Vehículo de la Policía Nacional, durante una intervención.

El supuesto robo de una fotografía íntima a la que había sido su pareja hasta hacía unas semanas llevará a un joven al banquillo. Según las acusaciones, el imputado, que se enfrenta a penas de prisión como presunto autor de un delito de revelación de secretos, intentó hacer creer a la mujer que la imagen estaba siendo distribuida por correo electrónico y le advirtió de las consecuencias que tendría que la fotografía fuera enviada a nivel local, nacional e internacional, ya que la pareja compitió junta durante años en baile deportivo. No obstante, la imagen nunca se filtró, ya que la mujer descubrió que había salido del correo del propio acusado, cosa que denunció y luego constataron los agentes del Grupo de Delitos Tecnológicos de la Policía.

Los hechos ocurrieron en diciembre de 2021. La pareja había cortado su relación sentimental pero siguió manteniendo vínculos laborales, lo que suponía compartir una tablet en el trabajo, entre otras cosas. El día 10 de ese mes, el acusado se puso en contacto con ella para decirle que tenían que hablar y, cuando se reunieron, le informó de que había recibido un correo electrónico de la cuenta [email protected] con una fotografía de una mujer con el torso desnudo, a la que no se le veía el rostro, acompañada de la frase: “Toma, cornudo”. A pesar de que no se veía la cara, él le dijo que la había reconocido y podría tener consecuencias si se difundía.

La mujer se quedó muy sorprendida, ya que la foto se la había hecho ella misma, solo se la había enviado a su pareja actual y la tenía almacenada en su cuenta de Google Photos. Cuando quedó con el acusado para que le enseñara el correo, él le dijo que no lo tenía, pero después ella comprobó que sí que estaba en su bandeja de entrada.

La mujer denunció los hechos ante la Policía y, tiempo después, el informe reveló que la cuenta [email protected] había sido creada desde una IP de la que era usuario el acusado y que en la dirección electrónica de la mujer se había producido un acceso desde un Iphone 11 del modelo y operadora que utilizaba el acusado.

Para la Fiscalía, estos hechos suponen un delito de revelación de secretos y pide para el imputado una condena de un año de prisión y una multa de 12 meses (2.800 euros), así como la prohibición de aproximarse a menos de 200 metros y de comunicarse con la denunciante durante dos años.

Por su parte, la abogada de la acusación particular, Elisa Cardona, solicita dos penas de dos años y medio de prisión cada una por un delito de acceso a la nube de fotos y otro por utilizar la fotografía para perjudicar a su cliente. También reclama una indemnización de 60.000 euros.

A raíz de interponerse la denuncia, la mujer pidió una orden de alejamiento del encausado, lo que el juzgado no concedió porque podría perjudicar al joven, dado que trabajaban juntos. A lo que sí accedió el juez es a decretar la prohibición de comunicación en “sentido amplio”, entendiendo por tal la imposibilidad de contactar visualmente.

Así, fijaba que si se producía una coincidencia de ambos implicados en un mismo espacio físico bastaría con que el denunciado se abstuviera de buscar un encuentro visual.

Como ella estaba contratada por cuenta ajena, la letrada instó un procedimiento social para extinguir la relación laboral y solicitó que cautelarmente, mientras se solventaba el proceso, ella no tuviera que ir a trabajar, lo que le fue concedido por el juzgado, aunque sí percibe el salario, pues es una circunstancia que no ha provocado ella.