AD.- No pueden dejar de dar la nota. Parece que los de VOX no podrían dormir tranquilos si no sueltan chascarrillos un día sí y otro también. En esta ocasión, “Macarena de Graná”, como le gusta autonombrarse a Olona, candidata de VOX al Parlamento de Andalucía, no ha tenido otra cosa que hacer que presumir de apoyo musulmán y de comer kebab tras el acto inaugural de su campaña, celebrado el pasado fin de semana en Sevilla, cara a las elecciones regionales del 19-J.

Literalmente, la cabeza de lista de VOX para estos comicios andaluces relató dónde y cuándo ingirió el grasiento manjar, algo a lo que parecía acostumbrada en sus noches de juerga estudiantiles: “Acabamos en Granada como a la una y media de la mañana, y claro, había hambre. Buscamos un sitio abierto para cenar y lo único que encontramos fue un kebab en una de las zonas de copeo de Granada. Entramos en el kebab, a la una y media de la mañana. Lo digo porque a los kebab yo he ido, pero normalmente a las seis de la mañana”.

Ciertamente, lo que guste ingerir la señora Olona es algo muy personal y respetable. Sin embargo, quizás habría que preguntarse lo siguiente dado que viene acostumbrándonos a una campaña en la que hiperventila o cuenta historietas: ¿Y esta batallita qué narices le importa a los andaluces? ¿Dónde  están las propuestas concretas y realizables más allá de los chascarrillos, del ruido y del patrioterismo populista?

“El primer sorprendido cuando nos vio entrar fue el responsable del kebab, Farim, sorprendido y profundamente contento. No me dio tiempo a decir nada. Me dijo: ‘Olona, yo voto VOX, yo soy de VOX’. Farim, nacional de Siria”, presumía la alicantina en lo referido al apoyo musulmán, lo cual es de traca cuando es su partido precisamente el que siempre ha defendido una inmigración atendiendo a la capacidad de adaptación del inmigrante, con una manifiesta predilección por los hispanoamericanos, de lengua, religión y costumbres comunes.

Al margen del nuevo episodio que acabamos de relatar, esta nacida en Alicante y cunera por Granada se disfraza de flamenca en la Feria de Abril, imita el acento andaluz, se empadrona de forma chapucera en Salobreña mientras se victimiza, y miente en lo relativo a su renuncia como diputada nacional al no hacerla efectiva antes de la campaña electoral como había anunciado por si acaso no logra ser la vicepresidenta de Juanma Moreno.

¿Qué credibilidad tiene esta caricatura? La farsa continuará…