¿Cuándo empezó la Transición? ¿Por qué ha fracasado?
Resulta nauseabundo leer y oír a tantos políticos y periodistas de medio pelo vanagloriarse de la democracia que empezó, según ellos, con las elecciones de hace cuarenta años. Queda claro, al menos, que para ellos democracia equivale a los fenómenos que hemos venido sufriendo de forma creciente desde entonces: corrupción masiva; desempleo masivo (incluso en las etapas de mayor prosperidad); auge y creciente ímpetu de los separatismos, mientras el estado español se ha hecho residual en varias regiones; rescate de la ETA premiando sus crímenes con legalidad, presencia institucional, proyección exterior, dinero público, liberación de presos, etc., en metódica liquidación del estado de derecho; entrega fraudulenta de la soberanía nacional a entidades exteriores (Bruselas y la OTAN); conversión del ejército en una fuerza cipaya al servicio de intereses ajenos, bajo mando ajeno y en lengua ajena; conversión de la infame y piratesca colonia de Gibraltar en un emporio de negocios opacos para la potencia invasora; legislación totalitaria como en la ley de memoria histórica o las leyes de género; multiculturalismo, poniendo en el mismo plano con la cultura española forjada en siglos de esfuerzos, con culturas no ya ajenas sino históricamente enemigas de España, como la islámica; inmigración irresponsable; colonización cultural acelerada que está desplazando nuestro propio idioma en beneficio del inglés; degradación de la justicia; anulación de hecho de la Constitución en sus artículos más favorables a España…
Por no mencionar aspectos de alcance social más profundo, como la corrosión sistemática de la familia con la destrucción masiva de vidas humanas en el seno materno, un crimen que intenta disfrazarse con palabrería de “derechos”; o con las tasas altísimas de fracaso familiar y conyugal y las correspondiente repercusiones sobre los hijos; o con una violencia doméstica creciente entre parejas y entre padres e hijos; o con un alto índice de fracaso escolar, de violencia en las aulas, expansión de la droga y el alcoholismo entre jóvenes; o con auge de la prostitución y de todo el enorme negocio ligado a ella; o con el aumento de la delincuencia y de la población penal… En fin, todos los índices de salud social no han cesado de empeorar en esas cuatro décadas de lo que ufanamente llaman democracia los mismos que la parasitan y degradan. Todos estos datos y otros que pudieran aducirse revelan la realidad de una democracia fallida después de tantos años de demagogias, ilegalidades, corrupción y abusos que ya amenazan la misma existencia de la nación, como ocurrió en 1936.
Y sin embargo no tenía por qué haber sido así. Debemos recordar que la Transición no empezó con las elecciones del 77, como se pretende, sino meses antes, con el referéndum de diciembre de 1976. He insistido en ello en La Transición de cristal y en Los mitos del franquismo, y casi todo el mundo quiere olvidarlo, por lo que lo resumiré aquí. El referéndum decidió entre dos posiciones básicas y fundamentales, llamadas entonces reforma y ruptura. Toda la oposición antifranquista abogaba por la ruptura, que en síntesis suponía la condena del franquismo para saltar por encima de él y enlazar con la supuesta legitimidad de la república y el Frente Popular,. es decir, con un régimen caótico y otro sencillamente fraudulento y criminal. La reforma se presentaba como un cambio en profundidad, a una democracia al estilo de las de Europa occidental, pero de la ley a la ley, es decir, asentado en la legitimidad del franquismo. Esto es muy importante, porque las democracias eurooccidentales no deben su democratización a sí mismas sino a la intervención bélica del ejército useño, mientras que la española respondía a una evolución pacífica interna de la propia sociedad española. En ese sentido, muy positivo, España sí era diferente, como rezaba un lema turístico. El franquismo había posibilitado la democracia al legar una sociedad próspera, moderada y muy mayoritariamente olvidada de los funestos odios que destrozaron la república. Por eso, sin respeto a Franco no puede haber democracia real, por paradójico que suene a los desinformados, mientras que el antifranquismo se ha convertido en un cáncer de la política, reduciéndola a una farsa.
