En los alrededores del ataúd del Papa Francisco, algunos feligreses no respetan una solicitud simple del Vaticano: no sacar fotos.

“Se invita a los visitantes a no tomar fotos”, declaró un portavoz del Vaticano al diario The Times. Funcionarios presentes junto al ataúd de madera han comenzado a advertir personalmente a quienes se acercan al cuerpo del Papa que guarden sus teléfonos móviles, señalando que capturar imágenes en ese contexto es de “mal gusto”.

Las autoridades vaticanas reforzaron esta medida tras la viralización en redes sociales de fotografías con el difunto Santo Padre, en completo desentono con el aura convencional de un funeral. “Están esperando durante horas, rezando y mostrando respeto, pero tomar fotos no es lo más apropiado”, afirmó una fuente vaticana.

La basílica abrió sus puertas al público el miércoles a las 11 de la mañana, tras la muerte del Papa el lunes de Pascua, a causa de un derrame cerebral. Ante la masiva afluencia de personas —unas 90.000 en apenas 32 horas y estas alturas ya van 150.000—, se decidió mantener la iglesia abierta toda la noche, cerrándola solo brevemente a las 5:30 de la mañana para tareas de limpieza.

Algunos fieles consultados por The Times respaldaron la decisión del Vaticano. “Es lo correcto, es una cuestión de respeto. Esto no es un espectáculo, es un momento religioso”, dijo Valerio Russo, de 66 años, al salir del templo. Otros, como Cinzia Buccirosso, señalaron que “algunos aún fingían no oír a los funcionarios, aunque un cartel con ‘no fotos’ se entiende en cualquier idioma”.

Después del último adiós llegó el funeral oficial

El funeral del Papa Francisco se ha celebrado este sábado en la Basílica de San Pedro, con la asistencia de 50 jefes de Estado y 10 monarcas. Su ataúd fue luego trasladado en procesión hasta la Basílica de Santa María la Mayor, donde será enterrado en una tumba sencilla de mármol de Liguria, grabada únicamente con su nombre en latín: Franciscus.

En un gesto simbólico, y según informa The Times, un grupo formado por presos en libertad condicional, migrantes y personas transgénero —a quienes Francisco había recibido personalmente— estuvo presente en Santa María la Mayor para recibir su ataúd, cada uno portando una rosa blanca. Mientras tanto, la seguridad en el Vaticano se ha reforzado con patrullas armadas con dispositivos anti-drones.

Así, Roma se llena de feligreses y cardenales, concretamente 133 para ejercer en el cónclave, 18 más que en 2013, cuando Francisco fue elegido. “Es una ocasión para crear comunidad”, comentó un portavoz vaticano.