La Voz del Sur (R) Un madrileño afincado en Sanlúcar de Barrameda, José Manuel Martínez Ayala (1969), Guardia Civil durante 23 años y jubilado por problemas de salud desde hace años, ha desafiado a una organización que, como él mismo sostiene sin ambages, tiene más de estructura piramidal sectaria que de otra cosa. En los apenas dos años que ha durado su aventura en Vox, no ha podido acabar más desencantado, como toda España pudo ver en su intervención en el pleno municipal en el que anunciaba su baja del partido de Abascal. Aquellas imágenes hace un par de meses dieron la vuelta a España —tiene más de 20.000 seguidores en redes sociales— y, aunque se mantiene —”por poco tiempo”— como portavoz municipal y controla el grupo municipal de Vox en el Ayuntamiento de Sanlúcar, su objetivo está ya en otra parte.

Ex dirigentes y ex afiliados de Vox, muchos de ellos de Andalucía, han registrado hace unos meses España Suma, la marca con la que PP y Cs amagaron para actuar bajo el mismo paraguas, y que ahora es la respuesta al “modus operandi mafioso” de Vox. Los escándalos en los procesos de primarias para controlar el partido en los territorios y el hecho de que las bases no se sientan representadas tras levantar el partido estos años —”cuando se pisó la moqueta”, que dijo el juez Serrano al dimitir en el Parlamento andaluz, investigado por presuntas corruptelas— ha generado una reacción organizada que directamente aspira a arañar espacio político a Vox. Pero ojo, también en otros espectros ideológicos (o no) de la tarta electoral nacional, regional, provincial y local.

¿Cómo se acerca a Vox?

Me acerqué a la política, primeramente, porque tenía tiempo, y eso es super importante. Me vine a vivir a Cádiz hace casi tres años y a base de seguir las redes sociales, vi el proyecto de Vox, me inscribí, y en aquel tiempo defendían más o menos las ideas que yo compartía. Encima en el primer contacto que tuve con los compañeros vi que era gente muy normal y muy sana, y poco a poco me fui involucrando. Me propusieron en Sanlúcar como coordinador local del partido, pese a que nunca había estado en partidos políticos y no lo controlaba. Al final me convencieron, me puse de coordinar y a los dos meses el comité provincial decidió ponerme como vocal.

Hablamos de un momento en el que Vox se había constituido pero no tenía representación institucional.

Ni estábamos, ni se nos esperaba. No teníamos opciones en aquel tiempo. Cuando yo me afilié no llegábamos a 200 afiliados y cuando marchamos del comité ejecutivo éramos 1.675. Imagínate la subida.

¿Cuándo es el punto de no retorno? Imagino que la comparecencia en el pleno de Sanlúcar que dio la vuelta a España no fue fruto de un calentón…

Claro que no. Eso son cosas muy meditadas, hombre. El calentón en estos temas políticos no funciona muy bien. Yo vi poco a poco artimañas del partido y pensaba que se producían aquí en Cádiz nada más, pero hice contactos por toda España y vi que era el modus operandi en todos los sitios. En febrero de 2019 preparé una candidatura contra Abascal sabiendo que era perder fijo, pero para que al menos se escuchara que las bases estaban un poquito cabreadas. Lógicamente perdimos, no como dicen ellos que perdimos, porque como aquí son elecciones telemáticas, pues pueden decir el resultado que quieran porque nadie se va a enterar.

A raíz de eso, de mal en peor…

Una de las causas por las que dimitimos fue porque el comité ejecutivo provincial era electo, elegido por los afiliados, y se hizo un comité paralelo. Lo que vas a hacer es ejercer una función que no te dejan hacer, por eso tanto los compañeros como yo decidimos dimitir de la junta directiva provincial.

Cuando usted llega a decir que Vox le ha estafado, ¿en qué sentido lo dice, solo ideológicamente?

Solo en el sentido ideológico, de que nos vendieron la idea de que veníamos a cambiar la política actual y no éramos ni mejores, ni peores, nos habíamos convertido en más de lo mismo. Yo soy una persona muy abierta, no he creído nunca ni en izquierdas, ni en derechas. Es el gran invento que tienen los políticos para repartirse la tarta. Nos siguen vendiendo extrema derecha y extrema izquierda, pero yo creo más en el sentido común. Al principio Vox me parecía muy de sentido común. Por circunstancias de salud me tuve que jubilar de la Guardia Civil tras 23 años y ahí tampoco entré por un salario, sino por vocación de servicio. Entré en política y renuncié a cobrar, y me satisface porque al menos hago algo que ayudará más o menos pero pongo mi granito de arena; ya cobro una pensión.

