Residencias para personas mayores: Todo lo que se debe saber al respecto
Las residencias de mayores se han convertido en una de las instituciones clave para la calidad de vida de los ancianos y para la tranquilidad de sus familiares. En un contexto donde la población cada vez se hace más mayor, contar con recintos especializados desde su edificación hasta su personal, termina siendo relevante para el bienestar de todos.
Porque es precisamente de bienestar que se debe hablar. Los adultos mayores, conforme envejecen, posiblemente representen un gran reto para sus familiares. Y si no saben cómo cuidarlos, si no tienen los conocimientos e incluso, si por el tiempo que demanda termina siendo muy complejo equilibrar con la vida laboral, una residencia de mayores puede ser una solución más inteligente y que beneficiará a absolutamente todos.
Existen ayudas para el ingreso
Una duda que siempre existe, más allá de los costes y de los servicios asociados a estos recintos, es lo de las ayudas para residencias privadas. Lógicamente, las residencias de mayores privadas son las más cotizadas y las más buscadas por tener listas de espera mínimas o directamente permitir el ingreso inmediato de los ancianos.
Pero lo que pocas personas saben es que existen ayudas o subvenciones para facilitar las posibilidades de que los familiares pudieran asumir el coste de una residencia de mayores privada. Esto puede ser de vital importancia en casos como que no exista una residencia de mayores pública en dicha localidad, o que por cuestiones económicas debidamente justificadas no se pudiera hacer frente a la situación que el ingreso y el coste mensual o anual de la residencia exige.
Las subvenciones más conocidas son las auspiciadas por los gobiernos, sea a nivel nacional o directamente en el marco europeo. Cada una de ellas estará pensada para distintas situaciones y se debe solicitar a través de los canales correspondientes. También están las subvenciones auspiciadas por las Organizaciones No Gubernamentales, que en ocasiones terminan siendo la mejor opción ya que la burocracia y los tiempos de respuesta pueden ser más acordes a la urgencia de las personas.
Hay requisitos para el ingreso a una residencia de ancianos
Se dice a la ligera lo relacionado con la edad. Pero lo cierto es que hay otros requisitos para una residencia de ancianos que deben ser cumplidos para que, en definitiva, los ancianos puedan tener un ingreso o una plaza dentro de dichos recintos.
Como se decía antes, el tema de la edad es el que seguramente todos conocen. Los adultos mayores deben tener 65 años o más para poder ser calificados para ingresar a una residencia de mayores.
Además de eso, deben tener un grado de dependencia demostrable para solicitar este tipo de servicios profesionales, por lo que será imprescindible contar con un aval reconocido por el Programa Individual de Atención, que tanto en las residencias de mayores públicas como en las concertadas, será de al menos un grado de dependencia II.
Ya luego cada una de las residencias, dependiendo de su forma de trabajar, de su ubicación, de su demanda de plazas y demás, pudiera tener otros requisitos. Eso dependerá también de los servicios que se ofrezcan, ya que algunas residencias de mayores se distinguen por ser muy completas en cuanto a los cuidados y actividades que ofrecen para sus ancianos.
Un absoluto beneficio para los ancianos
Lejos de ser una mala decisión, delegar los cuidados de un familiar que sea adulto mayor en una residencia de mayores puede representar muchas ventajas para los ancianos. De hecho, es una de las razones de que algunas residencias de mayores, sobre todo privadas, sean tan conocidas.
Entre las principales ventajas se pudieran nombrar algunas como las siguientes:
- Atención especializada: salvo casos contados, los familiares no tienen tanta experiencia en cuidados, en enfermería o fisioterapia, y a menudo desde el amor y en el poco tiempo disponible no se puede hacer demasiado. Pero esto sí es posible en una residencia de mayores que contará con especialistas en todas esas áreas, desde nutrición hasta terapia ocupacional o apoyo psicológico, por lo que el anciano estará en las mejores manos.
- Un ambiente seguro y estimulante: los estímulos, tanto a nivel físico como social, son importantes para fomentar la calidad de vida de los ancianos, independientemente de su condición de salud o su grado de dependencia. Pero, además, están viviendo tranquilos en un espacio seguro, cómodo, libre de riesgos domésticos y rodeado de personas que los cuidan y de otras con las que pueden socializar.
- Alimentación y cuidados farmacológicos: para muchos familiares, que los ancianos coman bien y puedan tomarse los medicamentos es una de las preocupaciones básicas, sobre todo si pasan solos mucho tiempo en casa. Por eso, las residencias de mayores pueden ser un gran lugar para quienes también deben cuidar lo que se comen y que cumplan sus medicamentos.
Para los familiares también hay muchas ventajas
Es lógico que como familiar, la toma de esta decisión sea bastante dura y tiene sus repercusiones. Pero, también tiene muchas ventajas asociadas:
- Tranquilidad y seguridad: cuando la familia debe dedicarse a todas las responsabilidades, sean académicas o laborales, y los ancianos quedan solos en casa, es imposible estar tranquilos. Pero saber que están en un recinto pensado para su bienestar y satisfacción, eso sí brinda seguridad y tranquilidad a partes iguales.
- Alivio de la carga física y emocional: no es fácil cuidar a un adulto mayor. Mucho menos si tiene alguna condición física o alguna enfermedad que impiden que tenga tanta autonomía. Y como se ha dicho antes, a pesar de tener las mejores intenciones y hacerlo desde el infinito amor, la carga física y emocional existe y puede llegar a quebrar hasta al más fuerte de los familiares. Por eso, poder contar con un recinto donde aparte de estar bien cuidados y ser atendidos, se tendrá la posibilidad de visitarlos siempre, de conversar con ellos y fomentar el vínculo sin la carga emocional que se tenía antes, puede ayudar a sentir un bienestar más genuino.