Carta del hispanista colombiano Carlos Calderón: “Amar a España, como la ama Armando Robles, no es un delito”
Carlos Arturo Calderón Muñoz.- El 13 de agosto de 2018 publiqué en este medio un artículo llamado “Rescatando el Arcoíris”. Un panfleto lleno de errores ortográficos y gramaticales que demuestra que no podría escribir con un mínimo de respeto por el idioma ni porque me vida dependiera de ello. Dejando de lado la vergüenza que me produce el no poder meter una coma como la gente de bien, quiero usar ese texto como base para las letras presentes (Sigo escribiendo mal, pero no importa, igual nadie sabe leer).
En el artículo mencionado, ofendí a los católicos al decir que la homosexualidad es algo natural (y ni siquiera me pareció importante mencionar a su Dios); ofendí al cabildo LGBTI porque critiqué, con argumentos científicos e históricos, su propaganda enfermiza; ofendí a los judíos porque acusé a varias de sus más notables familias, como los Rothschild, de querer derribar la sociedad occidental y, finalmente, ofendí a los musulmanes porque dije que deberíamos volarle la cabeza a cualquier moro que intentara lastimar a los homosexuales.
Digo que “ofendí” a los mencionados, porque la sociedad se ha convertido en una entidad tan ridícula que expresar un punto de vista diferente o, peor aún, mostrar evidencias para probar una tesis, es considerado un crimen. Los fiscales del odio han hecho arrestar a mi amigo Armando Robles Valenzuela en dos ocasiones. Según ellos, la primera vez fue por su discurso de odio contra los musulmanes y la segunda por hacer lo mismo con los homosexuales.
Sin embargo, lo que Armando hace es cumplir con su labor periodística. Él informa de eventos que le interesan a su público y presta espacios digitales para que otras personas expresen ideas. Contrario a la imagen de fascista que le han montado, Armando permite que personas con las que no está de acuerdo publiquen contenidos en Alerta Digital, incluido yo. Quien les escribe no es católico, carece de aprecio por la figura de Francisco Franco, detesta al PP y le molesta que su sangre considere una expresión artística el torturar toros.
Nunca he sido censurado en Alerta Digital. Armando siempre se ha sentido orgulloso de tenerme entre sus amigos y me ha promovido entre sus conocidos, aún cuando es obvio que varios de ellos desconfían de un suramericano mestizo que confiesa su amor incondicional por España.
Al ver cómo acusan a mi buen amigo de islamofobia y homofobia, no puedo hacer más que recordar que en el mundo existen 70 naciones en las que ser homosexual es un crimen. Estas naciones se encuentran en su mayoría en Medio Oriente y África; es decir, la mayoría de estos países profesan el Islam y sus ciudadanos son de colores negro y café. En Irán, Arabia Saudita, Yemen, Sudán, Somalia, Nigeria, Afganistán, Brunei, Mauritania, Pakistán, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, es legal matar a una persona por ser marica. ¿Qué le causará más indignación a la fiscal del odio cuando lea este párrafo, el asesinato de homosexuales o que he escrito una palabra fea?
Sólo usando este par de datos, aunque hay muchos más, entramos en la tierra de nadie creada por la guerra de trincheras del victimismo. Armando está siendo perseguido por expresar opiniones que no les gustan a estos colectivos, pero quienes ahora le demandan son enemigos por naturaleza. El sistema jurídico está usando sus fuerzas para perseguir las declaraciones de un par de curas anacrónicos mientras ignora la bomba de tiempo que tiene en la cara. En cualquier momento, a un homosexual le va a parecer buena idea disfrazarse de Mahoma para romper una mezquita y los hijos de Alá desatarán la yihad.
¿Qué hará la fiscal Verdugo? ¿Acusará de islamofóbico al homosexual por sodomizar al profeta? ¿Le abrirá un caso por crimen de odio al moro que decapite al amanerado? ¿Qué pasa si alguno de los dos es negro, habrá racismo? ¿Qué pasa si los dos son negros pero el homosexual también es judío? En fin, la idea es esa.
Nuevamente, lo que tenemos aquí es un crimen de pensamiento en el que se pretende castigar a alguien por sus opiniones y sentimientos. Es bastante curioso que algunos homosexuales que defienden el derecho de amar libremente, pretendan castigar a un hombre por amar a España.