¿Eso le ha dado ventaja?

Es de lo que más me alegro de todo el tiempo que he estado en política. No me he debido a nadie, siempre he defendido mis ideas y en muchos casos coincidían con las de Vox. Mi idea principal era cambiar leyes como la ley electoral, pero ellos ya están chupando y son uno más del sistema.

¿Tiene constancia de gente que se haya arrimado al proyecto por el cargo o el sueldo?

Hombre claro. Una cosa ese Juan Carlos Sanz, Manuel González Bazán… que estuvieron en el proyecto cuando eran siete afiliados en Cádiz, y otra cosa es lo que viene ahora. Lo que se acerca a Vox ahora es para chupar cargos y salarios. Cuando no estás para eso, pues te puedes permitir el lujo de hacer lo que quieras. Yo no tenía que comer de esto y tenía más libertad que los demás, no es ni más ni menos heroico sino las necesidades de cada uno en cada momento.

¿Se ha aprovechado la cúpula de las bases hasta pisar la moqueta, como dijo el juez Serrano?

Se ha podido no, es lo que ha hecho. A lo blanco, blanco, y a lo negro, negro. Era mano de obra barata y, pese a que ellos llegaban inyecciones de dinero, a nosotros nunca llegó nada. Si tenías que hacer algo te lo tenías que rascar de tu bolsillo, aparte de las cuotas que ya pagábamos.

¿Le ha costado el dinero Vox?

Claro, claro que me ha costado. Cualquier cosa que he hecho ha sido a base de pagarlo yo. Ten en cuenta que lo tenían montado de que las cuotas no llegaban a provincias, casi todo en Cádiz eran cuotas de desempleados de 3 euros y lo que teníamos era calderilla y buscarnos las habichuelas.

Aun así, se ha quedado al frente del grupo municipal de Vox en el Ayuntamiento de Sanlúcar, ¿no?

Sí, sí, pero es cuestión de poco tiempo. Es cuestión de que me dejen de dar por saco. Mientras que sigan, ahí estaré.

¿Son importantes las presiones?

Sí, pero me da igual, tengo una espalda… Voy contracorriente y el día que se olviden de mí, pues lo dejaré, porque no pierdo nada ya que no cobro absolutamente nada. Hay recursos en el grupo pero, por ejemplo, en el mes de febrero pasado hablé con el alcalde, que es del PSOE, y le dije que tenía pensado destinar las asignaciones municipales a comedores sociales, ayudas a autónomos… somos seis grupos municipales, cada uno de su padre y de su madre, y estuvimos de acuerdo en ayudar al pueblo. Así es como yo creo en la política.

Pero claro, para el partido a nivel provincial eso es perder fondos y financiación, ¿no?

Sí, pero es que ese dinero no es del provincial. Pretenden recaudar ese dinero y mandarlo al partido, pero ese dinero es de los sanluqueños en este caso, y debe reinvertirse en Sanlúcar, no lo voy a mandar a Madrid, como quieren ellos. Y si no se utiliza, lo devuelvo.

Da la impresión de que esto es una secta, con una estructura piramidal muy marcada.

Así lo dije yo. No me arrepiento de nada de lo que dije, lo que dije es lo que pensaba. Cuando llegué, una persona como yo que no ha estado nunca en política, no recibió formación ninguna y ni siquiera cuando logré meternos en el Ayuntamiento de Sanlúcar recibí una felicitación del partido. Este es un territorio muy de izquierdas y conseguimos un concejal, pero nadie me llamó para felicitarme. Al mes siguiente sí me llamaron para preguntarme que cuánto me correspondía de asignación municipal, que abriera una cuenta y que apoderara a Ortega Smith y compañía. Me llamaron para ver la pasta que había. Son granitos que si te mueves por otro lado, eso te quema. Atacarme personalmente no lo han hecho ni me dolería, porque te hace el daño el que te quiere, no el que puede. Me fastidia traicionar mis principios y vender a la galería una cosa que no es cierta.

¿Con qué estaba más en desacuerdo con Vox?

