Extremismo no, supervivencia
Extremismo no, supervivencia. Según el cincel con el que los humanos describen el Extremismo veremos que dice: Extremismo y extremista; individuos, que se sitúan, bien a sí mismos o bien por quien los describe, muy alejados del centro político o del espacio social del consenso…Supervivencia: Acción y efecto de sobrevivir congénita a todo ser vivo. Una vez sabiendo de qué va el asunto, digo: Son muchos, políticos sobremanera, los que se preguntan el por qué del creciente aumento social de partidos políticos con denominación de extremistas. Para un servidor el asunto no tiene misterio alguno.
No es preciso echarle a un cerdo hambriento jamón para saber si lo comerá o no… Cuando la necesidad aprieta en carne propia, sea uno moderado o progresista el sentido de supervivencia se impone. En los últimos años, después del demagogo eslogan socialista “de papeles para todos los culos” han llegado millones de personas de todos los continentes sin control alguno. Sin duda, la emigración es arte y parte de la propia raza. Ni buena ni mala, simplemente lógica.
Ahora bien, si la misma no se controla adecuadamente resulta perjudicial en todos los ámbitos: sociales, económicos, laborales, educativos, sanitarios, etc. No ya sólo para los nativos, incluso para los propios emigrantes.
En Europa y en España sobremanera es tal la saturación de emigrantes que el denominado estado de bienestar, para muchos, es pura quimera.Y es que es imposible asistir a los llegados, cuando el propio nativo precisa asistencia. Esta es la realidad de España, solamente hay que ver quiénes son la mayoría en los comedores sociales o en la poca mano de obra que queda, en este país actualmente devastado por las huestes socialistas. En Francia son muchos los franceses que han tomado muy buena nota de nuestra situación y no han dudado en votar al partido que ante todo defiende los intereses de los ciudadanos franceses.Ha estos votantes se les denomina extremistas por el mero hecho de solicitar en primer lugar “pan para sus hijos”.
El ser humano y su cancerigena demagogia puede decir lo que quiera sobre extremismo. Yo digo que un extremista- en la grave situación actual- es quien solicita en primer lugar cubrir sus propias necesidades, vidas, y libertades. Las demagogias baratas de los que van por la vida vestidos de bienhechores y con el rabo duro, ya no cuelan como colaban en la sociedad. Por otro lado, siguiendo con los cerdos, dicen que a ningún cerdo le huelen mal sus heces… Que gran verdad. Digo esto, porque para extremismo, extremismo, el que practican los países ricos con los pobres.
En definitiva, el extremismo se viene practicando desde que el mundo es mundo por unos y por otro. Desgraciadamente para la raza humana, a lo largo de la historia, el sentido exacerbado de la supervivencia –egolatría- de miles de tiranos dictadores ha servido para inundar de sangre ríos y mares. En otro caso es el propio sentido de la supervivencia el que te predispone a lo que algunos denominan extremismo. Y es que, acaso alguien con dos dedos de frente no solicita comer primero si tiene hambre y está en su casa.
¿Acaso alguien ante un peligro eminente no intenta en primer lugar poner su vida a salvo? ¿Acaso alguien no desea para sus hijos una educación adecuada la cual con sus sudor sufraga? ¿Acaso alguien no defiende su religión ante las demás si está en su país?Ustedes mismos.Y aunque es verdad que la tierra no nos pertenece -ya saben que somos inquilinos pasajeros- cuando uno con su trabajo sudor y sangre además de la de sus antecesores, crea, sostiene y mantiene su iglesia, su calle, su casa, su escuela, su país, sus libertades, y derechos, es lógico que no desee que otros recién llegados, los pongan en riesgo. Esto es España amigos, España.
Por lo tanto y por lo dicho, me parece una suprema demagogia denominar extremismo, lo que lleva implícito, para muchos, ser además xenófobos, cuando en realidad se trata simple y llanamente de “supervivencia”. La denominación de extremista emana del apéndice de la mal llamada democracia: apéndice este incubado en particular por todos los gobernantes cuya exponencial ante sus colegas es ante todo lo habido y por haber, lo correctamente político. Lo demás es pura patraña, no seamos imbéciles.
El extremismo es la soldada de aquellos que no padecen las consecuencias de una emigración descontrolada e incontrolada. Es decir, los políticos, sobre manera y otros que cobran unos sueldazos lo cual les permite mantenerse y mantener a sus familias a espalda, en este caso, de la cruda realidad.Todo político que se precie tiene más miedo a lo que digan de él sus homólogos que a su propio pueblo. Que se le tache de hacer políticas xenófobas en los foros internacionales, es algo que ningún gobernante puede soportar.
Cuando se reúnen en los foros internacionales el objetivo no es otro que jactarse de sus actitudes ejemplares con todos los versículos de la ejemplar democracia… ¿Se acuerdan de la famosa alianza de las civilizaciones? Todos, unos mas que otros, pero todos, los jefes de los gobiernos democráticos se jactan de aplican la democracia con la mayor de las exquisiteces.
