Sánchez utiliza un «friki y casposo» Festival de Eurovisión
Toda España paralizada en 1968 para ver a Massiel y su llovido del cielo «La La La», en el evento musical más importante de aquella Europa. Digo «La La La» llovido del cielo, porque fue Serrat quien anunció con toda la valentía de aquella izquierda reivindicativa, que él no participaba, porque el régimen dictatorial no lo dejaba cantar el tema en catalán; a lo que se reaccionó anulando su candidatura y nombrando a Massiel nuestra representante.
Toda España pendiente de este acto, que paralizaba el país frente aquellos aparatos en blanco y negro, que nos dieron una tremenda alegría y un motivo de orgullo como españoles.
Pues ahora, ese Festival de Eurovisión, los politicuchos que tenemos que sufrir de un color y de otro, lo han convertido en una espantosa, ordinaria e inútil pantomima, sin ninguna calidad musical, y abandonada en manos de las televisiones públicas europeas que están politizadas por los gobiernos de turno.
En España, con esta ley electoral que permite a minorías radicales mandar en todo, se le ha permitido a los secuestradores de la poquita lógica que pueda existir en Sánchez, utilizar este frikifestival para llamar públicamente a Israel «estado genocida». Como podéis imaginar, esto solo ha sido lanzar la enésima cortina de humo, a sabiendas de que se iban a publicar las nuevas «noticias» sobre Santos Cerdán; ese tío que deshonra la importantísima profesión de camarero, que es de la que viene. De camarero pasó a concejal, y tras subirse en el Peugeot que está acabando con un PSOE «tan necesario», fue ascendido a ministro.
Al portero del puti-club, no se atrevieron a darle una «carterita». Le dieron un mono de fontanero.
Piden romper relaciones diplomáticas con Israel. ¿De qué sirve romper relaciones diplomáticas con nadie?. ¿Qué beneficio trae el no disponer de la información que nos aporta el cuerpo diplomático en el país que sea?
Nunca jamás ha habido un cúmulo de vergüenzas tan numerosas y seguidas en esta santa tierra — y eso que hemos tenido rachas importantes — No somos capaces de recordar todos los casos de corrupción que envuelven La Moncloa, y aquí no pasa nada. No tiene ninguna lógica. Estamos secuestrados por un tío separatista, que utiliza al enfermo narcisista de Pedro Sánchez, para intentar salvar su moribundo separatismo.
Esto no puede acabar bien.