El desencuentro «queer» socialista… o el misterio de la InmaQlada Concepción
Manuel López Sampalo. – Supongo que ustedes tampoco habrán pegado ojo esta semana preocupados por el debate que divide al PSOE: si debe incluirse o no la letra «Q» y el símbolo «+» en las siglas del colectivo LGTBI. Un asunto capital para el partido, para el país y para la humanidad.
Cabe remontarse hasta el pasado fin de semana, en el 41º Congreso Federal de los socialistas en Sevilla, cuando los militantes votaron en contra de una enmienda que proponía incluir la «Q» de «queer» y el símbolo «+» (plus) en la denominación oficial de esta sopa de letras por parte del partido. Algo que fue rechazado mayoritariamente por el feminismo clásico del PSOE; un sector que también propició que en dicho concilio se recogiese, en la línea en contra de lo «queer», que sólo las mujeres podrán participar en categorías deportivas femeninas. Una obviedad que, en estos tiempos bizarros, no resulta tan evidente.
Un debate, que, bromas aparte, nos parece terriblemente bizantino. Máxime, cuando fue en la antigua Bizancio donde filósofos, teólogos, políticos y el vulgo andaban enfrascados en una estéril discusión sobre el sexo de los ángeles. Y mientras los bizantinos argumentaban si los querubines tenían picha o vulva, los turcos llamaban a las puertas para acabar con este reducto del cristianismo universal.
«No entiendo por qué ese sector feminista rancio se permite celebrar la desaparición de la ‘q’ de ‘queer’, se permiten ir contra un grupo de hermanas (sic) y se posicionan en un lugar donde lo que demuestran es que no han entendido dónde está el enemigo: el enemigo está en la ultraderecha que se nos va a comer por los pies», dijo al respecto el activista Bob Pop, acertando en la dirección de su crítica –la autodestrucción de la izquierda radical con este ensimismamiento–, pero errando en el sentido de la misma.
Opinando sobre la misma realidad, pero en el sentido correcto, un lector de El País, Javier Bermejo, escribió que: «Ya era hora de que la izquierda deje de hacer seguidismo a minorías exquisitas ensimismadas en sus cositas identitarias. A ver si aprendemos la lección de EEUU, porque estamos dando combustible gratis a Vox con estas cositas».
La InmaQlada Concepción
Siendo hoy el día de la Inmaculada Concepción no podemos sustraernos al fuerte componente religioso, doctrinal que tiene este debate en torno a las letras de esa clave de wifi que es lo LGTBI… Fue hace justo 170 años, el 8 de diciembre de 1854, cuando el Papa Pio IX aprobó mediante la bula «Ineffabilis Deus» el dogma que reconocía la libertad de María del pecado original. Pero, desde mucho antes, Sevilla –curiosamente la ciudad que albergó el 41º Congreso del PSOE– jugó un papel fundamental en la defensa y voto de este misterio. Ya lo cantó el rockero Silvio: «Sevilla es la Pura Concepción/ que, antes que Roma,/ mi Sevilla proclamó».
La Razón