El alcohol, en ocasiones y en grandes cantidades, nos puede hacer perder el norte y la dirección correcta. Esto fue lo que le pasó a Pavel, un turista estonio, que buscaba el camino de vuelta a su hotel y terminó ascendiendo una montaña de 2.400 metros en el Valle d’Aosta en los Alpes.

Tal y como publica ‘La Stampa’, Pavel terminó en el restaurante de una estación de esquí en Los Alpes tras una gran fiesta. Eran, según informa el medio, entre las dos y las tres de la madrugada y el turista confundió el restaurante Igloo con el hotel donde se alojaba. Tras probar varias veces sin éxito a meter la llave en la cerradura, Pavel optó por forzar la puerta y echarse a dormir sobre un banco una vez robadas dos botellas de agua para calmar su sed.

Mientras tanto, en su verdadero hotel, al ver que el turista no aparecía dieron la voz de alarma y se activó un operativo de búsqueda. Finalmente, dos trabajadores del restaurante lo encontraron sobre las 08.30 cuando se disponían a abrir el restaurante.

Sin la ropa y el calzado adecuado

Cuando el hombre fue encontrado, no llevaba ni la ropa ni el calzado adecuado para hacer frente a un ascenso en unas condiciones meteorológicas extremas. Por ello, los efectivos del operativo de búsqueda en ningún momento se plantearon que Pavel hubiera ascendido más de 2.000 metros de altura por la ladera de una montaña sin protección. Ahora, podría ser sancionado por los costes de las labores de búsqueda.