James V. Forrestal y el prisionero de Spandau (y II)
José A. Benítez Salas.- EL DILEMA. En la primavera de 1941 Hitler se enfrentaba a un dilema: lanzar la Operación Sea Lion e invadir Inglaterra o salir de Occidente en paz y lanzar Operación Barbarroja contra la Unión Soviética.
Ambas eran operaciones importantes que Alemania no podía sostener inmediata y simultáneamente por lo que Hitler debía tomar una decisión.
También sabía que la invasión de Inglaterra habría paralizado mortalmente la influencia de la familia Rothschild en el planeta y allanado el camino para que Wall Street gobernara el mundo a voluntad.
Y aquí fue precisamente cuando Rudolf Hess se lanza en paracaídas sobre Inglaterra el 10 de mayo de 1941. Ahora parece claro que Hitler no quería tomar esta importantísima decisión él solo y tampoco quería que el resto del mundo conociera su dilema.
LA PROPUESTA
Según artículo publicado en mayo de 1943 por la revista American Mercury lo que el Führer propuso a Inglaterra a través de Rudolf Hess fue: el cese total de la guerra en Occidente. Alemania evacuaría toda Francia excepto Alsacia y Lorena, que seguirían siendo alemanas. Evacuaría Holanda y Bélgica, Noruega y Dinamarca reteniendo Luxemburgo.
En resumen, Hitler ofreció retirarse de Europa occidental, excepto las dos provincias francesas y Luxemburgo (Luxemburgo nunca fue un Provincia francesa sino un estado independiente de origen étnicamente alemán) a cambio Gran Bretaña asumiría una actitud de neutralidad benevolente hacia Alemania a medida que desarrollaba sus planes en Europa del Este. Alemania también se retiraría de Yugoslavia y Grecia.
Las tropas alemanas serían evacuadas del Mediterráneo en general y Hitler usaría su buenos oficios para organizar una solución del conflicto mediterráneo entre Gran Bretaña e Italia. Ningún país beligerante tendría derecho a exigir reparaciones de cualquier otro país, especificó.
Básicamente, Hitler quería ser socio en un Nuevo Orden Mundial liderado por los británicos al cuidar del Este Europa. Incluso habló en el Reichstag sobre la opción de paz con Inglaterra. El artículo del American Mercury concluyó que estos términos ofrecidos por Hitler y que se implementarían en el acto fueron inmediatamente rechazados por Churchill ya que nada de esto sucedió, pero en realidad, eran términos a aplicar después de la guerra, después de la destrucción de la comunista URSS por Alemania. Pero el Ejército Rojo tenía otros planes.
Sin embargo, días después del salto de Rudolph Hess sobre Escocia, el gobierno de los Estados unidos adopta las siguiente decisiones:
14 de junio de 1941. – 34 días después de Hess: Todos los activos alemanes e italianos en los Estados Unidos quedan congelados.
16 de junio de 1941. – 36 días después de Hess: se ordena el cierre de todos los consulados alemanes e italianos en los Estados Unidos y su personal debería abandonar el país antes del 10 de julio.
¿Qué ocurrió entre 10 de mayo de 1941 y el 14 de junio de 1941 para que los Estados Unidos cambiasen tan radicalmente de criterio?
El 21 de mayo de 1941 (11 días después de Hess) un submarino alemán hunde el mercante estadounidenses SS Robin Moor. Lo último que haría Alemania sería empezar a hundir barcos mercantes de sus principales financiadores. Detalles extraños rodean este primer hundimiento de un barco estadounidense en Segunda Guerra Mundial: el barco mercante navegaba sin escolta de la Armada, el comandante del submarino alemán tenía la lista detallada de la carga a bordo del Robin Moor, hizo evacuar la nave antes de torpedearla y a muchos testigos y pasajeros se les prohibió hablar sobre el incidente.
El evento sorprendió a todo el país y el presidente Roosevelt anunció una “emergencia nacional ilimitada”.
El 22 de junio de 1941 Alemania lanza la Operación Barbarroja contra la Unión Soviética.
El 26 de junio de 1941, en respuesta a la ocupación japonesa de la Indochina francesa, el presidente Roosevelt ordena la incautación de todos los activos japoneses en los Estados Unidos.
El 1 de agosto de 1941 Estados Unidos anuncia un embargo de petróleo contra Japón por la ocupación de Saigón.
