Diez razones para no votar a José Enrique Lara, el hombre que ha fracturado a Vox en Málaga a golpe de dedazo: El fiasco en las municipales (VI)
LR.- Le hizo perder a su partido más de 40.000 votos en la capital malagueña en solo 26 días. Todo un récord. El matiz lo puso nuestro protagonista al pretender que le votaran nada menos que para alcalde de Málaga, como si la gente de su ciudad no le conociera bien. Seguimos hablando de José Enrique Lara, el licenciado en EGB que ha convertido Vox en Málaga en una broma de partido.
Hace unos días, un miembro de la candidatura de Lara procedente de Ciudadanos hacía mofa de los votos obtenidos por el director de AD, Armando Robles, en las elecciones municipales del 2015, en las que concurría al frente de Soluciona. “Al pollo le faltó decir que siendo, en efecto, unos muy malos resultados, superaron en 500 votos a los obtenidos por el candidato de Vox a la Alcaldía de Málaga, que no era otro que el propio Lara. ¡Hay que ser ridículo!”, respondió Robles.
Y añadió: “Sacamos 500 votos más que el señor Lara cuando Soluciona era una marca desconocida para el 95 por ciento de los malagueños, mientras que Vox era ampliamente conocido”.
El fracaso electoral de Lara se repitió cuatro años más tarde, en las elecciones municipales de 2019, al no lograr representación en el Ayuntamiento de Málaga. Vox obtuvo en la capital malagueña más de 56.349 sufragios en las elecciones generales de 2019. 26 días después, con Lara al frente de la candidatura para el Ayuntamiento malacitano, la cifra se redujo a 10.376 votos, el 4,35 por ciento de los sufragios totales. La desafección a Lara hizo que la mayoría de los potenciales votantes de Vox se inclinaran por apoyar al alcalde del PP, Francisco de la Torre. El fracaso sin paliativos de Lara no generó apenas autocríticas ni contestación interna. Siguió haciendo y deshaciendo como si tal cosa. Nos quedamos eso sí con momentos tan épicos de su campaña como proclamar el éxito de una reunión con representantes del Colegio de Abogados para explicarles el programa de Vox. Le faltó reseñar el dato nada baladí de que su interlocutor no era otro que su propio hermano, Francisco Javier Lara Peláez, presidente de los letrados malagueños.
De la gestión de Lara al frente de Vox da también buena cuenta los magros resultados electorales en el resto de la provincia: apenas 8 concejales, de los que dos ya han abandonado la formación. A los escándalos de la candidata de Marbella, Rosa María Calvente, o el de la número dos de la lista por Torremolinos, Lucía Cuín, hay que añadir el caso insólito de Mijas.
Pese a que el 26 de mayo de 2019 las urnas le dieron un edil a Vox en ese municipio vecino de Marbella, Carlos Rivero, este tomó posesión tras haber dimitido como candidato de la formación antes de las elecciones.
Rivero renunció por sorpresa. Comunicó que se retiraba de encabezar la lista de Vox en Mijas. Lo hizo casi sin margen de maniobra. El partido cambió toda la propaganda, pero le fue imposible hacerlo con las papeletas electorales. No se podía por haber pasado los plazos. Rivero era el cabeza de lista en el voto que entraba en las urnas, pese a haber anunciado su renuncia. Maya Escolar era la candidata oficiosa, pero no la oficial. Ambos pactaron que Escolar sería la que tomara posesión como edil si lograban representación.
Pero llegado el momento, Rivero decidió que tomaría posesión de su acta de concejal, la única que vox había conseguido. No ratificó la dimisión por escrito y tomó posesión. Es la razón por la que fue expulsado de un partido que le llamó «falso» y «traidor» en la toma de posesión el pasado 5 de julio como concejal de Mijas. El pleno fue aplazado 20 días por culpa de las cuitas internas de la formación. Lara denunció que Rivero había dimitido y que no podía adquirir el acta de concejal, pero Rivero la reclamó, diciendo que no era efectiva la renuncia. Al final, la Junta Electoral dio la razón al edil expulsado y se sentó en el pleno de investidura. Surrealismo “made in Lara”.