Diez razones para no votar a José Enrique Lara Peláez, el hombre que ha fracturado a Vox en Málaga a golpe de dedazo: Los militantes, tratados peor que la basura (III)
LR.- El pasado día 15, compañeros disidentes de Vox Alicante publicaron un manifiesto en que había muy poco de la casuística particular de su provincia, y en cambio la práctica totalidad de su texto podría ser aplicada a cualquier punto de la geografía española, ya que en todas partes se están dando los mismos problemas.
Hace unos meses, Vox era un proyecto ilusionante, nacido de la capacidad de unas personas de poner voz a lo que miles de malagueños pensaban y sentían. Un proyecto que aunaba valores morales, respeto a las instituciones y a nuestra Constitución, a la familia, sentido de España y mucho sentido común.
Ese discurso sin complejos ni ambigüedades, pétreo y sin fisuras ilusionó y convenció a muchos que no habían militado en política a dar un paso al frente e involucrarnos para consolidar este proyecto en toda España y en especial en ciudades y provincias como la de Málaga.
Con el lema de “Yo no defiendo las ideas de Vox, es Vox quién defiende las mías”, muchos militantes malagueños aportaron, desde su inexperiencia en política, tiempo, dinero, y lo mejor de ellos mismos, sin esperar nada, simplemente por razones morales y asentadas convicciones ante el desmoronamiento que sufre nuestro país en todos sus ámbitos.
Creían ciegamente en sus líderes y en el proyecto ilusionante de Vox. Pero llega el momento en que desde la dirección nacional en Madrid se instó a un cambio en los estatutos, que daba mucho más poder al Comité Ejecutivo Provincial.
Y ese fue un gran error. El poder otorgado a los miembros del Comité Ejecutivo Provincial de Málaga, dado desde la buena fe y la ingenuidad, fue un cheque en blanco a unos pocos para que pudieran tomar todo tipo de decisiones y tirar por el suelo el trabajo y honorabilidad de los que podían pensar, que en un futuro muy cercano, les podrían arrebatar el puesto vistas sus carencias y limitaciones, pasando a cesar, difamar y destruir el trabajo realizado durante años para colocar a afines en nuevos cargos ejecutivos y coordinadores.
El aterrizaje de advenedizos y recién llegados, auténticos oportunistas, y su inmediata colocación en puestos orgánicos de confianza, así como en las listas electorales, por obra y gracia del plenipotenciario y dictatorial presidente provincial José Enrique Lara Peláez, con la oposición enfrentada de una gran mayoría de afiliados y simpatizantes, que desde el primer momento han expresado su profundo malestar y absoluto desacuerdo con esta política caciquil de enchufismo y amiguismo ejercida por el actual CEP, han convertido al partido en la provincia de Málaga en un auténtico polvorín. La prueba son las cinco candidaturas que han concurrido a las primarias, señal inequívoca de una formación política dividida y rota.
La destitución y relevo de coordinadores de distintos municipios, la confección de listas electorales en base a intereses nada claros, las recientes dimisiones de cargos orgánicos provinciales, unido a las despóticas formas empleadas por el presidente provincial, han terminado por dinamitar las bases y la estabilidad del partido, dando pie, con sus purgas desmesuradas e injustas, unidas a su tiránica actitud, a la desunión, la desilusión y la desconfianza. La masiva llegada arribistas y aprovechados colocados dictatorialmente en las agrupaciones, así como en la capital, para hacerse con el poder, es un hecho palpable y contrastado.
Muchos consideraron que el engaño y la manipulación de la que hace gala el Comité Ejecutivo Provincial, así como el ataque a los coordinadores y afiliados disconformes, es un ataque a Vox. Por eso denunciaron los hechos a los líderes nacionales, siendo mayúscula su sorpresa al recibir la callada por respuesta. Recibieron al mismo tiempo la represión interna con insultos y amenazas, imponiendo cargos y coordinadores afines para controlar y acallar cualquier atisbo de crítica.
Se apartaron afiliados leales para dar cabida a arribistas llegados de partidos tan dispares como el PP, C’s o partidos neonazis.
En los candidatos elegidos para las listas, por el Comité Ejecutivo Provincial de Málaga, no primó ni el mérito, ni el currículum, ni la formación, ni la oratoria, ni la capacidad de liderazgo, siendo el mejor ejemplo el caso de la candidatura presentada en Málaga capital, encabezada, cómo no, por el propio presidente provincial José Enrique Lara Peláez, persona sin formación ni currículum alguno, pésimo comunicador y mediocre donde los haya. Lo importante es ser hijo de…, cuñado de…, esposo o esposa de…, amigo de…, contar con el favor de… y ser sumiso a los deseos y designios del actual Comité Ejecutivo, aunque eso lleve a la destrucción del partido.
Tras la enumeración de lo ocurrido, parece claro que el Vox presidido por Lara no es el partido que en su día ilusionó y revivió la esperanza de muchos malagueños de recuperar los valores pisoteados impunemente por los partidos políticos. Cientos de militantes se han ido. Muchos de los que quedan se sienten defraudados y engañados por unos líderes que los han utilizado en beneficio propio, con la excusa de la defensa de un beneficio colectivo.
Si en contra de todos los pronósticos gana Lara las primarias, Vox puede quedar reducido a un partido residual con una esperanza de vida muy corta y efímera. Responsabilidad que recaerá en su totalidad sobre los hombros de la cúpula nacional, siendo Santiago Abascal y el inmoral Enrique Cabanas sus máximos responsables.
Animamos a todos los militantes de bien, que en algún momento encontraron en Vox la defensa de sus principios, que voten y sean capaz de revertir el curso de unos acontecimientos que han llevado a Vox a convertirse en Málaga en la caricatura grotesca de José Enrique Lara.
El art. 6 de la Constitución dice que:
¿Alguien cree, en su sano juicio, que haya un sólo partido político en España que tenga un funcionamiento REALMENTE DEMOCRÁTICO…?
No nos engañemos: todos los partidos SON DICTADURAS INTERNAS, Y VOX NO IBA A SER UNA EXCEPCIÓN.
Así de claro.