¿Cómo se puede ensalzar como un gran Hombre de la Iglesia al hombre que negó casi todos los aspectos de la fe católica?
Peter Chojnowski.- Si no tuviéramos las promesas de Nuestro Señor Jesucristo de que la Iglesia de Cristo sobreviviría hasta el fin del mundo y de que la Sede Romana es indefectible, podríamos considerar razonablemente la guerra tradicionalista por la religión católica como un fracaso casi total.
Un hombre que afirmó públicamente que Lutero tenía razón respecto a la cuestión de la Justificación, que no existe el Infierno, que Dios quiere todas las religiones y no las tolera, que los no creyentes no deben convertirse a la Iglesia —lo cual es un absoluto no-no—, que las uniones sodomitas pueden ser bendecidas y que los divorciados vueltos a casar no deben preocuparse por tomar “un pedazo de pan y un poco de vino”, debería ser visto con horror por los fieles e, incluso, por un mundo que aprecia el papel de la Iglesia Católica en el mundo. Pero no es así, todo lo contrario. Fue este hombre quien comenzó, si exceptuamos a José María Escrivá, a canonizar a todo el panteón de los “santos” del Novus Ordo.
Todo esto, y todas las enseñanzas de sus predecesores, desde Juan XXIII, se han convertido en parte del ambiente, de la atmósfera de Roma. Es el universalismo y la mundanidad lo que fundamenta las actuales alabanzas a Francisco y las esperanzas que los medios de comunicación depositan en la elección de su sucesor.
Es el hombre al que ahora se considera divino, tal como siempre lo habían deseado los neomodernistas.
Visto desde la Fe, ya ha sido juzgado por Dios, y ante esto, se impone silencio. Pero es inevitable que la memoria se queje ante su impropia actitud en tantos y tan importantes asuntos que la atañen y estalle la más dolorosa crítica…
Aunque a la vista de quiénes son sus “ensalzadores”, las críticas, casi sobran.
Ya sabemos de quién es hijo este líder de la perfidia.¡Que Dios le juzgue con su inteligencia y suprema sabiduría, porque si lo hacemos nosotros, como humanos, podemos perder el control ante tal maldad humana!
La realidad se conforma a partir de los medios de comunicación.
¡Ningún Papa, cardenal, arzobispo u obispo han respondido con la verdad a este señor! ¡Ninguno! Y por lo que parece, ninguno de los “conclaveros” ni lo saben o ni lo quieren saber porque no les interesa esclarecer la verdad. Juan XXIII procuró no saberlo o silenciarlo. Pablo V! lo mismo. Juan Pablo I se cree que posiblemente se enteró siendo cardenal. Y este es el misterioso testimonio de su hermano Edoardo Luciani: Siendo ya cardenal electo fue un día a Fátima y de paso quiso visitar a sor Lucía, y que según él sería una visita rápida, “no iba a… Leer más »
Una masona- la reina Isabel II de Inglaterra- concitó infinitamente más asistentes a su entierro que los que pueda reunir este insecto de blanca piel que sale de sus palacios repartiendo bendiciones y apoderándose del alma de inocentes,d,e timoratos, de babosos y de papanatas.