Sindicalismo democrático versus sindicalismo vertical
Gil de la Pisa Antolín.- Amigos lectores: Los Universitarios del siglo XXI tienen una serie de ventajas sobre quienes tenemos noventa años (y nos educamos en tiempos oscurantistas) pues han vivido en la impagable atmósfera de la “Libertad Democrática”, se han formado bajo el magisterio de unos brillantes profesores democráticos nacidos en la pura atmósfera de las maravillas que entraña ese nuevo Régimen y son gente muy bien informada y leída…con lo cual los nuevos titulados tienen todo a su favor. Pero sobre todo no han vivido en la negra noche de la tiránica dictadura fascista de un general que firmaba sentencias de muerte mientras tomaba chocolate con picatostes. ¡Felices ellos que no han conocido el terror franquista y el mal vivir de los pobres obreros, ni de los luchadores por la Libertad y, sobre todo de sus líderes!
Como, ahora, el Frente Popular quiere hacernos vivir las delicias del marxismo estalinista, ganar la guerra perdida hace setenta y nueve años, no me queda otro remedio que hablar de lo que los españoles no queremos ni recordar…(a Franco y su “reinado”) pero haré un esfuerzo y aunque no pueda hablar de oídas ni de “leídas” ( como ellos), intentaré recordar lo vivido que, al lado de lo escrito o visto en televisión, tiene muy poco peso…Pido perdón, pero no es culpa mía haber nacido bajo la Dictadura del general Miguel Primo de Rivera…
Y como para muestra basta un botón…un amigo me ha enviado ese MENÚ que liquidaron ocho “agotados por el trabajo” como cansados “liberados” y hambrientos sindicalistas, pilares de esa maravilla que son los “sindicatos de clase”, tan diferentes del “sindicato vertical” impuesto a los obreros por la Tiranía franquista.
Gastarse “49 mil 292” euritos en una comida de “ocho apóstoles defensores” de los obreros, habla por sí mismo de lo maravillosa que es la democracia. Piensen que se han zampado 8 199 834.85 (ocho millones ciento noventa y nueve mil ochocientas treinta y cuatro pesetas) entre ocho sindicalistas de “clase” (o sea, “¡pobres proletarios!”), habla maravillas de las excelencias de la Democracia y deja a los sindicalistas “verticales” a la altura de betún pues jamás hubieran podido tragarse 1 024 979.35 eurazos (un millón veinticuatro mil novecientas setenta y nueve pesetas) por barba en una comida de “trabajo”.
Los desgraciados “líderes sindicalistas VERTICALES”, no conocían el término “liberado” (de no pegar golpe y vivir en hoteles como el Villamagna, ni frecuentar restaurantes seis tenedores… las pobres víctimas de la opresión fascista tenían, ¡como mucho!, disponían de unas horitas a la semana para cumplir como tales, pero luego no podían dejar el “tajo”… Además, tenían la mala costumbre de defender de veras a sus compañeros con la Ley en la mano y no con huelgas ni piquetes “informativos” (que disfrutan los sindicatos de clase con los que hacen más daño a los trabajadores que a la propias empresas en cuya ruina están empeñados y no como los VERTICALES, que daban por sabido que es mejor hacer prosperar las industrias que producir parados a chorro.
Claro que “esto” lo decimos los analfabetos (aunque tengamos el doctorado con una media en las asignaturas de la carrera de 9.85 y hayamos sido números uno de la Promoción) pues comparado con el crédito de los “leídos” no hay color. De todos modos ahí va ello, ¡por si cuela! y, a lo mejor, algún tonto nos cree y se entera de que “como la Democracia no hay ‘ná’…”.
Por el precio de los banquetes de los nuevos sindicalistas las delicatessen debían tener oro en polvo no?
Ay si José Antonio Girón de Velasco levantara la cabeza…
Excelente artículo de un hombre muy lúcido, a sus 90 años, y que nos da ejemplo a todos…
¡Va por usted, don Gil de la Pisa Antolín!