La UE fracasa en Kosovo
Miguel Gómez.- El criminal de guerra albanokosovar Ramush Haradinaj, acusado de pertenecer al grupo mafioso Drenica y de asesinar a serbios y albaneses que consideraba “traidores”, ganó las elecciones del junio pasado en el protectorado de Kosovo (con el 34,6% de los sufragios), una región serbia que goza de una independencia de facto reconocida por la Unión Europea y Estados Unidos, pero que no contempla la ONU.
En segunda posición quedó el ultranacionalista Vetevendosje (Autodeterminación), con un 29,9 por ciento, y en tercera se situó la coalición de partidos de la Liga Democrática de Kosovo (LDK), con un 27,2 por ciento. Una coalición que gobernaba hasta la fecha y que es la que apoyan oficialmente las autoridades occidentales por su “moderación”.
Las elecciones celebradas, que eran anticipadas, venían precedidas de un clima de violencia y corrupción generalizado, que había sumido a la región en el caos total. Eran numerosas las veces que la sesiones plenarias parlamentarias habían sido suspendidas por lanzamientos de botes de humo, a causa de los acuerdos que el gobierno había suscrito, por mediación de la Unión Europea, con Serbia y Montenegro. Unos acuerdos que perseguían la pacificación del territorio, fijando los límites territoriales regionales y la autonomía de los enclaves de población eslava, donde gana la coalición Lista Srpska, que con independencia de los resultados obtenidos cuenta con 10 diputados en el Parlamento de Kosovo.
Los resultados electorales han demostrado que la población albanokosovar, pese a la condescendencia occidental, ha dado la espalda a los deseos comunitarios. Los albanokosovares no están dispuestos a dar autonomía a los municipios de mayoría serbia y tampoco quieren fijar límites territoriales que terminen con el sueño dorado de la Gran Albania. Un ideal que comparte el partido ganador y el primero de la oposición.
Si a todo esto sumamos que Kosovo es el territorio europeo que más yihadistas aporta al Estado Islámico, podemos catalogar la situación política de Kosovo de desastre total. Una realidad que pone en serio peligro a la religión cristiana en la región y a las minorías étnicas del lugar, sin que la Unión Europea o el Gobierno de Serbia estén en situación óptima para garantizar su vida e integridad.
Pese a ello, la ONG Solidaridad Kosovo España (www.solidaridadkosovo.org) realizará su V misión humanitaria en los próximos días, con el objeto de socorrer a esta población cuya situación es cada vez más paupérrima. Una pequeña gota en el océano, pero sin lugar a dudas imprescindible.