Recuérdese que en 1976 la propuesta del gobierno y de la monarquía, ambos salidos directamente del franquismo, ganó por aplastante mayoría sobre cualesquiera tentaciones rupturistas. Tentaciones de unos políticos y partidos afortunadamente muy débiles por entonces e incapaces de aprender las lecciones más elementales de la historia. El mensaje de los españoles a los políticos fue: democratización en orden y a partir del régimen anterior, no de una legitimación frentepopulista en la que solo creían los irreconciliables, afortunadamente pocos por entonces.
La reforma fue diseñada y organizada en lo esencial por Torcuato Fernández Miranda, valiéndose de Suárez, en unas maniobras a veces cómicas. Torcuato, ex alférez provisional, era hombre culto, buen conocedor de la historia y del pensamiento político, mientras que Suárez, aparte de una incultura muy manifiesta, entendía más bien de maniobrerismos y relaciones públicas. La combinación de ambos podía haber funcionado, y Torcuato creyó que Suárez le admiraba, reconocía su superioridad intelectual y seguiría sus consejos. Pero resultó un error. El éxito del referéndum, cuyo mensaje y alcance histórica no estaba Suárez en condiciones de entender, hizo que el personaje se creyese un estadista, y comenzó una política de contubernios y pequeños chanchullos con la oposición, sin principio alguno y rompiendo ya por completo con la tutela política de Torcuato. Lo cual desembocó en una Constitución chapucera, elaborada de forma irregular en gran parte al margen de las Cortes. La Constitución habla, entre otras cosas, de nacionalidades y permite el vaciamiento progresivo del poder central a favor de las autonomías. Desde entonces los separatismos, al principio muy débiles, han ido a más, sirviéndose directa o indirectamente de un terrorismo masivo, de una corrupción que no cesó de aumentar, y de la baja calidad moral y política de los líderes de derecha o socialistas. Torcuato (como el filósofo Julián Marías y bastantes otros), buen conocedor del pasado, vio claramente el peligro, no votó aquella Constitución y Suárez lo despidió con una metafórica patada en el trasero: al poco falleció Torcuato, y en su funeral Suárez, que todo se lo debía, dejó vacía la silla que le habían reservado.
Dos palabras sobre aquella oposición: se componía de quienes habían luchado contra el franquismo, es decir, comunistas y ETA principalmente, más una pequeña multitud de intrigantes, cantamañanas y corruptos en potencia, también dentro de la UCD suarista. Carrillo temió quedar en la ilegalidad y que el fruto de los largos años de esfuerzos y sacrificios comunistas fuesen a recogerlos los socialistas, que no habían hecho nada. Y por eso aceptó todo lo aceptable: la monarquía, la bandera, la economía de mercado, mientras los socialistas jugaban a radicalismos de pandereta. El PSOE, gracias a recibir grandes cantidades de dinero y proyección mediática, se fue imponiendo sobre los que realmente habían luchado, quedando al mismo tiempo como demócratas y antifranquistas. Y la farsa continúa, destrozando la democracia, la sociedad y al propio país.
Mi programa semanal con Luis del Pino se titula “Involución permanente”, porque llevamos ya muchos años de involución y degradación de la democracia. Creo que voy a cambiarlo por En una democracia fallida, que es la realidad a la que ha abocado ese largo proceso involutivo. Porque cuanto antes nos percatemos de la realidad bajo el Himalaya de mentiras con que nuevamente nos abruman los medios de manipulación de masas y los políticos, antes podremos salir del hoyo.
Menos mal que nos quedan cuatro intelectuales honestos, como este sr Pio Moa ,para que quede un poco de esperanza en la condición humans ,cuyo estado actual nos desanima tanto.
