Alvise

Francisco J. Núñez Fabián.- Es innegable que cierta ola de descontento con los políticos se va acrecentando con el tiempo. También es innegable que no hay, de momento, una cuerpo social intelectual con arrojo suficiente para crear un movimiento Laocrático.

La sociedad falsa en la que vivimos necesita de saduceos inmorales para sujetar los pilares de la partidocracia que se creó hace cincuenta años.

El español siempre despegado de la política, por costumbre y consejo franquista, aquello de “No se meta usted en política” que decía Paco, el del Ferrol; reaparece con impostada libertad cada vez que hay elecciones y se posiciona como miembro de Sanedrín acusando al anterior presidente y elevando a la categoría de presidente honrado a aquel que lo defraudará pasados cuatro años.

¿Qué tiene España que aquel que toca pelo le crecen las uñas hasta la caja de caudales? Siempre, siempre lo mismo.
La herencia religiosa nos ha hecho ser mesiánicos. Y no es que sea contraproducente; pero se me antoja arriesgado. La experiencia nos regaló a Felipe González y a Aznar, mesías de plásticos que sirvieron a que se yo que poder; pero es evidente que a la Patria no, al menos no a la Nación.

¿Y que nos queda, pues?

Nos queda que aunque no sea un mesías, viene con la verdad por delante. Es el primer político que denuncia el verdadero problema de España: su sistema. Un sistema criminal que usa la corrupción como fuel. Un sistema que sin robar no marcha.

No sé si usted ha colegido ya que hablo de Alvise Pérez, denostado, acusado; señalado como ultraderechista, fascista, bulero, corrupto, agitador, antisistema y otras perlas que viendo de la boca que procede, me reafirma al personaje como alguien que de verdad es peligroso para los corruptos.

Cualquier español hubiera dado su mano derecha por ver un partido político que persiga a los corruptos, que denuncie a los ladrones, que señale al mismo presidente y le desee la cárcel.

¿Cuándo  español ha tenido la información de un partido político como la que ofrece SALF cada día? Miles de noticias al año, millones de lectores que saben del barro de la partidocracia gracias a las publicaciones de Alvise; y sin embargo…

No será un mesías, pero se le parece mucho. Predica y eleva el sentimiento de una nación en un solo dogma: “Se acabó la fiesta”.

Basta ya de miserias, basta ya de Godoys, Antonio Pérez, Sagastas y Bellidos Dolfos. Cada presidente que ha habido en España era tenía a estos como modelos.

Llega el momento de escuchar a quien dice verdades como puños y Alvise viene diciendo a estos traidores lo que Roma a los felones de Viriato: España no paga a traidores.