El Gobierno de extrema-izquierda de Pedro Sánchez ha destituido al coronel jefe de la Unidad Central Operativa Manuel Sánchez Corbí después de que éste firmase el pasado 25 de julio un correo electrónico con una orden interna comunicando a los diferentes departamentos de la UCO y a sus superiores que quedaba “temporalmente suspendida cualquier actividad de la UCO que requiriese realizar gastos de la partida ‘Fondos de Gastos Reservados’”.

La difusión de este correo, que revelaba la indigencia económica en la que el Gobierno de Pedro Sánchez mantiene a la UCO, provocó un fuerte malestar en el Ministerio del Interior, que tuvo que dar explicaciones sobre el control de los fondos. De hecho, la Secretaría de Estado informó que lo ocurrido se debía a que se estaba “evaluando y analizando” la forma en que estas partidas presupuestarias (que se designan a las unidades de investigación, tanto de la Policía Nacional como de Guardia Civil), “eran utilizadas”.

Esta filtración ha sido, aparentemente, el motivo que ha llevado al director general de la Guardia Civil, Félix Azón, y a la secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella, a cesar a Sánchez Corbí de su puesto. Pero según adelanta La Tribuna del País Vasco, tras la decisión de cesar al máximo responsable de la UCO se encuentra el Partido Nacionalista Vasco (PNV), que llevaba varios meses aempeñado en conseguir la expulsión de éste de su cargo.

Todo comenzó a mediados del pasado mes de febrero, cuando el entonces coronel jefe de la UCO hacía unas declaraciones a “La Vanguardia” en la que incluía entre “los malos” que rodeaban a la banda terrorista ETA a “etarras, batasunos, peneuvistas y la Iglesia vasca”. Inmediatamente, el portavoz del PNV en el Congreso, el independentista vasco Aitor Esteban, anunciaba que iba a hace todo lo posible para que el Gobierno “desautorizara y reprobara” al alto cargo policial.

Dicho y hecho. Las exigencias del PNV han sido un ordeno y mando para el Ejecutivo socialista, que se mantiene en el poder gracias al apoyo incierto que le prestan los independentistas vascos y catalanes, así como la extrema izquierda de Podemos y sus marcas regionales.

Efectivamente, Manuel Sánchez Corbí ya es historia. Pero historia con mayúscula porque al frente de la UCO al golpeado con contundencia la corrupción política, ha liderado acciones claves como la ‘operación Púnica’ y se ha responsabilziado de la “macrocausa” de los EREss fraudulentos tramitados por la Junta de Andalucía en manos del PSOE. Otras investigaciones importantes llevadas a cabo por la UCO de Sánchez Corbí son la ‘operación Cirene’ que investiga el fraude masivo en los cursos de formación para parados y trabajadores financiados con dinero público y la ‘operación Enredadera’, en la que se investiga el supuesto cobro de comisiones a cambio de la adjudicación de contratos públicos. Además, la UCO, a lo largo de su historia, se ha responsabilizado de la investigación que acabó con la liberación de la farmacéutica de Olot, la investigación del crimen de las niñas de Alcásser, la detención del atracador de bancos ‘El solitario’, la recuperación del Códice del Apocalipsis del Beato de Liébana, la resolución del crimen del alcalde de Fago o la desarticulación del clan Polverino de la Camorra.

Este mismo año, además, la UCO investigaba una trama de contratos irregulares que implicaba a concejales de Izquierda Unida y Podemos en el Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid (Madrid), así como el fraude de UGT en Asturias, o la “operación Lezo”, donde estaba siendo investigado el ex-presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Gónzalez.

Manuel Sánchez Corbí es hijo y nieto de guardias civiles, pasó toda su infancia en Vascongadas, tiene una elevada formación y un extenso “currículo vitae” que revela cómo ha dedicado prácticamente toda su vida profesional a la lucha antiterrorista. Es el máximo responsable de la obra magna “Historia de un desafío: cinco décadas de la lucha sin cuartel de la Guardia Civil contra ETA”. (Ediciones Península).