La UE usa el Covid-19 para ampliar su poder
Antonio Velázquez.- Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha puesto sobre la mesa la posibilidad de aprobar la vacunación obligatoria dentro de la Unión Europea.
Y aunque por ahora reconoce que esta decisión es competencia de los estados miembros, y por tanto no depende de ella, insiste, y de manera explícita y tajante, que este asunto necesita un “enfoque común”.
Es decir, si lo traducimos del lenguaje oficial de la UE a lo que luego serán los hechos, lo que quiere decir la presidenta de la Comisión es que en este asunto cada país no puede hacer lo que quiera… si no que tienen que seguir las recomendaciones que se hagan dentro del consenso de la Unión Europea.
Promover la vacunación obligatoria de forma coordinada entre los países de la Unión Europea es anular la soberanía nacional y pisotear la libertad individual. ¡Sería un ataque sin precedentes de la UE a la autodeterminación de los ciudadanos europeos!.
Está claro que el foco de la propuesta de la presidenta de la Comisión Europea son las personas no vacunadas dentro de la UE, pero que haya un porcentaje de gente sin vacunar en el viejo continente no significa que se puedan socavar los derechos de los ciudadanos instando a los gobiernos de los estados miembros a convertir la vacunación en obligatoria.
Von der Leyen reconoce además que no le corresponde a ella hacer recomiendaciones a los países sobre la vacunación… ¡Pero no se detiene a la hora de hacer pública su opinión y pedir un enfoque común dentro de la UE! ¿Hasta qué punto puede contradecirse a sí misma en unos pocos minutos?.
El motivo de este descabellado plan, que parece más bien una reacción de pánico, es la nueva variante del virus “Omicron”. Según Von der Leyen, esta nueva variante procedente de África es causa de una gran preocupación en Bruselas, aunque también reconoce que todavía no está claro la peligrosidad de esta variante.
Mientras tanto, la que sí parece tener las cosas claras es la doctora sudafricana que descubrió dicha variante “Omicron”, y que se preguntaba en la BBC por qué el mundo está reaccionando con tanto pánico a esta variante, ya que, según su experiencia, provoca sobre todo síntomas leves.
En conclusión: la Comisión Europea no tiene por qué dictar a los países miembros sus políticas sanitarias. Sería ridículo si de pronto tuviéramos en toda la UE un mandato de vacunación obligatoria como resultado de una variante del virus que, por ahora, no parece tan dañina como la anterior. ¡No permitamos que eso ocurra!
Tenemos que actuar antes de que sea demasiado tarde, para que no nos despertemos de repente con una dictadura en toda la UE a causa del coronavirus, donde se violan sistemáticamente los derechos fundamentales.