Aunque la mona se vista de seda, mona se queda
Claudia Jiménez Barrero.- Cuando tienes que valerte de tu forma de vestir para llamar la atención, algo estás expresando. Nadie se imagina un funeral con un asistente vestido con colores llamativos, ¿verdad? Pues en actos institucionales o eventos varios ocurre lo mismo. Para darse cuenta de que se está haciendo el ridículo hay que tener cierta formación, clase y elegancia. Tres calificativos que brillan por su ausencia tanto en los hombres como en las mujeres del organigrama de VOX Málaga.
No es lo mismo una pasarela de moda, que una sesión de control o una rueda de prensa. Pero ¿qué más da? Lo importante es la foto. El egocentrismo es lo que tiene, y la necesidad de ser el centro de la formación y no compartir protagonismo da por resultado el ridículo.
Intenten haced memoria y recuerden si alguna diputada de cualquier formación ha dado una rueda de prensa con los hombros al aire, Patricia Rueda sí, ella puede creer que eso es tener clase y saber estar. ¿Os imagináis a Macarena Olona o a Rocío Monasterio de esa guisa?
Pero Patricia Rueda no es la única que hace uso de su vestimenta para tener presencia, la otra es Purificación Fernández. Por si no se dieron cuenta, cuando vino Gavira apareció con un conjunto rojo, después se cambió para una reunión del organigrama y se puso un mono negro con encaje, toda una diva.
También se puede observar cómo se le ha subido su nuevo cargo a la cabeza, ha pasado de ir a las mesas informativas con unos vaqueros a ir con un vestido con perlas, falsas, pero perlas. De Noelia González y sus botas, y de los conjuntos de Carmen Barrios mejor no hablamos porque sino nunca acabaríamos.
P.D. Si desde el nuevo organigrama de VOX Málaga se recibe con los brazos abiertos y se le da cargos a afiliados del Partido Popular, también pueden ponerse en contacto con el PP para preguntar cómo acudir a los sitios. Las imágenes hablan por sí solas.
https://www.facebook.com/1446172798992889/posts/2975764179367069/
Su artículo también habla por sí sólo al destilar un tufillo pudremita que tira para atrás, fruto de la decadencia roja impregnada en la bilis que no le deja vivir.
Mi abuela lleva un traje más juvenil que en engendro ese de Carmen Barrios