¿Ciudadano A o Ciudadano B? Un dilema inexistente
AR.- Ciudadano A: La Academia que prepara a los que llegan más alto en su profesión fue su casa durante cinco años. Fueron años de esfuerzo, duro aprendizaje y extremada disciplina. Tuvo que convivir día y noche con sus compañeros. Recibió clases de navegación, de equitación, de vuelo, de topografía, de física, de geografía, de historia, de relaciones internacionales…
Ciudadano B: Acabó la EGB y poco más se sabe de su historial académico.
Ciudadano A: Fue enseñado a adquirir liderazgo para que, tras cinco años de carrera, tuviese capacidad de estar al mando de centenares de hombres y de administrar medios materiales valorados en millones de euros.
Ciudadano B: Su liderazgo alcanzó la cima estando al frente de su comunidad de vecinos.
Ciudadano A: Gestionó con brillantez una de las unidades más prestigiosas de su profesión y logró con eficacia la convivencia ejemplar de personas en muchos casos con un historial de conflictos.
Ciudadano B: Pusieron en sus manos la responsabilidad de dirigir a un colectivo de cerca de 3.000 personas. En menos de 18 meses perdió a más de la mitad de ellas, y la mitad que queda está enfrentada con la otra media.
Ciudadano A: Se le puede hablar en cuatro idiomas.
Ciudadano B: Se le puede hablar en esos cuatro idiomas, pero es seguro que solo te entenderá en uno de ellos.
Ciudadano A: Cuenta con cientos de condecoraciones y reconocimientos a su labor profesional a lo largo de sus más de 30 años de carrera.
Ciudadano B: Cuenta con varios expedientes abiertos en su contra por su actividad como administrador de fincas.
Ciudadano A: Ha defendido a España en el campo de batalla y en peligrosas misiones en el extranjero.
Ciudadano B: Su defensa de España más sonora fue al gritar el gol de Iniesta en la final del Mundial del 2010.
Ciudadano A: Escribe artículos para la prensa y devora libros de historia.
Ciudadano B: Rellena la quiniela y no parece muy curtido en la comprensión lectora.
Ciudadano A: Sabe hablar en público con soltura y capacidad expositiva.
Ciudadano B: Casi me entra la risa.
Ciudadano A: Le gusta trabajar en equipo y hacer piña con sus colaboradores más directos.
Ciudadano B: De lo uno, no hay constancia; de lo otro, la piña colada.
Ciudadano A: Trata con respeto a los periodistas.
Ciudadano B: Insulta a una periodista a la que no conocía y que pretendía entrevistarle.
Ciudadano A: Tiene sentido del humor y le gustan los chistes ingeniosos.
Ciudadano B: También. Quiso ser alcalde de Málaga.
Ciudadano A: Podría comprarle un coche de segunda mano con la certeza de hallarse en perfecto estado.
Ciudadano B: Podría comprarle un coche de segunda mano con la certeza de estar agigantando mi fe: tendría que rezar cada mañana para que arranque.
Postdata: Ciudadano A responde al nombre de Enrique de Vivero y Ciudadano B se llama José Enrique Lara. Ambos se disputarán en unos días la presidencia provincial de Vox en Málaga. Ustedes mismos.
Terrible cosa seria para VOX y resto de España que gane ciudadano B.
Por el bien de Málaga que siga gobernando el actual alcalde que lo está haciendo muy bien…dudo que nadie de vox lo pueda hacer mejor