Efectivamente, en La Transición de cristal y Mitos del Franquismo, sienta Ud. la mayor cátedra de la Historia de España en mayúsculas.
Un enorme placer leerle.
El problema de las tertulias, es que a Ud. le dejan hablar poco, le interrupen con sandeces etc. Cuando quienes las sintonizamos, lo hacemos únicamente para escucharle a Ud.
Totalmente de acuerdo. Decía Franco diez años antes de la transición: “Si se aplica bien la Ley de Sucesión el pasado no volverá, y la futura monarquía contribuirá a la grandeza de España y será una garantía de que no se podrá retroceder a las situaciones que superamos y rechazamos en nuestra guerra. La nueva constitución monárquica, basada en la Ley de Sucesión en los Principios Fundamentales del Movimiento, tendrá fuerza suficiente para ser respetada, y la flexibilidad necesaria para irse amoldando a los tiempos”. Pero la realidad es que en la transición se supeditó la suerte de España a… Leer más »
Tiene razon nunca se tuvo que hacer la transicion. Y se podria haber evitado todo ese teatro que no hizo bien a los españoles. ¿Como? Muy sencillo, si los que se revelaron en el 36 contra un gobierno legalmente elegido en las urnas no lo hubieran hecho, no hubieran llevado a cabo una politica de exterminio sistematica, y no hubieran continuado con ideas propias de antes de la ilustracion, no estariamos en una situacion como la que estamos. Igual nos hubiera ido mejor, o peor. Pero nos hubieramos ahorrado toda esa represion de una dictadura aberrante que duro mas de… Leer más »
La república era un régimen rojo basado en unos principios masónicos aliado del Gran Oriente desde el principio, que estuviese Niceto Alcala Zamora de Presidente no significa que los que dirigieran el país no fuesen jacobinos y rojos. De hecho casi todo el gobierno de la república era masón, incluido el gobierno de Larroux, un liberal-progresista que llamaba a violar monjas en sus discursos. Y que tuvo recurrir a Franco para reprimir el golpe de estado del 34. Además que la derecha estaba perseguida socialmente llegando a ser asesinado Calvo Sotelo. Esa es la verdad del tema sino quieren reconocerlo… Leer más »
Oscar, su comentario reúne los tres tópico típicos del antifranquista de postal exhibiendo una incultura lacerante. Le animo a bajarse de la rama, leer un par de libros de Pio Moa y volver después.
Oscar, si tuvieras el valor y la honestidad suficientes para buscar la verdad, y compararla con la propaganda falsa que te han insertado en el cerebro, (y a partir de ahí ponerte a estudiar) coneguirías dejar de hacer el ridículo delante de personas que saben más que tú.
Vamos pues a tomar la semilla de las democracias simuladas,y vamos a ponerlas en el objetivo de un microscopio político para examinarlas con todo detenimiento ,haber si descubrimos que esas semillas contienen unos gérmenes patógenos que las infectan, que están disimulados,edulcorados como se edulcora el veneno amargo mezclándolo con el dulce vino para facilitar su ingestión. Parece mentira que hombres inteligentes no se den cuenta de que esto es una farsa demagógica que no beneficia a nuestro pueblo ,que todo obedece,que todo es utilizado a favor de unas minorías que resultan ser la únicas beneficiadas de estás pantomimas democraticas. Todos… Leer más »
Es imprescindible conocer los entresijos de la Transición, periodo mal conocido a pesar de ser relativamente reciente, para señalar a los verdaderos traidores y a los pagadores de las traiciones y comprender así el sufrimiento, y lo que es mas importante, el remedio necesario a ese dolor profundo que nos corroe por dentro desde hace ya demasiado tiempo. Gracias de nuevo por su incansable labor pedagógica, impagable desde mi punto de vista. Estoy leyendo un tocho, dicho con gran cariño, del profesor Luis A. García Moreno titulado ‘España 702-719 La conquista musulmana’. No hay nada mejor que volver a los… Leer más »