No diga indigno, diga Antonio Sevilla
AD.- A “Barbie” le pasa con “El chusquero” lo que a Isabel Pantoja con su hermano Agustín: se cree todas sus mentiras. “El chusquero” ha cogido una buena perra con Alerta Digital porque le decimos lo que nadie se atreve dentro del partido: que es un inútil político, que su inutilidad execra la condición política y que fuera de la política no dejaría de ser un don nadie. Ya lo es, pero el poder que le ha sido otorgado para disponer de los nombramientos de un puñado de personas, le confiere una cierta prestancia entre la militancia de Vox Málaga más mediocre.
“El chusquero” no ha sentido nunca la responsabilidad de pagar una sola nómina, y ahí lo tenemos, haciendo y deshaciendo en un partido donde unos pocos ya se atreven a decir en grupos de WhatsApp que los acuerdos son de alcoba. Este chusquero gañán y mediocre, a quien va a terminar metiendo en un buen lío es a “Barbie”, que ha pasado de ser casi unánimemente aceptada por los militantes en su papel de diputada florero, a convertirse en un personaje detestado por muchos de ellos. ¿Qué necesidad tenía “Barbie” de meterse en este charco? Es mil veces preferible la dignidad de José Enrique Lara, al que ella ha traicionado aún debiéndoselo todo, que hacer lo que ella hace, vacía de ideales, obsesionada por el lujo, sin más afán ni otra meta que el poder de decidir sobre personas que valen infinitamente más que ella. La política puede ser algo grande, sobre todo cuando se realiza o se intenta realizar una obra grande, como por ejemplo la de rehacer España. Pero esta gente está en otra cosa. Ellos y ellas son responsables, en igual medida que los dirigentes de Podemos, de hacer de los partidos una cosa cada vez más hedionda, dentro de un sistema político agonizante.
Esto vale también para Antonio Sevilla, cuya proclamada indignidad no necesita ser explicada. Sevilla es un pelele, un líder de pega, un títere del “Chusquero” y la “Barbie”, un político sin dignidad ni talento… Aceptar ser el líder de una formación donde las principales decisiones son adoptadas a espalda suya, por gente que no vale nada, lo dibujan como un hombre más digno de conmiseración que de inquina. Si tuviera el coraje necesario, hoy mismo presentaría su dimisión; él y toda la cohorte de pelotas a las órdenes del “Chusquero” y “Barbie”. Pero no lo harán, porque carecen de dignidad y de vergüenza, y son capaces de traicionar a un compañero y amigo en previsión de una futura mamandurria. ¡Y esta es la gente que venía a redimir moralmente a los españoles y a salvar España!
Parafraseando a Churchill tras los acuerdos de Munich, “Elegisteis el deshonor y tendréis la guerra”. ¿Te merece la pena, Antonio Sevilla? ¿Te merece la pena, Antonio Luna? ¿Te merece la pena, Carmen Barrios?
Tampoco esperamos nada de la mayoría de los militantes de Vox. Están acobardados, agazapados, escondidos, pendientes de un carguito que finalmente no les llegará. Carecen hasta del valor de darle a un “me gusta”. Algunos al menos ya se están moviendo bajo la dirección de un externo, incluido ese “calzonazos” en el que tanto confiáis. Es lo que tiene el instinto carroñero ante un cadáver.
Los que hoy han impuesto en Vox Málaga un régimen de terror y de silencio se irán más pronto que tarde, pero nosotros continuaremos aquí, haciendo un llamamiento a los afiliados que quieren servir a España y no a un puñado de golfos: desdeñadlos a todos ellos, y agrupaos bajo la bandera de la dignidad humana y del compromiso ético con España, que no es ni podrá ser nunca la España que defiende esta banda de granujas y advenedizos.
El mejor de los artículos que he leído. Usted lo clava. Es como si usted hubiera estado dentro escuchándolo y viéndolo todo, porque no se puede explicar mejor. Me encanta lo de «Elegisteis el deshonor y tendréis la guerra», pero a personas sin honor que se mueven por dinero, el deshonor como que no entra en su vocabulario. Lo malo es que en otro partido político estarían más encaminados que en VOX.