Durante las protestas que se desataron frente al Capitolio el pasado 6 de enero de 2021, en medio de la lucha de los seguidores del ex-presidente Donald Trump por el reconocimiento del fraude electoral de las últimas elecciones presidenciales, varios manifestantes ingresaron al edificio congresional, la mayoría de ellos de forma pacífica y escoltados por la policía local, tal como muestran varios videos filmados.

A más de un mes del evento, el Partido Demócrata—y en especial la diputada de extrema de izquierda Alexandria Ocasio Cortez—continúan lucrando y queriendo tergiversar los hechos ocurridos.

En un un directo en vivo a través de la red social Instagram, la congresista de extrema izquierda aseguró afligida que los ciudadanos que habían ingresado esa tarde al Capitolio estaban dispuestos a asesinarla, y que debió buscar refugio en el baño de su despacho luego de que su director legislativo Geraldo Bonilla Chavez le aconsejara que se esconda.

Durante todo el vivo, Cortez expresó en repetidas ocasiones que vivió una ”situación de verdadero terror” y que ”corrió peligro su vida”. Además de insinuar un supuesto complot entre supremacistas blancos para secuestrarla y asesinarla incluso antes del día 6 de enero.

Ocasio llegó aún más lejos; queriendo culpar a los republicanos Ted Cruz y Josh Hawley por esta experiencia que “atentó contra su vida”, ya que los mismos fueron los senadores que se encargaron de objetar los electores de los Estados fraudulentos en la Sesión Conjunta del Congreso.

Sin embargo, y como era de esperarse, todo resultó ser una puesta en escena perfectamente ejecutada y actuada por parte de la congresista.

Ocasio Cortez, al momento de la irrupción, ni siquiera se encontraba en el Congreso, sino que se encontraba en su oficina—la cual está ubicada en un edificio llamado Cannon que se encuentra a más de 4 cuadras del Capitolio y en el cual los manifestantes nunca ingresaron, mucho menos lo hostigaron.

Quien confirmó esta historia fue la diputada por el Estado de Carolina del Sur, Nancy Mace, quien posee su oficina a tan solo dos puertas de distancia de la de Cortez y en el mismo edificio ya mencionado. Mace asegura que las protestas nunca llegaron a ese lugar.

En este sentido, el periodista Jack Posobiec, que trabaja en esa zona del congreso, fue quien se encargó de clarificar aún más el contesto de la historia. Tal como lo muestra su mapa subido a su cuenta de Twitter, el edificio Cannon guarda una distancia considerable con el lugar donde se estaban desarrollando los hechos.

Puesta al descubierto y ridiculizada, la congresista de extrema izquierda intentó justificar su experiencia explicando que al edificio Cannon es está conectado mediante una serie de túneles con el Capitolio—una hipótesis que si bien es cierta, carece de todo sentido ya que los manifestantes que se encontraban en el edificio del Congreso no tenían el conocimiento que existían dichos túneles.

Posobiec no se hechó para atrás y también le respondió a Ocasio Cortez exponiendo su doble vara, a través de un antiguo tweet del año pasado en el cual la congresista apoyaba la violencia y los destrozos ejercidos por la organización Black Lives Matter y el grupo terrorista Antifa.

En el tweet, AOC expresa que el fin de las protestas es incomodar a las personas y que los activistas aboguen para que se realicen cambios en las políticas tomadas, cerrando su tweet remarcando que el objetivo de las protestas es incomodar a la gente, justificando así el asesinato de varias personas en las protestas que se realizaron por George Floyd.

En cuanto al espiral de mentiras en forma de publicaciones de Twitter expresadas por Ocasio Cortez que aquí detallamos—contando sucesos que no pasaron, buscando ensuciar la reputación del ex-presidente Trump y la integridad del Partido Republicano—el directorio de esta red social no ha tomado, como era de esperarse, ninguna medida que discipline a la diputada.

La activista conservadora Candace Owens también desmintió a la congresista cuando la misma en el transcurso del día había forzado aún más su discurso.

Según AOC, se habían encontrado explosivos colocados por lo seguidores de Trump en las respectivas oficinas de cada legislador, cuando en realidad estos explosivos se encontraron a las afueras de las sedes de los partidos Republicano y Demócrata previo al discurso de Trump y que el FBI todavía no pudo averiguar quién había sido responsable por tal acto—aunque todo apunta a que fue realizado por grupos anarquistas.