Una madre da a luz a su hijo antes de tiempo para que su padre, enfermo terminal de cáncer, lo conozca
Esta historia nos lleva a Estados Unidos, en concreto a la ciudad de Connecticut. Allí es donde residían Haley Parke y su marido y hacían una vida de lo más normal. Esta pareja había tenido la suerte de poder concebir un hijo durante nueve meses, pero la desgracia de la enfermedad, golpeó fuertemente a la pareja agotando los suspiros de vida del marido al mismo tiempo que dando poco a poco esa capacidad de vivir al pequeño que venía en camino.
El hombre padecía un cáncer terminal, por lo que el tiempo apremiaba a esta pareja, a las puertas de que el segundo hijo llegara a fortalecer el espíritu familiar en la vivienda de los Parke. “A tres semanas del nacimiento de nuestro segundo hijo, mi marido y yo sabíamos que lo correcto era pedir una inducción. Los médicos de la UCI trabajaron con la jefa de partos de alto riesgo y me ofrecieron la posibilidad de la inducción”, ha explicado Parke en Facebook.
Lo cierto es que se trataba de algo enormemente complejo y que también tenía algún que otro riesgo, pero siendo consciente de que el fallecimiento de su marido podía estar cerca, el tiempo era un factor que hacía que se calificara de urgencia ese parto. La previsión era que el alumbramiento fuera vaginal, natural y rápido; no obstante, el empeoramiento de la salud del padre de la criatura, hizo que hubiera que tomar medidas. El estado de salud de Jb, (iniciales del padre), hizo que la estimación de su deceso pasaría a producirse en apenas unas horas, por lo que había que tomar medidas; básicamente, había que realizar una cesárea.
“En un minuto estaba en el quirófano y 20 después había nacido nuestro hijo. Me lo dieron para que lo besara y un equipo de médicos y enfermeros lo subieron dos pisos y lo colocaron en el pecho de su padre”; “Cuando nuestro hijo fue puesto en su pecho, los signos vitales de Jb mejoraron instantáneamente. Hacía pequeños movimientos y dulces gemidos reconociendo que nuestro hijo estaba allí”, contaba Haley Parke en su entrada de Facebook.
Después de coser la cesárea, el personal del hospital colocó ambas camas unidas en la misma habitación para que vivieran en familia los últimos instantes de vida del marido de Haley quien lastimosamente falleció apenas unas horas después. Con su mujer y su hijo cerca, unidos ante el nacimiento y la muerte.
Un niño sano
A pesar de todo, lo que más se puede celebrar, es que el niño nació sin ningún problema físico ni mental, con una salud de hierro a pesar de que su nacimiento se produjo tres semanas antes de lo que hubiera sido normal. Para Haley Parke esto fue un regalo divino: “solo lo llamo amor. Actué por amor. Puse mi confianza en Dios de que esto era parte de su plan e hice lo que tenía que hacer, por amor, para cumplir el último deseo de mi marido”. El pequeño heredará el nombre de su progenitor fallecido, John Beeson Parke.
(COPE)