Cuando ya han pasado casi dos semanas de la Navidad nos acercamos ahora a otra festividad muy importante: la Epifanía. En algunos países este día es tradicional hacer regalos a los niños conmemorando los presentes que los Magos llevaron al Niño Jesús, según cuenta el Evangelio de Mateo. Este evangelio menciona que unos Magos siguieron una brillante estrella para adorar y llevar regalos al Niño Jesús.

¿Y que sería de un Belén sin sus correspondientes figuras de Reyes Magos? Según la tradición cristiana Melchor, Gaspar y Baltasar representan a todas las personas del mundo. En el caso de España, Melchor es el mayor, por su pelo blanco y suele ir el primero; Gaspar el de cabello castaño, va en el medio; y Baltasar es el negro y suele ir de último. Los nombres de los Reyes aparecieron por primera vez en el famoso mosaico del siglo VI en la basílica de San Apolinar el Nuevo en la ciudad italiana de Ravena.

¿Cómo conocieron los Reyes Magos a Jesucristo?

La Estrella de Belén fue, según la tradición cristiana, el astro que guio a los Reyes de Oriente al lugar del nacimiento de Jesucristo. Según los escritos, los sabios viajaron siguiendo la estrella, y esta se detuvo sobre el lugar en el que Jesús había nacido.

A medida que van pasando los días de Navidad, las figuras cambian de posición en función de la historia del Nacimiento del Niño Jesús que se narra en la Biblia. La tradición invita a colocar a Melchor, Gaspar y Baltasar lo más alejados posible del pesebre, y a irlos acercando conforme se acerque el 5 de enero, cuando se sitúan a la entrada del establo donde ha nacido Jesús.

Las figuras de los Reyes Magos en los Belenes son imprescindibles. Pueden ir a lomos de sus camellos, caminando o incluso arrodillados en señal de respeto.

Para Benedicto XVI representan al pueblo en busca del camino a Dios

El Papa Benedicto XVI afirmó que los Reyes Magos representan al pueblo, las civilizaciones, las culturas y las religiones que están “en el camino hacia Dios, a la búsqueda de su reino de la paz, de la justicia, de la verdad y de la libertad”.

Benedicto XVI comienza el capítulo IV, de su libro ‘La infancia de Jesús’, dedicado a “Los Magos de Oriente y la huida a Egipto”, con una recreación del contexto histórico y geográfico en el que se produce la Adoración de los Reyes y una explicación de quiénes eran esos “Magos venidos de Oriente” a los que se refiere el Evangelio de San Mateo.

El Evangelio de San Mateo

Tras el nacimiento de Jesús de Nazaret, acudieron desde Oriente para rendirle homenaje y entregarle tres regalos de gran riqueza simbólica: oro, incienso y mirra. En el Evangelio se menciona a unos magos, aunque no especifica los nombres son quienes, tras seguir una estrella, buscan al Niño Jesús que ha nacido en Belén.

El Evangelio de San Mateo cuenta que “nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle”. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.