento hotelero, el grupo de agresores cercó a la víctima, metiéndolo por la fuerza en un baño que cerraron con pestillo.

La víctima, que llegó a soportar en silencio por temor a represalias de los agresores que le continuaban amenazando para que no contara nada y acabó desmayándose e ingresando en el Hospital La Fe de Valencia, relató con precisión los hechos y los nombres de cada participante.

Lo que ocurrió en aquel hotel de la provincia de Málaga fue lo más parecido a la brutalidad que caracterizan las manadas de hombres mayores de edad, tanto por las prácticas sexuales como por los comentarios. El grupo de agresores llegó a masturbarse delante de la víctima, obligándole a proseguir con prácticas sexuales, mientras se chillaban y jaleaban con frases como «hazte una paja o morirás«, »que sufra, que sufra, quiero ver como sufre”, según relata la Fiscalía de Menores.

El niño guardó silencio porque las amenazas continuaron al volver a Valencia, para que no contara nada, pero si cuerpo dijo basta y acabó desmayándose sobre su madre. Ahí comenzó a salir a la luz unos hechos que acabaron con varios ingresos hospitalarios, tratamiento psiquiátrico que dos años después aún continúa y la salida de la víctima y sus dos hermanos del centro escolar.

Según el citado medio, un docente del centro escolar relata que tras estallar aquellos hechos, el colegio decidió prohibir los viajes y actividades que implicarán pasar noche fuera de Valencia y que cerca de una decena de alumnos del curso continuaron sus estudios en otros centros escolares.