Coolsculpting, la alternativa sin cirugía a la liposucción
El anhelo por conseguir una figura de apariencia delgada y saludable, es una constante entre las personas que acuden a los centros de medicina estética. Perder grasa es el objetivo principal por el que se suele recurrir a operaciones tan populares como la liposucción.
Sin embargo, muchos pacientes rechazan la idea de someterse a una cirugía, por miedo o por no tener tiempo para la recuperación. Es ahí donde el Coolsculpting se convierte en la alternativa más segura y eficaz para reducir grasa sin recurrir a procedimientos invasivos.
Coolsculpting, ¿qué se esconde tras este nombre?
La palabra coolsculpting se traduciría literalmente como “esculpir mediante el frío”. Y es que esto es exactamente lo que hace esta técnica: congelar las células grasas para que sean desechadas de forma natural. Y lo más revolucionario de todo es que este método no precisa ni de cirugía, ni de agujas, ni de anestesia, ni de medicamentos. Tampoco requiere de bajas médicas para su aplicación, ni necesita reposo posterior.
La tecnología detrás del Coolsculpting es la criopolisis, el enfriamiento controlado que destruye las células adiposas sin dañar el tejido adyacente. Una vez hecho esto, el cuerpo procesará estas células, eliminándolas de forma definitiva y para siempre.
La criopolisis y en concreto el Coolsculpting, único tratamiento de esta tecnología aprobado por la FDA, ha demostrado ser la alternativa más eficaz a la liposucción, pues consigue resultados similares de forma no invasiva y sin dolor. En definitiva, se trata de una importante revolución en la medicina estética de los últimos años.
Zonas del cuerpo que se tratan mediante Coolsculpting
Las zonas del cuerpo susceptibles de ser tratadas con el procedimiento del Coolsculpting son prácticamente todas las que tienden a acumular grasa. Se utiliza en la papada, en los cúmulos grasos de la espalda, en la parte superior de los brazos, en las partes internas y externas de muslos, en toda la parte del abdomen, así como en cadera y cintura.
Perder grasa localizada en estas zonas es el objetivo más buscado sobre todo entre pacientes del sexo femenino, por lo que este tratamiento está especialmente orientado a las mujeres de entre los 25 y los 45 años.
Así funciona la criopolisis para reducir grasa localizada
El funcionamiento del Coolsculpting es bastante sencillo de comprender y su aplicación no supone apenas esfuerzo por parte el paciente.
Primero, el profesional identifica y localiza las zonas de grasa a tratar, sobre todo aquellas que persisten aun habiendo hecho dietas y ejercicio.
Después, mediante un aplicador de vacío y una almohadilla de gel, se atraen las células adiposas y se van enfriando, cristalizándolas progresivamente.
A continuación, es cuando el cuerpo, mediante su sistema inmune, irá eliminando de forma paulatina esas células cristalizadas. Este proceso se produce durante las semanas posteriores al tratamiento.
Por último, las células grasas restantes del cuerpo, se condensarán esculpiendo visiblemente la figura. Esta reducción de la capa de grasa en la zona tratada será la que proporcione un aspecto mejorado en el paciente a largo plazo.
Resultados tras un tratamiento de Coolsculpting: ¿funciona?
La satisfacción entre las personas que ya han probado el Coolsculpting es muy alta tras observar los resultados obtenidos.
Tras millones de tratamientos en todo el mundo con esta técnica se puede concluir que sí, claro que funciona. Es un método probado científicamente, y de los pocos cuyos resultados son definitivos y para siempre. En Sevilla, el tratamiento de Coolsculpting se realiza de forma exclusiva en el Centro de Medicina Estética Carmen Sarmiento.