Bolsonaro afirma que cumplirá la Constitución pero evita reconocer el triunfo de Lula
Jair Bolsonaro rompió su silencio a media tarde de Brasil para agradecer a los 58 millones de brasileños que lo votaron en las elecciones del pasado domingo. Con los ojos vidriosos y la voz temblorosa, escoltado por un numeroso séquito de aliados, el presidente saliente de Brasil condenó los bloqueos y las protestas que se estaban llevando a cabo en varios Estados, pero los justificó como fruto «de la indignación y un sentimiento de injusticia« por lo sucedido durante las elecciones.
El silencio de Bolsonaro estaba alimentando el caos provocado por los camioneros que habían bloqueado vías principales de Sao Paulo y de otros Estados. Entrevistados por varios medios, algunos hablaban del robo que había sufrido en las elecciones del pasado domingo el todavía presidente de Brasil hasta el 1 de enero, y se mostraban a favor de impugnar el resultado.
Bolsonaro, en los dos minutos que duró su alocución, después de casi dos días de permanecer en silencio, evitó reconocer claramente el triunfo de Lula da Silva. Eso sí, dejó claro que respetará la Constitución: «Nunca he censurado a los medios de comunicación ni a las redes sociales como presidente de la República. Seguiré cumpliendo todos los mandamientos de nuestra Constitución».
Bolsonaro dijo sentirse más fuerte y concluyó: «Es un honor ser el líder de millones de brasileños que, como yo, defienden la libertad económica, religiosa, de opinión, la honestidad y los colores verde, azul y amarillo de nuestra bandera».
Era de esperar que se desarrollaran revueltas públicas ante las dudas sobre el sistema electoral que había sembrado Bolsonaro, y mucho más por la apretada victoria de Luiz Inácio Lula da Silva, que ganó en las urnas con un 50,9% de los votos (60,3 millones de electores), y que a sus 77 años, se convirtió en el primer presidente brasileño en ganar tres elecciones desde la desaparición de la dictadura.
El bloqueo de los camioneros a importantes vías públicas estaba siendo considerado absolutamente antidemocrático y atemorizaba a muchos brasileños por el riesgo de que la tensión y el caos aumentaran en otros lugares. El silencio de Jair Bolsonaro tampoco ayudaba. Tampoco era normal que tras día y medio de anunciarse el resultado de las elecciones el candidato del Partido Liberal no hubiera hecho una declaración aceptando la derrota, felicitando a su rival y dando las gracias a los más de 58 millones de brasileños que lo votaron (49,1%).
Afortunadamente autoridades judiciales, ministros del gobierno saliente y presidentes de partidos políticos presionaron para que el presidente saliente hablara y contuviera los bloqueos. Algunas fuentes habían señalado que Bolsonaro previamente había pedido una reunión con ministros del Tribunal Supremo Federal, encuentro al que miembros del TSF señalaron que solo acudirían después que el líder del Partido Liberal aceptara su derrota.
Varios analistas estaban convencidos que Bolsonaro criticaría al TSF y nuevamente atacaría el sistema electoral, adquiriría el papel de víctima y, a continuación, dejaría bien claro su intención de volver al poder y tomaría el papel que le corresponde, que no es otro que el de líder de la oposición teniendo en cuenta que la primera vuelta de las elecciones le dio la mayoría más conservadora y dura en el Congreso y el Senado, lo cual dificultará mucho al Gobierno de Lula.
Bloqueos en las carreteras
Antes de la declaración de Bolsonaro la policía comenzó a desalojar a los camioneros de las vías ocupadas, al mismo tiempo que Alexandre de Moraes, ministro del TSF, había lanzado una orden de multar con 100.000 reales (unos 19.000 euros) a todo vehículo que estuviera obstaculizando las carreteras, incluso existía la amenaza de ir a prisión. Durante la noche del lunes se contabilizaron 300 bloqueos a entradas a 25 estados, que afectaron principalmente a los supermercados y al sector de carnes y leche.
Por su parte, Lula da Silva designaba a su vicepresidente electo y ex gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, para que coordinara la transición de su Gobierno. Se espera que a partir del próximo jueves se conozcan los nombres de los posibles ministros. Lula no tomará posesión del cargo hasta el próximo 1 de Enero. El hombre que ha recuperado el poder en Brasil estuvo recibiendo múltiples felicitaciones internacionales, algunas de las cuales colgó en sus redes sociales. «Ayer hablé con decenas de jefes de Estado. Todos quieren ampliar las alianzas y el trabajo conjunto con Brasil en el comercio, clima y temas globales. Estamos volviendo al mundo», manifestó Lula.
Señaló que había hablado por teléfono con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sobre el fortalecimiento de la democracia en Brasil, la preservación del medio ambiente y el deseo de ambos países de ampliar su cooperación.
También Alberto Fernández, presidente de Argentina, y Pedro Sánchez manifestaron a Lula los deseos de cooperar más en la lucha contra el hambre, la pobreza y el cambio climático.