Por ese modus operandi de ser agencia de colocación no paso. Y luego para otros temas soy más abierto. No se pueden decir cosas como las que dicen de los homosexuales o del aborto. Me da igual con quién se acueste cada uno y, aunque soy provida, pienso que si un niño viene mal o ha sido fruto de una violación, nunca voy a estar a favor de eso. Soy un poco más abierto en esos temas que son en los que podía chocar, pero el planteamiento inicial a mí me convencía en un 90%. Y luego el tema de las formas, es que son peor que la mafia calabresa. O te vas, o te busco la ruina… Hombre, por Dios, que estamos en el siglo XXI. Yo con 19 años estaba destinado en el País Vasco. Eran los años del plomo, caíamos como chinches, como te despistaras te daban un tiro en la nuca… si a mí no me dio miedo eso, esta gente no me va a dar miedo, como comprenderás.

¿Tiene hueco España Suma en un mercado tan saturado?

Creemos que tenemos hueco porque no nos parecemos a nadie. Somos un partido de inspiración liberal. Pero vamos a dejar claro la palabra porque ya sabes que se mezcla con el peor concepto del peor capitalismo. Nosotros somos liberales porque pensamos que liberal significa pensar en libertad, por eso defendemos la libertad individual o colectiva frente a cualquier autoritarismo como hay ahora mismo en España. Nuestro objetivo es agrupar a la sociedad civil sin preguntar de qué son. Buscamos la defensa de la libertad y una democracia formal, representativa, con separación de poderes… la suma de unos españoles que creen en la pluralidad, la convivencia y la unidad que es España. Los partidos nos tienen divididos a nosotros, discutiendo incluso en las familias, mientras ellos viven del chollazo que tienen. Por tanto, venimos para formar un bloque político en defensa de la democracia. No queremos una parte de la tarta, lo que queremos es la tarta entera. Pero no para nosotros, sino para la sociedad española y que el pueblo sea soberano. Yo vengo de Vox, pero es que tenemos ya gente que viene del PSOE. Lo primordial es cambiar la Ley electoral porque la gran mayoría de la sociedad española no está conforme con un Parlamento que no les representa.

En todos los partidos prima la mediocridad frente a talento y los diputados lo son por ser amigos o disciplinados con sus partidos. Por eso nosotros apoyamos firmemente el municipalismo y la provincia. ¿Escuchas a algún diputado defender a Cádiz? Nosotros pensamos que no hay que deberse tanto a la disciplina de partido sino a quienes te ponen en el cargo. Hemos hecho un reglamento electoral muy complejo que no tiene ningún partido, con listas abiertas. Aquí venimos a servir a los ciudadanos y los amigos se tienen fuera. Es la gran diferencia con el resto de partidos. Nosotros funcionamos de abajo arriba. Queremos limitar también a un máximo de ocho años el servicio a los ciudadanos y que los políticos coticen igual que todo hijo de vecino. Si después de ocho años con esos contactos en un gobierno no eres capaz de encontrar trabajo es que eras lo mediocre que pensábamos…

¿Todo eso no suena mucho a 15M o Podemos?

Sí, pero es que mira cómo predican con el ejemplo…

¿No tiene la sensación de que en política se está todo el tiempo diciendo una cosa y haciendo la contraria?

Yo soy ahora mismo el presidente, pero no lo voy a ser, tengo unas ganas de quitarme de esto…

Le van a decir que harán lo mismo y que el poder corrompe…

Tengo un equipo que va a estar deambulando por toda España para ver que todo vaya como tiene que ir. Admitimos a cualquiera, pero cualquiera que sea legal e íntegro, me da igual si tu pensamiento es más de izquierda o de derecha. Es que no creemos en eso. Creemos en lo que necesita la sociedad para mejorar. A mí me ha llegado a defender hasta gente de Podemos y esas cosas los partidos actuales deberían mirárselas… Esto no puede tener como fin lo económico. Cobrar, si tienes necesidad y dedicación, tienes que cobrar, pero no puede ser el fin. Si no conseguimos ningún diputado pero logramos que se pongan las pilas el resto, habremos ganado.

¿Se van a presentar a todas las convocatorias?

A Cataluña ya no vamos a llegar, pero la idea es ir a todas. Para las andaluzas de dentro de dos años nos presentaremos.

¿Vienen para quedarse?

Esto no es una pataleta. Hay muchísimos españoles que están huérfanos, el 35% no piensa votar. A lo mejor dentro de dos décadas no hacemos falta, pero es que ahora mismo es necesario un cambio político a todo esto tan engordado. No hacen falta asesores, sino funcionarios de carrera. Ahora lo principal es salvar la crisis bestial sanitaria y económica que tenemos. Hay que eliminar gastos y destinarlos donde hay que destinarlos.