El problema, especialmente para los ciudadanos, radica en que la “bondadosa” democracia se aplica por igual con los asesinos, que con sus víctimas. Con los ciudadanos ejemplares que con los sediciosos. Con la religión ajena que con la propia. Con los de casa como con los de fuera. En definitiva, políticas encaminadas a captar nuevos votos. Sean de quien sean, da igual, ya que el voto sea de un indeseable o de un ciudadano modélico, cuenta de igual manera. Claro, algunos pueden decir con razón que todos los seres humanos tenemos el mismo derecho dentro del planeta Tierra.
Pero, desgraciadamente la Tierra en la que vivimos no es el Edén, ni el paraíso, ni la tierra prometida. La realidad es que en la Tierra existen millones de seres humanos que están deseando tener la mínima oportunidad para asesinar, bien sea al prójimo, al ateo, o al más débil. La Tierra es un lugar, donde incluso vivir, supone para muchos un gran esfuerzo. Esta es la realidad y no otra por mucho que nos empeñemos.La tierra apesta de infames asesinos, codiciosos magnates, fanáticos religiosos, gandules, inútiles y parásitos.
La tierra es un lugar donde viven millones de indeseables seres vivos con denominación de humanos que o bien actúan como víboras rabiosas, asesinando, violando, descarnando a millones de seres vivos fecundados por puro placer. O bien como sanguijuelas cuyo oficio es vivir a cuenta del sudor y sangre de los demás. Es decir, que los demás les sufraguemos la sanidad, sus casas, sus comidas, sus estudios, su seguridad, sus libertades y demás ocios.
Lo infame de toda esta realidad es escuchar como los malolientes pedorros demagogos vocean a los cuatro vientos que es nuestra obligación… bien dicho nuestra. Pero, aceptando efectivamente que es obligación de todos dar a los emigrantes un trabajo con el que puedan sustentarse. Pero para tal fin primero debe haber trabajo y no lo hay. No-Lo- Hay- ni para el propio nativo. En cuanto a la sanidad y la educación actualmente están medio quebradas.
Supongamos que también hay que procurarles un lugar para que puedan hablar con “su Dios”. ¡Pero por Dios!, lo que no es admisible es que determinados imanes, imanas y demás chipirones con barbas y turbantes, prediquen, entre otras cosas, la lapidación, la ablandación e incluso la guerra santa- supuesto conflicto de acoso, derribo y muerte a los no islamistas- unilateralmente declarado por religiosos fanáticos.
En definitiva, con un desempleo monstruoso, la sanidad y la educación tocadas, además de las cosas ya mencionadas, no hay país por muy democrático que sea que pueda sostener una mínima política emigrante. Sabiendo esto o debiéndolo saber, la inmensa mayoría de los gobiernos democráticos insisten en despellejar a los nativos para apenas mendigar con los extranjeros. Esta forma sutil además de injusta de hacer política pone en peligro la propia supervivencia del nativo.
Pero la democracia- determinada ideología hecha por y para los políticos de la cual se benefician sobre manera los que la incumplen- no deja lugar a dudas. A todos aquellos que defendemos en primer lugar a nuestra familia, a nuestro hogar, tierra, costumbres y dignidad agresiones ajenas, nos define como extremistas. Cuando en realidad aplicamos ineludible instinto mental de supervivencia.
Por último decir, en honor de la realidad, a todos aquellos que dicen que el extremismo es malo para la convivencia, que dejen de hacerse pajas mentales ya que el extremismo no es más que una manera de pensar al igual que lo es el comunismo, el socialismo y el populismo. Lo verdaderamente importante es la mentalidad del individuo que suele ir acorde con el tiempo.
Me explico; el comunismo, el socialismo, el populismo y el extremismo fueron hace décadas la causa por la cual nos enfrentamos en dos guerras mundiales. Actualmente decir que son extremistas quienes solicitan vivir primero y posteriormente dejar vivir es una infamia. Extremistas son todos aquellos que asesinan al prójimo por el mero hecho de una religión o un pedazo de tierra.
Extremista son aquellos que incumples las reglas que todos nos hemos dados y luego solicitan que se les aplique la bondad de las mismas. Extremistas son aquellos que sabiéndose a salvo de la vorágine humana solicitan a los demás sacrificios.Extremistas son aquellos que se llena la boca criticando a los que defendemos ante todo la propia supervivencia, pero ellos ni ponen un duro, ni se exponen a la cruda realidad. En la actualidad ser extremista no significa otra cosa que ser intransigente, pero cuando está en peligro el futuro de nuestras familias, de nuestras vidas, derechos, usos y costumbres, y no por placer u otras ideologías caducas en los tiempos en que vivimos.Si usted no lo es en este caso y en la situación en que vivimos, bien es usted un chalado demagogo, un adinerado, un político modélico, un vividor del prójimo, o un supremo imbécil.
Amén