La nueva ley antifraude junto a una gestión digital mejora la eficiencia de las empresas
Con ello se evita que las compañías defrauden, de ese modo Hacienda tiene control de la facturación de forma directa, eso permite a las empresas crecer con más garantías y en igualdad
En julio de 2021 España comenzó una nueva era en la lucha contra el fraude de muchas compañías y fue, entonces, cuando para sustituir a la Ley General Tributaria entró en vigor la nueva normativa llamada ley de lucha contra el fraude fiscal. Una de las herramientas que se intenta imponer es que los procesos de gestión internos de las compañías den acceso directo a la Hacienda Pública de cada uno de sus movimientos y facturaciones, de ahí que se deriven nuevos software que están llamados a automatizar la facturación y la contabilidad.
En esa misma línea, la nueva norma jurídica tiene, añadidos, otros elementos de gran interés que tienen como meta acabar con el fraude fiscal: se pondrá la lupa tanto en las criptomonedas, como el pago en efectivo de bienes y servicios.
Razones, todas las anteriores, para que esta legislación antifraude exija la homologación bajo los criterios de la Agencia Tributaria de programas informáticos que ayuden a gestionar y soportar los procedimientos contables de facturación. Eso permitirá, por ejemplo, que no se desvíen cantidades y transacciones y de forma eficaz se pueda conocer la trazabilidad de cada registro que afecte a la economía de las empresas.
Aplicaciones digitales para gestionar empresas
Pero, ¿cómo es posible hacer frente a esa manera de gestión? La respuesta es sencilla, utilizando un programa de gestión erp. Esta herramienta, no solo hace que las empresas accedan a una completa digitalización de sus procesos, sino que también los hace más fáciles y autónomos.
Por supuesto, esa información siempre queda debidamente almacenada, por lo que con la misma ERP o programa de gestión digital se pueden extraer informes financieros y que en el departamento contable tengan un debido inventario sobre el control de los costes y gastos. ¿Para qué sirve eso? Pues, está claro, para tomar decisiones formadas enfocadas, siempre, al crecimiento de la empresa y en la buena gestión de todos los recursos financieros. También ayuda a detectar errores, costumbres que están afectando negativamente o todo lo contrario, actividades que están siendo por completo rentables. Se trata, pues, de hacer más eficiente las operativas. Ser sabedores del rendimiento de la compañía hace que se detecten las oportunidades para crecer, pero también las debilidades para evitarlas.
Un ERP, por tanto, consiste en un sistema automatizado de generación y almacenaje de información que ayuda a coordinar el conjunto de actividades que se desarrollan en una empresa. El hecho de que estén formuladas para evitar duplicidades en datos mejora también la productividad y la rentabilidad evitando errores o desviaciones innecesarias. Al ser los programas ERP escalables se adaptan, perfectamente, a las necesidades concretas en cada momento concreto que lo precise la empresa.
El mantenimiento inteligente de una empresa aumenta su eficiencia
Para finalizar, se va a fijar la atención en los software de mantenimiento inteligente. Es una manera de controlar al equipo humano y cada proyecto en el que cada trabajador está implicado. Eso ayuda a que la gestión y el mantenimiento de los activos experimenten un alza y hace que la plantilla también pueda aumentar su proactividad, con menos esfuerzos, mejores recursos y, por ende, mayores beneficios para todas las partes. En todo regla una optimización integral.
También ayuda a disminuir los costes que se derivan de las paradas de actividad provocadas por hechos fortuitos, como puede ser, por ejemplo, una avería, o la manera de gestionar de una forma adecuada los servicios de una empresa subcontratada.
En resumen, es la mejor forma de gestionar, mantener y planificar cada actividad de la empresa, llevar un control de la misma y tomar decisiones acertadas para alcanzar metas y objetivos.