El 14 de agosto de 1941, en una reunión secreta a bordo del crucero USS Augusta, Churchill le pidió a Roosevelt que se uniera a la guerra. El presidente estadounidense se negó categóricamente a discutir este tema y solo firmaron una declaración de intenciones conocida como Carta del Atlántico.
Y así sucesivamente, Estados Unidos primero se enfadó con Alemania, luego presentó una moción de sanciones que afectaron a Japón hasta que bombardeó Pearl Harbor siete meses después.
El 11 de septiembre de 1941, cuatro días después del ataque japonés a Pearl Harbour, Hitler declaró la guerra a Estados Unidos. El momento escogido para la declaración de guerra parecía que lo hubiera elegido su peor enemigo.
Seis días antes la ofensiva sobre Moscú se había detenido y los soviéticos habían pasado al contraataque.
Aunque los Estados Unidos entraron en la Segunda Guerra Mundial en diciembre de 1941 solo lucharon contra Japón durante 10 meses permitiendo mientras tanto que los nazis infligieran el mayor daño posible a la URSS antes de que ambos países se enfrentaran en el norte de África en noviembre 1942.
Curiosamente esto fue solo unas semanas después de que el Ejército Rojo destruyera el Sexto Ejército en Stalingrado, que fue el comienzo del fin del Tercer Reich.
Entonces, qué fue lo que provocó el cambio radical de política de los Estados Unidos: ¿el salto de R. Hess en Inglaterra o el hundimiento de un barco mercante evacuado?
¿Por qué esa urgencia tan repentina de unirse a la guerra en la primavera de 1941 ahora que Alemania había dejado solo a Occidente y se había vuelto contra la Unión Soviética?.
Aquí es donde se entiende la misión de R. Hess.
Inglaterra y Estados Unidos tenían razones totalmente diferentes para la financiación de los diabólicos planes de Adolf Hitler.
Inglaterra quería que Alemania aplastara a todas las demás potencias coloniales para consolidarse como imperio, destruir la peligrosa y comunista Unión Soviética y deportar a todos los judíos europeos a Palestina creando el estado de Israel dando cumplimiento finalmente a la Resolución Balfour de 1917.
Los objetivos de la Banca estadounidenses no eran los mismos que los del Banco de Inglaterra. De hecho pasaban por aplastar el Imperio Colonial Británico y convertirse en líderes hegemónicos del Nuevo Orden Mundial. Dicho de otra manera, Wall Street trató de reemplazar a los Rothschild.
Al invadir Inglaterra y especialmente la ciudad de Londres, una pequeña parte de la capital que funciona como un estado independiente, Hitler habría destruido el imperio Rothschild. La ciudad de Londres era el centro de poder financiero del mundo y la milla cuadrada más rica del planeta que alberga el Banco de Inglaterra, el Lloyd’s de Londres, la bolsa de valores y cualquier otro banco británico.
Todo apunta a que los banqueros, financieros e industriales estadounidenses habían armado a Hitler hasta los dientes para dar un golpe mortal directamente en el corazón del sistema financiero del Imperio Británico con la invasión alemana de Inglaterra.
El plan estadounidense funcionó y el resultado se confirmaría en 1944 con los Acuerdos de Bretton-Woods, cuando el mundo decidió que el dólar estadounidense reemplazaría a la libra inglesa como reserva internacional y moneda de comercio.
Rothschild no había sido eliminado por completo, como se planeó inicialmente, pero los Estados Unidos se hicieron cargo del Nuevo Orden Mundial.
Después de siglo y medio el imperio inglés que se extendía por más de 17,000,000 millas cuadradas o un tercio del planeta, se redujo repentinamente a un estado vasallo estadounidense en 1944.
Recuerden cómo Roosevelt y Stalin fueron cómplices en la división del mundo en la Conferencia de Yalta mientras Churchill quedaba mirando desde el banquillo.
El análisis lógico y la evidencia circunstancial hacen que esta teoría sea la más probable sobre la misión que Hess tenía encomendada.
UNA MISIÓN MUY CLARA
R. Hess se lanzó en paracaídas para decirle a Inglaterra lo que los banqueros estadounidenses esperaban de Alemania, pero también que Hitler estaba dispuesto a traicionar a los financieros americanos con ciertas condiciones. El Führer estaba apostando por el Imperio Británico a largo plazo y creía que Alemania debería compartir una parte del Imperio.
