¿Cómo saber cuál es tu peso óptimo?
¿Alguna vez te has preguntado cómo saber cuál es el peso que necesitas? El Índice de Masa Corporal es una medida, utilizada internacionalmente, que nos indica cómo de saludable es nuestro peso corporal. Esta métrica es el resultado de dividir nuestro propio peso entre la altura al cuadrado, es decir KG/M2. Para saber los datos más exactos, tenemos a nuestro alcance la calculadora de IMC, con la que podemos obtener la cifra concreta que venimos buscando.
Sabiendo la gran importancia que tiene el peso corporal en nuestra salud, el Índice de Masa Corporal es una referencia que te indica cuán cerca o lejos estás de ese peso que se considera saludable para tus características físicas. No obstante, aquí también entran en juego otros factores y, dependiendo de cada caso, lo más recomendable es buscar asesoría profesional para llegar al peso más adecuado.
¿Cómo puedo mantener mi peso ideal?
Son muy conocidos los clásicos consejos para mantener un peso ideal. Comer bien, hacer deporte… son siempre las primeras recomendaciones para mantener una buena línea. Sin embargo, a pesar de estas pautas, cada año los índices de sobrepeso y obesidad son mayores. En algunas ocasiones, estar en un peso correcto puede ser algo más complejo que seguir unos simples pasos, y es necesaria la ayuda de un experto para alcanzar este objetivo.
Sin importar si estamos en verano -a razón de la “operación bikini”- o en invierno, existen una serie de pautas para mantener nuestra línea. Así, sin demasiado esfuerzo pero con mucha continuidad podremos conseguir nuestros objetivos. A continuación, para que vayamos con mayor seguridad, dejamos algunas recomendaciones:
Hacer desayunos
Dicen del desayuno que es la comida más importante del día y es por ello que no debemos olvidarnos de comer algo cuando nos levantamos. Con el estómago en ayunas, el estómago digiere las proteínas mucho mejor y, aunque supone una aportación calórica importante para nuestro cuerpo, será lo que nos ayude.
Desayunar a primera hora de la mañana nos puede ser de mucha ayuda para controlar el apetito a lo largo del día, ya que regula la ghrelina, la hormona que controla la sensación de hambre.
Además de esto, un buen desayuno repercute en un menor peso corporal, una dieta más saludable y regular, una reducción del riesgo cardiovascular y una mejora tanto del tránsito intestinal como del rendimiento intelectual.
Beber agua
El agua ayuda a mantener nuestro peso. Una cantidad mínima de dos litros diarios es lo que está estipulado como saludable siendo el máximo -sin llegar a la potomanía- una cifra que no tiene número fijo. Empujando a los alimentos para que hagan la digestión correcta, si cambiamos nuestros hábitos con esta molécula seguro que notamos resultados.
La ingesta de una cantidad adecuada de agua tiene múltiples beneficios para nuestro organismo pero, por nuestro ritmo de vida, a veces puede ser complicado mantener una constancia en las tomas. Estos son algunos trucos para beber agua con regularidad:
1. Bebe un vaso de agua al despertar. Activa el metabolismo y el aparato digestivo.
2. Toma una (o más) infusión al día; puedes sustituir el café de la mañana por un té o disfrutar de un poleo después de comer, entre muchas otras.
3. Lleva agua siempre encima. Hay envases de distintos materiales que ayudan a conservarla fresca y sin sabor a plástico. Evitando usar plásticos.
4. Dale un toque de sabor con frutas o hierbas aromáticas.
5. Acompaña tus comidas con agua, ¡incluso el desayuno y la merienda!
Consumir fruta
La fruta es buena para el organismo. Su consumo, aparte de ayudarnos con los tránsitos digestivos, aporta al cuerpo una cantidad de nutrientes importante que, gracias a que son alimentos ligeros, aportan cantidad de beneficios.
Evitando que las horas de después se nos hagan pesadas, sin duda es algo que debemos tener en cuenta.
¡No saltarse comidas!
Hemos advertido de la importancia del desayuno pero, ¿sabías que no saltarse ninguna comida es algo fundamental? Si queremos que nuestro peso se mantenga estable no solo necesitamos regular la cantidad de alimento que tomamos, también regular su consumo en distintas fases.
Es muy importante ser conscientes de que saltarse las comidas puede llegar a tener el efecto exactamente contrario a el que se desea. Ralentiza el metabolismo, hace que los niveles de azúcar en sangre desciendan y que, con ello, aparezca la fatiga. Un desorden en las comidas también puede causar otros síntomas de índole física como problemas de indigestión o la aparición de dolores de cabeza que hacen mucho más difícil nuestro día a día.
Además, si no te nutres adecuadamente, aumenta el riesgo de padecer enfermedades como diabetes, tu estado de ánimo se vuelve mucho más frágil y la concentración que aplicas a las tareas de tu día a día se reduce.
Evitar alimentos procesados
Congelados y preparados siguen siendo los grandes enemigos de una dieta sana y, en consecuencia, no benefician a la hora de calcular tu peso ideal. Tratando eliminarlos de nuestras rutinas, seguro que ganamos mejor salud y buena armonía con aquello que comemos.
En su lugar, puedes apostar por consumir alimentos frescos, que no hayan sufrido ningún proceso previo; dar prioridad en tu alimentación a los productos de temporada o de proximidad. Así, con tus buenos hábitos alimenticios, también ayudas a la economía local y al medioambiente.
En definitiva, conocer nuestro peso óptimo se basa en muchos factores de nuestro día a día, en aquel empeño que hacemos en seguir una alimentación saludable y con la que nos sentimos bastante bien. Sabido todo esto, ¿te pondrías al 100% con el resto establecido por los mejores expertos?