El “otro” Joaquín Costa
José Antonio Bielsa Arbiol.- Reseñamos el debut literario del abogado, fiscal, juez y profesor de Derecho don Ramiro Grau Morancho: JOAQUÍN COSTA Y EL IDIOMA ARAGONÉS; la primera edición del libro se remonta al año de 1976: se cumplen pues 44 años de su aparición.
Joaquín Costa y el idioma aragonés no fue la ópera prima del jurista ribagorzano Ramiro Grau Morancho, pero sí su primer título publicado –con apenas 19 años de edad, cuando ya era Director del Instituto de Estudio, Difusión y Conservación del Aragonés–.
Pero antes de dar a las prensas este trabajo –históricamente relevante por pionero–, Grau había manifestado una inequívoca superdotación para las Bellas Letras, posicionándose como avezado poeta en aragonés (la incomprendida fabla), amén de notable ensayista de varias filigranas que desconcertaban por la juvenil figura de su autor, y que le harían acreedor de merecidos premios –p. ej., el Menéndez Pelayo al mejor libro de poesía de autor inédito por Autoetopeya Poética; el Extraordinario Calasanz de 1975 por Joaquín Costa, el líder que su propio pueblo no supo descubrir, etcétera– y accésits varios –como el logrado al susodicho Premio Calasanz de 1974 por Los Papas de Peñíscola: Benedicto XIII y Clemente VIII–. Dicho esto, es oportuno recordar que Joaquín Costa y el idioma aragonés no sólo supuso la consagración intelectual de Ramiro Grau de cara a la galería, sino que también resultó ser la más leída y exitosa de sus obras, conociendo hasta tres ediciones en apenas un lustro (y 10.000 ejemplares vendidos). Pero vayamos al libro en sí.
Joaquín Costa y el idioma aragonés no es tanto un estudio socio-lingüístico al uso, que también lo es, como una ventana abierta a la posibilidad de recuperación del idioma aragonés (¡en 1976!), así en el contexto de una España-Una, sin desviaciones separatistas. Para ello el autor supo subirse humildemente a lomos de ese gigante llamado Joaquín Costa, un intelectual regeneracionista preocupado en esta cuestión idiomática (como en otras tantas relativas al “problema aragonés”), y cuyo legado ha sido “tremendamente manipulado”. Mas si en la segunda mitad de los años 70 las pretensiones de Grau podían considerarse esperanzadas y dignas de encomio, hoy, 44 años después, se han visto sepultadas por el devastador catalanismo que ha absorbido culturalmente los territorios de la franja, gracias por sobre todo a unas políticas nacionales ostensiblemente anti-españolas, amén de discriminatorias para con la identidad aragonesa (no aragonesista). Pues al fin, las palabras del eminente romanista William Dennis Elcock (pronunciadas en 1938), se cumplieron: “Bastará el transcurso de dos generaciones para que desaparezca el aragonés”.
Hábil detector, ya entonces Grau se lamentaba en estos términos del ataque al idioma aragonés (hablado entonces por unas 15.000 personas), con sus sutiles variaciones, propio de la Ribagorza: “Es verdaderamente vergonzoso que en todo el territorio que antiguamente formaba el Condado de Ribagorza, tengamos que soportar todos los días, de dos a dos y media del mediodía, media hora de televisión –española, creo, mientras no se demuestre lo contrario–, en catalán. Se nos está acabando de colonizar económicamente, y ahora se quiere colonizarnos ya hasta lingüísticamente. De seguir así, no queda ya mucho tiempo para que Cataluña pida que Ribagorza se incorpore a sus territorios…”.
Esta última afirmación, que podría resultar hiperbólica para un español medio de entonces ajeno a cuestiones filológicas, se ha terminado por cumplir a rajatabla debido a las nefastas políticas de “doble rasero” propias del Régimen del 78. Y es que las hordas separatistas-catalanistas, cada día más sectarias y fanatizadas en su misión, están llevando a cabo su plan de manipulación y apropiación por medio de la agresiva propaganda que les caracteriza: p. ej., durante estos últimos meses, un trabajo silencioso de pega de carteles en contenedores y demás mobiliario urbano, avanza imparable: son mensajes donde se anima a la anexión a Cataluña de las poblaciones de la franja…
Mención especial merece la segunda parte del libro, que acoge una meritoria antología poética en idioma aragonés, con poemas del propio Grau; por su belleza pedregosa, nos gustaría destacar las composiciones intituladas “La marcha fa flora”, “As mías memorias” y “Canzións y parabras”.
El libro Joaquín Costa y el idioma aragonés, de Ramiro Grau Morancho, puede adquirirse en la plataforma Amazon o bien en la web de Grau Editores: http://graueditores.com/
Se trata de un libro estupendo, pionero de muchos temas.
Sólo por eso vale la pena leerlo.
En su día fue de los primeros que se publicaron defendiendo a Aragón, a Joaquín Costa, las hablas regionales de los valles Pirenaicos, etc., dicho todo ello en las postrimerías del franquismo, CUANDO ESTABA MAL VISTO.
Decididamente, el señor GRAU siempre navega contracorriente, como así reza su Web.
Cierto todo lo que dice el señor Grau, pero se queda corto. El huevo del cuco, que estos nuevos perros afrancesados han depositado en nuestro Aragón Oriental gracias al Troyano de una cultura y lengua que nos son extrañas a los aragoneses, pues no son propias nuestras, puede que sean catalanas no se, pero si que son, de la esclavista burguesía de Barcelona de principios del siglo veinte, urdida, para tener excusa de seguir parasitando al resto de españoles de por vida, esta anidando y con ganas pues esta muy bien nutrido de euros, euros que a los aragoneses les… Leer más »
Agradezco a don Armando Robles, a ALERTA DIGITAL y a don José Antonio Bielsa Arbiol la promoción, que no merezco, de mi modesta obra.
Gracias, muchas gracias.
Excelente libro de un buen colaborador de ALERTA DIGITAL, ergo, PATRIOTA ESPAÑOL.
Solo por eso, merece la pena leerle.
Tengo el libro en mi biblioteca personal, y lo recomiendo, pues es muy interesante, y está escrito de una forma amena, que hace que se lea de un tirón.
¡Incluso me supo a poco!
Estupenda reseña, y excelente libro, que en su día alcanzó 3 ediciones, y 10.000 ejemplars vendidos en Aragón, y en toda España, pero sobre todo en nuestra región, cuando escasamente había un millón de habitantes…
UN ÉXITO EDITORIAL SIN PRECEDENTES.