Winter is coming
Alexandre Colomer.- Hoy voy a escribir sobre unos aspectos económicos que sufriremos TODOS/AS/ES en los próximos meses y los años venideros: la inflación, la estanflación y la reduflación.
Desde el año 1971 (fin del patrón oro, Nixon) el mundo económico y financiero mundial ha vivido bajo el yugo de las políticas monetarias de los Bancos Centrales del mundo; políticas basadas en la impresión de billetes (bits de ordenador, a razón a día de hoy de 835 millones de dólares la hora) aumentando la deuda (la droga del Modelo Económico vigente) de los países, empresas, bancos y de las personas. Aumentando la clase media y el consumo desaforado de los recursos primarios limitados del planeta tierra. Las obligaciones pendientes en todo el mundo permanecen en zona de máximos históricos: 289 billones de dólares, el 360% del PIB mundial.
Estas políticas de deuda ilimitada y tipos de interés bajos (el BCE ha indicado que los subirá en el año 2023) han llevado al aumento del precio (no del valor) de los bienes (viviendas, renta variable, renta fija, criptomonedas, commodities, etc).
La situación actual inflacionaria (hiperinflación) que sufrimos con el precio de la energía (gas y la electricidad) y algunas commodities (agrícolas y industriales) son provocadas por la demanda mundial postcovid y los desajustes (cuellos de botella) en el comercio internacional con consecuencias nefastas para las empresas (aumento del coste de los insumos), para los trabajadores (cierre de empresas) y de los consumidores (aumento del coste de la vida).
Esta situación es similar a la crisis del petróleo del año 1973 (El precio del barril de petróleo aumentó de los 2,90 dólares a los 11,90 dólares) que sufrió el mundo, por el aumento del precio del “oro negro” tras la guerra de Yom Kippur. El aumento del precio de este recurso energético (motor de la economía) tuvo entre otros efectos un enorme aumento en los costos de producción, lo que obligó a las empresas a elevar los precios de los bienes o en su caso, la reducción en tamaño (envases), en cantidad (unidades), en peso o en volumen de sus mercancías o servicios (reduflación), mientras que sus precios seguían siendo los mismos o aumentaban.
El aumento en el nivel general de precios no se equilibró con la demanda, lo que derivó a un menor consumo y por ende en una reducción de la producción, lo que además generó mayor desempleo con consecuencias sociales y contraculturales de protesta como el auge del terrorismo (derecha, izquierda y islámico), aumento del consumo de drogas (heroína) y el surgimiento de la música Punk (Sex Pistols/Ramones).
El Estado, que durante décadas había crecido fomentando la inversión pública y la asistencia social (deuda pública), no contaba ya con herramientas efectivas para combatir esta nueva realidad. La inflación se había convertido en un verdadero problema que, según los economistas liberales, solo podía resolverse estabilizando la oferta monetaria. Esto requería inevitablemente un ajuste fiscal, de mayor deuda, de mayor recaudación o menor gasto público. El principal problema de estos planes de estabilización era que requerían una reestructuración total de la economía. Para empeorar la situación, la inflación no solía reducirse inmediatamente, sino que por efecto de arrastre se mantenía en niveles altos durante algún tiempo, agudizando así la recesión económica.
Paralelamente, los economistas liberales comenzaron a cuestionar las políticas keynesianas, argumentando no sólo cuestiones económicas, sino también factores socio-políticos. Sostenían que la falta de incentivos para las personas emprendedoras, la restricción de las libertades individuales y la escasez de productos o servicios altamente demandados por la población. Todo esto llevó al surgimiento de una nueva corriente socio-económica el neoliberalismo, que alcanzaría su apogeo durante las décadas de 1980 y 1990 (Escuela de Chicago) con la idoneidad geopolítica del momento con la caída de la URSS, el fin de la revolución cultural China con la implementación de la reformas económicas (Boluan Fanzheng) de Deng Xiaoping en 1979 y el fin de las dictaduras militares de Sudamérica.
Se avecinan meses muy complicados, según los expertos meteorólogos este invierno (hemisferio norte) será muy frío con temperaturas muy bajas, heladas y nieve. El aumento del precio del gas, petróleo y de la electricidad irán a más con desajustes del servicio en la distribución, en el consumo y tal como está la situación actual antes de finalizar el año, podemos sufrir algún susto importante a nivel bursátil (renta variable y criptomonedas).
*Economista, consultor inmobiliario y financiero