Óscar López, la santísima trinidad del sanchismo

Sánchez en la toma de posesión de Óscar López como ministro, a la que también asistieron el presidente del TC y Bolaños
Francisco Marhuenda.- Es cierto que estamos acostumbrados a que los investigados por corrupción nieguen siempre las acusaciones. No recuerdo ningún caso en que se asuma la culpabilidad e incluso esa posición se mantiene cuando hay una condena en firme. La izquierda política y mediática ha convertido la negación en la línea de defensa frente a los escándalos que afectan al PSOE y la familia presidencial. Ni siquiera reconocen algún error. La culpa es de una estrafalaria conspiración de la fachosfera, la multinacional ultraderechista y los jueces que quieren acabar con Sánchez. Los que asumen este relato aceptan que todo son invenciones. En cambio, todos los días tenemos que escuchar o leer ataques contra el novio de Ayuso que parece el mayor delincuente de la Historia. La desmesura es tan grosera y la ignorancia jurídica tan descarada que ya no me causa ningún asombro. Este miércoles escuchaba a Óscar López dando lecciones como si fuera un catedrático de Derecho Penal o un magistrado del Supremo. Es la santísima trinidad del sanchismo, ya que ejerce de ministro, azote de los medios de comunicación desafectos y líder del escuálido socialismo madrileño.
Hace tiempo que le conozco y ahora vuelve a estar en su salsa. Me recuerda a un inquisidor general dispuesto a imponer la doctrina sanchista a cualquier precio. Sus argumentos son simples, pero la propaganda tiene que serlo para que sea efectiva. En el tema de la corrupción que afecta al PSOE todo se reduce a la idea de que la familia presidencial es inocente y el novio de Ayuso es culpable. Esto lo adereza con tópicos y descalificaciones buscando titulares, así como ataques a los jueces llegando a acusarlos de prevaricación. Como dispone de un extraordinario poder y control en los medios de comunicación se asegura una amplia acogida de sus mensajes. Por supuesto, el resto de los dirigentes socialistas y opinadores afectos al sanchismo sigue las líneas de los argumentarios. El objetivo es contener los daños, movilizar a las bases socialistas y configurar un frente popular. Esto explica que no se pueda reconocer, ni siquiera, que se han cometido errores. Una vez concluya está etapa creo que se debería perfeccionar la transparencia y el buen gobierno, así como establecer la limitación de dos mandatos u ocho años en el Poder Ejecutivo.