Creo fervientemente en la libertad de expresión, incluida la de los que creen cosas con las que no estoy de acuerdo. Prohibirle a alguien expresar su simpatía por el comunismo, la yihad o el terraplanismo me parece tan ridículo y criminal como encerrar a Pedro Varela por publicar el libro de Hitler. Las personas tienen el derecho a creer en lo que les de la gana, la ley no debe inmiscuirse en el corazón de los ciudadanos. Por favor, si alguien que me detesta lee esto, siéntase libre de expresar su odio en los comentarios, no habrá repercusiones legales. No creo que nadie deba ser juzgado por el sólo hecho de odiar, mucho menos por sentir amor. Amar a España no es un delito, Armando no es un delincuente.
Y hablando de libertad de expresión, es curioso cómo brillan por su ausencia expresiones de apoyo o cubrimiento de los hechos por parte de medios de comunicación y organizaciones afines. Yo sé, Armando es un fosforito apasionado que estalla con facilidad, eso juega en su contra. Pero puedo asegurar que sin importar las diferencias que tenga con alguien, siempre está presto a exponer la verdad. Sin ir más lejos, en las esferas patriotas se sabe de la enemistad jurada que se tienen entre Democracia Nacional y Alerta Digital. A pesar de estas diferencias, he podido escribir varios artículos en favor de Pedro Chaparro y los encausados por el caso Blanquerna. El más reciente lo publiqué hace menos de un mes.
Ninguna de mis colaboraciones con respecto a este tema ha sido censurada y Armando nunca me ha recriminado por apoyar a personas que no le quieren. Puedo decir lo mismo acerca de mis publicaciones relacionadas con don Pedro Varela, a quien considero todo un arquetipo de hidalguía y admiro profundamente. A pesar de que Armando no comparte mi opinión y también ha tenido desafortunadas diferencias con don Pedro y sus amigos, nunca he sido objeto de censura. Estoy seguro que si mañana se comete una injusticia contra Alba Lobera, Patricio Carrasco, Enrique de Diego o Cesar Vidal, podré escribir al respecto y contaré con todo el apoyo de Armando, sin importar las diferencias ideológicas o personales.
En las luchas políticas se suele deshumanizar al adversario. Siempre procuro decir que todos los partidos cuentan con votantes de buen corazón que creen que están haciendo lo correcto; en esta ocasión no debo hablar de seres anónimos. Un concejal de Izquierda Unida, Miguel Rodero, no ha tenido problema en condenar la persecución judicial contra Armando y hablar en su favor. Como es de esperarse, las diferencias entre Armando y el señor Rodero son gigantes, pero eso no le ha impedido al político solidarizarse con el periodista. Eso no es algo propio de izquierdas o derechas, es simplemente humano. Tengo la esperanza de que estos valores se encuentran a lo largo de todo el espectro político.
Estoy seguro de que Armando continuará la lucha con el tesón que le caracteriza. Renegará de su suerte, hará publicaciones sensacionalistas y su personalidad explosiva le hará decir más de lo que es prudente, pero, por ningún motivo, se rendirá. Seguirá amando a España por más que diga que ya no se siente orgulloso de ella, su corazón le hará morir por la madre patria aún si sus palabras parecen llenas de desesperanza. Sin importar las diferencias de nuestras formas, gustos y estilos, Armando es mi amigo y sé que la esencia de su ser no concibe traicionar a la tierra de nuestros ancestros.
*Hispanista, escritor y periodista colombiano.
Y ha hecho las dos cosas. Pero no ha abdicado sin más, huyendo del cargo, si no en favor de su heredero y de la monarquía.
Y luego ha abandonado España, pero no siendo rey. Y en favor de no perjudicar los intereses del rey actual. Eso cambia un poco las cosas.
Lo que es un delito , y grave, en esta España perroflautica es ser honrado, decente, trabajador…el señor Robles no entra en esa categoria..hay que silenciarlo, porque espolea nuestro espiritu critico, hace que nos cuestionemos cosas.Y eso no se puede tolerar.
Aclaracion: cuando digo que el Señor Robles no entra en esa categoria me referia a esa mala gente que quieren corromper nuestro pais…me he expresado mal, mi vehemencia me suele jugar estas malas pasadas.PIDO DISCULPAS A LOS LECTORES
«Amar a España, como la ama Armando Robles, no es un delito»La elementa Verdugo, “fiscal del odio” (sic), no se da por enterada.