Francisco Marhuenda.- No ha tardado en visualizarse la condición de Sumar como perrita faldera. Sumar se ha convertido en una entelequia al servicio de las ambiciones personales de Yolanda Díaz y su equipo de izquierdistas apesebrados.

En esta ocasión, los comunistas necesitaban sobreactuar con un contrato de compra de balas a una empresa israelí. Hay que partir de la base de que la mentira es la moneda corriente entre el sanchismo y sus coaligados. Por tanto, había que organizar una ópera bufa donde se mostraran escandalizados en la primera escena por la decisión de Marlaska de mantener la compra de los 15 millones de balas para la Guardia Civil.

En el segundo, los dirigentes de Sumar, el PCE e IU tenían su minuto de gloria amagando con una ruptura del Gobierno. Es curioso que la izquierda mediática se tomara en serio que estaban dispuestos a perder los cargos y afrontar unas elecciones anticipadas que beneficiarían a Podemos.

Tras esta preparación, aparecía Sánchez en el último acto desautorizando a Marlaska, que ha dejado de ser un magistrado para transformarse en su hooligan favorito con Morant, y ordenaba romper unilateralmente el contrato de compra.

Por supuesto, el disparate será asumido con cargo a los Presupuestos del Estado. Este último acto muestra la auténtica esencia de las relaciones entre el amo de La Moncloa y su perrita faldera. Con la entrega de este modesto huesito, que perjudica la imagen de España, las aguas vuelven a su cauce y hasta pueden apoyar, aunque sin fervor, la astracanada de los 10.471 millones del gasto de defensa sin pedir la autorización del Congreso.

Por supuesto, si esto lo hiciera un presidente del PP estaríamos ante un lío monumental y manifestaciones en las calles. Sira Rego puede seguir siendo ministra haciendo ver que ha conseguido una victoria. El líder de IU, Antonio Maíllo, sigue instalado en la desorientación. Estaba convencido de que un experto en filología clásica habría aprendido de los autores griegos y romanos. Santiago está feliz como portavoz del chiringuito de Yolanda y secretario general del Partido Comunista.

Todo se limita a mucho ruido y ninguna nuez. Los tres pueden seguir felices como teloneros del sanchismo y hay que estarles agradecidos porque tenemos noticias que muestran cuál es su precio.