Crece la indignación hacia Abascal entre la militancia de Vox Salamanca por la falta de transparencia del partido
Nadie se explica qué está ocurriendo en Vox Salamanca, un partido con claras perspectivas de crecimiento y de entrar en las instituciones, y cuya dirección provincial se niega a dar la cara. No atiende a los afiliados, da largas a las peticiones de afiliación de diferentes puntos de la provincia, nadie conoce el proyecto ni las actividades, no celebra reuniones, ni por supuesto explica las cuentas por el dinero que recibe de los afiliados que pagan una doble cuota —una nacional y otra provincial— y de los préstamos que ha pedido.
Ante las irregularidades y las insistentes quejas denunciadas por los militantes y que no han sido atendidas por parte de la dirección del partido de Santiago Abascal, un grupo de más de 70 afiliados y simpatizantes ha enviado un burofax a los órganos de dirección poniendo de manifiesto la grave situación y los continuos incumplimientos de los estatutos de la organización que preside Rafael Revert, quien tuvo incluso la osadía de hacer un desplante a la mano derecha de Santiago Abascal. El secretario general de la formación, Javier Ortega Smith, visitó Salamanca el pasado 30 de enero y el líder local no acudió al acto. La disculpa fue una indisposición de última hora, pero lo cierto es que él se jactó de que le estaba echando un pulso a la dirección nacional del partido. De hecho desconvocó el mitin y fue Madrid quien tuvo que rectificar y llamar directamente a los afiliados.
Después del acto de Salamanca, los militantes confiaban en que los miembros del Comité Ejecutivo Nacional tomarían medidas. Se disolvió el comité ejecutivo provincial, formado en ese momento por personas que ni siquiera habían dado su consentimiento para estar en el máximo órgano de dirección, ni habían rellenado los requisitos de idoneidad que marcan los estatutos del partido. Sin embargo, para sorpresa de todos, la gestora nombrada está integrada prácticamente por los mismos que estaban en la dirección disuelta, excepto los críticos. La cabeza sigue siendo el anterior coordinador, Rafael Revert. Nadie sabe quién y cómo lo han nombrado, porque ni se han convocado asamblea ni ha habido elección.
Además de Abascal y Ortega Smith, también conoce la situación el vicesecretario de Relaciones Internacionales, Iván Espinosa de los Monteros, a través de una de las afiliadas, que en los próximos días dejará el partido, como otros muchos compañeros, ante la inacción de la dirección nacional.
Crece la indignación hacia Abascal entre la militancia de Vox Salamanca por la falta de transparencia del partido
Un personaje inquietante y oscuro
Rafael Revert es en Salamanca un personaje inquietante y oscuro. Huye de los medios de comunicación, también de los afiliados del partido que dirige —no se sabe si por nombramiento propio o divino, porque nadie ha votado nada ni se ha convocado ningún órgano previsto en los estatutos para hacerlo—. También se desconoce a qué se dedica. El único apunte que aparece en la página oficial del Vox, junto a su nombre y cargo: presidente provincial, es un breve “currículum” que reza: “Licenciado en la universidad de la Vida, gestor de Familia y valores”. Su nombre apareció en el Boletín Oficial de la Provincia de Zamora de 2007 por una multa relacionada con el consumo o tenencia ilícita de drogas o sustancias psicotrópicas.
Por su extraña conducta y comportamiento nadie diría que es el líder local de un partido en auge, con claras perspectivas de entrar en las instituciones y necesitado de darse a conocer. Y por lo que se sabe de su trayectoria vital muchos dudan de que pueda representar a un partido que llega también enarbolando la bandera de la regeneración política y la transparencia. Un caso inaudito, no por el personaje, sino por el hecho de que la dirección mire para otro lado y no investigue a quién tiene como cabeza visible en Salamanca.
(La Gaceta de Salamanca)