Patricia Rueda, Javier Ortega Smith y Antonio Sevilla, durante la última visita a Málaga del responsable de Organización de Vox.

A la vez que crece el distanciamiento de los militantes con la Gestora de Vox Málaga, la dirección del partido de Abascal da por amortizado a Antonio Sevilla y ya le buscan un sustituto. La posición que hoy impera en la dirección nacional es así de rotunda: de cara a las elecciones autonómicas andaluzas, que para Vox son cruciales, el partido en Málaga necesita un cambio de liderazgo.

A pocos meses de que empiece formalmente la campaña para los citados comicios, hay coincidencia en la dirección nacional sobre la escasa idoneidad de Sevilla para continuar al frente. Sevilla tiene en su contra no solo a un amplio sector de los militantes, sino también a relevantes miembros de la propia gestora, que ya maniobran entre ellos de cara a unas hipotéticas elecciones primarias.

De hecho, el en teoría número dos, Antonio Luna, toma decisiones que de facto le convierten en el líder provincial de la formación. Ello hace que la dirección nacional no confíe en ninguna de las personas directa o indirectamente vinculadas a la Gestora para revertir la actual situación. Al final se ha optado por lanzar las redes en los caladeros de la sociedad civil malagueña.

“Vox no puede afrontar unas elecciones con el divorcio de las bases. Este distanciamiento no se reduciría con ningún otro miembro de la gestora o próximo a ella. Necesitamos un revulsivo que aglutine otra vez a los militantes”, señaló una persona de la máxima confianza de Iván Espinosa de los Monteros, quien se desplazó a Málaga para entrevistarse con un prestigioso empresario y proponerle que sustituyera a Sevilla al frente de una nueva gestora, que contaría con el apoyo sin fisuras del Comité Ejecutivo Nacional (CEN).

La reunión se celebró en el Real Club Mediterráneo y precedió al encuentro que dos semanas más tarde mantuvo Espinosa de los Monteros con el mismo empresario, que finalmente declinó la oferta. “El problema de Vox Málaga no es un problema de liderazgo. El problema es estructural y tiene mucho que ver con las personas que forman parte de la dirección”, argumentó.

Entre tanto, la dirección busca a un candidato de más peso que Antonio Alcázar para el difícil objetivo de que Vox entre en el emblemático ayuntamiento de Málaga por vez primera en su historia. En el partido son conscientes de que la “peineta” dedicada por Alcázar a un grupo de militantes críticos lo invalida para dicha empresa. De hecho, la Plataforma Antigestora liderada por Antonio Pulido ha anunciado su rechazo a la candidatura de Alcázar, al que consideran uno de los responsables de la crisis interna en Vox Málaga.

¿Y qué opina Patricia Rueda de este maremágnum político que en parte ella misma ha provocado? De momento, la diputada nacional tiene puestos sus cinco sentidos en garantizarse un puesto de salida en alguna de las elecciones en ciernes, que le garantice los más de 110.000 euros anuales que percibe actualmente y que le permite mantener su lujoso tren de vida, lejos, muy lejos, de la España que trabaja y madruga.