Churchill estuvo de acuerdo con Hess puesto que Alemania atacó a la Unión Soviética el mes siguiente. Si la propuesta hubiese sido rechazada la única opción para Alemania era Invadir Inglaterra para cumplir su contrato con los financieros estadounidenses y con las mismas esperanzas de compartir su versión sobre la hegemonía.
Alemania e Inglaterra continuaron luchando los meses siguientes. Y otra vez, Las cosas solo se pusieron serias entre ellos en 1943, después de Stalingrado, el punto de inflexión militar de la Segunda Guerra Mundial.
La paz entre Alemania e Inglaterra se habría discutido en un tercer país, a través de una reunión oficial entre los dos gobiernos. Sin embargo, esta realidad también explica el hecho de que Alemania quisiese mantener la misión en total secreto.
R. Hess esperaba aterrizar en la casa Dungavel, propiedad del Duque de Hamilton, quien tenía una pista privada, voló muy cerca de esa propiedad buscando la supuesta pista pero las luces estaban apagadas y pasó de largo en dirección a la costa occidental de Escocia aterrizando de emergencia a 10 km. de su objetivo.
Al hacerse pública su captura Estados Unidos rápidamente comprendió que la Alemania Nazi ya no trabajaban para ellos y si esperaban liderar el Nuevo Orden Mundial algún día, tendrían que entrar en guerra y ganárselo rápidamente ellos mismos.
Cuando Hitler se dió cuenta de que todos se habían enterado de la misión montó en cólera y fue el primero en declarar que su viejo amigo se había vuelto loco y había escapado de Alemania.
Mientras, en los Diarios de Forrestal, encontramos la observación fatal hecha por el Primer Ministro inglés Chamberlain: “América y el Judaísmo Internacional habían forzado a Inglaterra a entrar en la guerra”.
Secreto de Estado de suma importancia confiado por Chamberlain a Joseph F. Kennedy ex-embajador norteamericano en Inglaterra quien a su vez lo traslada personalmente a Forrestal, como bien señala Rodrigo de Castilla en su artículo.
Sus averiguaciones y la manifestación pública que “judíos estaban poniendo en peligro la seguridad de los EE.UU.” fueron suficientes para que se lanzara contra él una tremenda campaña de difamación que repetía insistentemente: “El exsecretario de Defensa Norteamericano debe ser encerrado porque está viendo comunistas bajo la cama y está insano”, en consecuencia y por indicación del psiquiatra Dr. W. Menninger fue encerrado en el Hospital Naval de Bethesda hasta su extraña muerte.
Truman se aproximó más a la verdad al declarar que Forrestal fue “una víctima de la guerra fría”.
En vano Forrestal, que sabía perfectamente quiénes manejaban los tentáculos de la guerra, tampoco pudo conseguir la capitulación japonesa sin llegar al extremo horrendo e innecesario de utilizar la bomba atómica.
Su resistencia, su rectitud, su honestidad contra la conspiración Internacional, le costó el puesto y la vida.
Entre tanto, le llevó años a la Sra. Hess volver a ver a su marido cuando le permitieron visitarlo por primera vez en Spandau durante 30 minutos.
Al preguntarle si su esposo estaba loco, en una entrevista filmada, respondió: “Leyendo las cartas que me escribió a lo largo de todos estos años puedo decirle que si Rudolf estaba loco, yo también lo estaba”.
Cuando Rudolf Hess dijo que había venido a Inglaterra para salvar a la humanidad, ¿podría estar hablando del Imperio Británico y Alemania como el menor de los males en el mundo, comparado con el Gran Hermano totalitario estadounidense que ahora tenemos?
Piensen.
1). Hitler no tuvo ningún dilema entre atacar a Inglaterra o a la Unión Soviética. Hitler ya sabía desde agosto-septiembre de 1940 que la URSS se estaba preparando para atacar a Alemania, desde esa fecha empezó a traspasar tropas desde el frente del oeste hacia el este y además tuvo que crear muchas nuevas unidades, por lo que la invasión a Inglaterra en caso que se hubiese dado hubiera sido mucho más adelante. La prueba de que la Unión Soviética estaba a punto de invadir Alemania y que esta se le adelantó en unos pocos días la tenemos en la… Leer más »